Literótica (+18)

❣ Placer virtual ❣

Orgía, trío, bisexual.

|| ꧁) ༒ (꧂ ||

Todos tenemos derecho a amar y ser amados.

Ese era el eslogan de la famosa compañía Gravity, mundialmente reconocida gracias a su tecnología de punta especializada en smarthomes y equipos de cómputo de la más alta calidad. La muchedumbre se encontraba completamente enloquecida por su más reciente lanzamiento: Secrets, una aplicación de citas virtuales diseñada exclusivamente con la finalidad de que sus miembros pudieran realizar sus fantasías sexuales desde la comodidad del hogar, sin riesgos ni estafas. Si algo más surgía entre los usuarios, bienvenido.

Kathy se mordió el labio inferior mientras la aplicación terminaba de instalarse en su consola. En cuanto el conteo llegó a su final, un holograma lanzó chispazos de luz por encima de la pantalla táctil, entre vítores y fuegos artificiales.

Una voz femenina y seductora resonó en su oído gracias al dispositivo que se encontraba enlazado, de su oído interno, al juego que ella observaba en la pantalla holográfica.

«Bienvenida, Katherine. Estás a punto de vivir la experiencia más gratificante y placentera que la tecnología virtual ha podido ofrecer. A continuación, podrás ajustar los valores de búsqueda y personalizar tu avatar. Te recomendamos no ofrecer ningún dato personal».

Kathy sintió un vuelco en el estómago. Las luces iluminaron su rostro en la penumbra de la habitación que, desde el accidente, había terminado por convertirse en una prisión para ella. Aunque al menos ahora podía estar sola.

Había convencido a su madre y a sus hermanas de que no necesitaba más ayuda. En realidad, le fastidiaba tenerlas a su alrededor el día entero, ayudándole hasta con las tareas más absurdas. Comprendía que solo deseaban apoyarla, pero la atención excesiva estaba comenzando a resultarle asfixiante. Y, además, ellas merecían vivir sus vidas. No estaban obligadas a atarse a esa misma silla de ruedas y a la amargura que se había convertido en su único escape de una realidad cruel que por momentos era incapaz de soportar.

«No olvides conectar el dispositivo a tus transmisores neuronales. ¡Relájate y disfruta de la aventura!».

La joven, con la mirada perdida, conectó la terminal de su nuca al dispositivo y se colocó las lentillas de realidad, intentando evitar tocar el rostro antaño hermoso que el fuego había desfigurado.

Una vez dentro de Secrets, una joven asistente le dio la bienvenida. Se encontraba en una elegante recepción atendida por jóvenes risueños, quienes se aproximaban a las puertas cada vez que alguien penetraba en la suntuosa estancia. A ella la abordó Jessica, de acuerdo con el nombre que Kathy pudo leer sobre su cabeza.

-¡Bienvenida, cariño! -sonrió al tiempo que la tomaba del brazo, conduciéndola a otra habitación-. Aquí podrás diseñar tu avatar. No querrás andar por todo Secrets luciendo como un fantasma, ¿verdad? También puedes cambiar tu nombre de usuario.

Se encontraban en un pequeño cuarto tapizado de espejos, en los que Kathy observó su figura; no era más que una silueta femenina completamente en blanco.

Una vez que la asistente le mostró los comandos para personalizar su cuerpo, la dejó a solas para que tuviera mayor libertad.

Kathy se sintió extraña cuando comenzó. Lo hizo con el rostro. Ese rostro blanco y pálido, sin rasgos definidos que se convirtió en una joven de piel blanca con ojos verdes, labios carnosos y mejillas ruborizadas, como dos gerberas rojas en primavera. Adecuó el cuerpo al suyo, quizás algo más de busto y caderas definidas, y cuando terminó con las piernas tuvo que detenerse un instante. Sus ojos se inundaron de lágrimas. Era extraño mirarse a sí misma de pie, como lo había estado un año atrás, antes de lo ocurrido. Cuando tenía tantas posibilidades en la vida y todo un mundo de opciones. Ahora era distinto. Ni siquiera podía salir de aquella oscura casa, en la que solo podía ver las horas pasar.