W.TMR | ❝I HOLD A SWORD TO GUIDE ME. I'M FIGHTING MY WAY. I'M A WARRIOR❞
Aunque Eileen estaba dispuesta en ayudar a CRUEL para encontrar la manera de salvar a la raza humana sin importar el costo, la situación se oscurece para ella al enterarse d...
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❝ESCAPANDO DE BEN❞
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Adentrarse en el bosque solía ser tranquilo, pues entre más lejos de la zona en donde habitábamos y donde se encontraban nuestras áreas de trabajo, mucho más silencio se encontraba. A veces era relajante, me gustaba escaparme cuando podía y buscaba un poco de espacio. Otras veces era un martirio, porque el silencio y la soledad le daba rienda suelta a mis pensamientos y era lo que menos deseaba algunos días.
Sonaba ilógico quizá, pero con el tiempo comencé a envidiar la falta de memoria de los clarianos. Cada uno tenía un inicio luego de pasar el duro proceso de darse cuenta de que no tenían recuerdos, cada uno tenía la oportunidad de empezar de cero, aprender a vivir y aferrarse a lo conocido. Sonaba ilógico porque sabía que cada uno de ellos daría lo que fuera por tener un par de recuerdos de sus vidas antes del Laberinto, pero al tiempo pasando aquí me di cuenta de que recordar era mi castigo por haber sido rebelde.
Tener a mi hermana en mi mente era una tortura porque solo me recordaba el porqué de mi presencia en aquel lugar, no me daba esperanza ni fuerzas a sobrevivir porque no existía manera de salir de allí. Cuando los proyectos de los Laberintos comenzaron y después al yo ser elegida para monitorear el Grupo A, dejé de sentirme confundida al respecto y respeté los medios para obtener cierto fin. Ser parte de una organización que buscaba una cura ante un virus destructor del mundo había sido todo un privilegio para mí. Parecía tener sentido.
Pero cuando fui enviada y al pasar el tiempo, la prueba comenzó a dejar de tener sentido para mí. Desde afuera y al otro lado de una computadora todo parecía sencillo y muy estructurado, pero adentro lo único que podían ver nuestros ojos era el paso del tiempo y la muerte siendo un habitante entre nosotros. Una tarde de desesperación recordé haber escuchado una conversación por accidente en la que mencionaban al Laberinto y decían "prueba uno", y entonces me pregunté:
"Si la prueba del Laberinto lleva tres años sin avances ni respuestas, ¿cuánto más durará la segunda prueba y cuánto más sufrimiento nos traerá?"
—Estamos condenados—comenté a la nada en cuanto llegué al pequeño lago.
Poniendo las rodillas en el suelo, metí la cubeta y la saqué rápidamente cuando ya estaba llena. Me fastidiaba tener que buscar agua, y aunque ya le había mencionado a Alby mi idea de abrir un puesto de trabajo para escoger a alguien que nos llevase el agua, me había dado un claro y rotundo no.
"¿Y según tú cómo les llamaremos, Eileen?"
"¿Aguaderos?", había respondido más en forma de pregunta. El moreno soltó una risa nasal para luego enseriarse y decir "no", sin dejarme hablar más.
Una vez llena la cubeta que había llevado, me puse de pie, pero al querer tomarla con mi mano derecha, algo me detuvo. Mi brazo no tenía la misma fuerza de siempre, y aunque realmente no era la persona más fuerte del planeta, llevar una cubeta de agua no era tarea imposible. Respire profundo, inhalando por la nariz y soltando todo el aire por la boca para intentarlo y fallar de nuevo. Con la diferencia de que esa vez, no solo sentí mi brazo débil, sino que mi mano comenzó a temblar.
