Historias De vore

Rivalidad de hermanas

Advertencia: la siguiente es una historia de vore de MLP que involucra vore del mismo tamaño, digestión indolora y mucho gas

La Princesa Luna sonrió, suspirando contenta mientras observaba el cielo nocturno como guardiana de la tierra de Equestia. La noche era clara, los cielos estaban llenos de estrellas, teñidos de un azul profundo por la fría luz de la luna. Una suave brisa sopló a través del aire de la noche, soplando suavemente la melena de Luna sobre su rostro, brillando como las estrellas.

En su propia habitación, la Princesa Celestia, hermana mayor de la querida Luna, dormía contenta en su propia cama, sonriendo mientras se relajaba con algunos sueños calmantes y tranquilos dando vueltas en su cabeza.

Celestia soltó una risita cuando su mente dormida evocó una tierra de pastelitos y pasteles y otras delicias que eran los placeres culpables de su alteza.
Estaba masticando perezosamente una esquina de su almohada, metiéndose la cara en su sueño. Y este debe haber sido el mismo sueño que estaba teniendo su vientre, cuando comenzó a moverse.

"Grrrrooooowwwllp... Blllurgle... Blooorrp....!" la barriga comenzó a gruñir y gemir, buscando lo que siempre quiso a altas horas de la noche. un bocadillo
Princess fue sacada de su sueño por un fuerte gruñido glorp. Parpadeó con ojos cansados ​​y levantó la cabeza, separando la barbilla del cálido charco de baba en la almohada. Se frotó la mandíbula y estiró las alas antes de mirarse el vientre. "Nnng.... Vamos, el amanecer es en 2 horas y media.... Vuelve a la cama..." murmuró. Sin embargo, su vientre se negó a calmarse, respondiendo rápidamente con otro fuerte gruñido.
Celesti trató de poner su almohada recién mordida sobre su cara para dormir, cuando de repente escuchó un agudo rrrrrriiippp! Mirando hacia arriba, vio que había ensartado su almohada en su propio cuerno. Ella gimió y se sentó, quitando la almohada y soplando algunas plumas sueltas.
"Uf... bien". Se sentó, su vientre chapoteando un poco con sus movimientos repentinos. Se puso de pie y se puso su bata de seda azul cielo y sus pantuflas a juego antes de arrastrarse soñolientamente por la habitación y salir por la puerta.

Los pasillos estaban en silencio, excepto por el extraño trote de los cascos de los guardias nocturnos. Celestia caminó lentamente por el pasillo, su vientre burbujeaba con anticipación por el refrigerio que pronto recibiría.

Luna, mientras tanto, no se dio cuenta de los problemas de Celestia. La princesa continuó de pie en el balcón exterior de su propia habitación separada al lado de la de su hermana, con los ojos cerrados mientras observaba los sueños de varios ponis. Ella dejó escapar un suspiro relajado.

Celestia tenía tanto sueño que se quedó dormida. Se apoyó contra la pared, murmurando, y un gorgoteo feroz hizo que sus ojos se abrieran de nuevo. Se frotó la nariz y gimió. Irónicamente, ella no era una persona mañanera. Necesitaba dormir, y su estómago impaciente definitivamente no estaba ayudando.
Se preguntó cuánto había caminado. Vio una puerta frente a ella, que debía ser la cocina. Mirando alrededor en la oscuridad, decidió no usar un hechizo de luz. No quería llamar la atención sobre sí misma.
"GRRROOOOWWLLL..."
Bueno, más de lo que ya era su barriga.
Abrió la puerta en silencio y se deslizó adentro, cerrando la puerta detrás de ella. Solo que la habitación que vio no era el comedor, sino el dormitorio de su hermana. Miró a su alrededor, a la fría habitación azul tenuemente iluminada. Las sábanas de estrellas, las estrellas adhesivas brillantes y las lunas pegadas al techo... En realidad, era bastante lindo ver una habitación tan juvenil para un pony tan poderoso.
Celestia se giró para irse, cuando un suave eructo burbujeante se deslizó entre sus dientes. Era tranquilo, pero definitivamente no fresco. Olía bastante mal, una mezcla de gas rancio y jugos estomacales revueltos. Ella chasqueó los labios y se tocó la barbilla.
Quizá no estaba en la habitación equivocada después de todo... Puede que no estuviera en la cocina... Pero eso no significaba que no lo hiciera.