UN MUGGLE MÁS

UN MUNDO PROPIO

Cinco años habían pasado, Draco Malfoy ya se había acostumbrado a despertar al lado del que ahora sabía era el amor de su vida.

-¿Estás seguro de que eres feliz así? Preguntó Draco una mañana en la que Harry se había dedicado a observarlo mientras dormía.

-Jamás me había sentido más feliz en la vida contestó Harry con sinceridad, te amo como jamás imaginé que amaría a alguien, en ningún lugar estaré mejor que a tu lado.

-Creo que has renunciado a muchas cosas solo por mí, insistió Draco con los ojos llenos de lágrimas, no quiero alejarte del mundo mágico sólo porque yo ya no tengo cupo allí.

-Las personas que me importan dentro del mundo mágico siguen a mi lado, veo a Hermione, a Ron y a toda la familia con regularidad, los demás no me interesan, tú eres mi mundo ahora.

-Eso suena muy egoísta de mi parte, no quiero que te sientas solo o te encierres por mi culpa.

-¿De qué hablas? Dijo Harry sonriendo, no me siento encerrado ni solo, es más jamás me había sentido más en familia, tengo todo lo que necesito para ser feliz... bueno casi todo dijo el mago con una sonrisa.

-¿Casi todo? Preguntó Draco, dime que necesitas, quiero que seas completamente feliz dijo el rubio un poco preocupado.

-Lo que quiero dijo Harry muy serio, es que te conviertas en mi mundo Draco Malfoy,  que me permitas despertar contigo cada mañana y vivir sabiendo que eres mi esposo... por favor ¡casate conmigo!

Draco se quedó boquiabierto, Harry había sacado una pequeña caja de terciopelo negro de abajo de una almohada y así acostados como estaban, recién despiertos y con los ojos llenos de ilusión, los dos chicos se comprometieron y no solos se comprometieron a casarse o a estar siempre juntos, se comprometieron a convertirse en la razón de existir el uno del otro y se comprometieron a construir un mundo nuevo, propio, lleno de amor y honestidad, un mundo donde todo era posible, donde Harry con su magia mantenía las flores de la cocina con vida y la comida caliente mientras Malfoy lo hacía sonreír y recordar que valía la pena vivir.