VI. Ciprés: Parte 1

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Yin y Ru llevaban ya un rato caminando por el bosque en silencio, Ru constantemente revisaba la brújula y la marca en su pata izquierda esperando a que se activara. Mientras que Yin, marcaba en un papel casi todo lo que cruzaban desde que entraron al bosque. 
-Ru, Esa brújula es relativamente distinta a las convencionales, como ves, tiene una aguja de una sola punta, la cual apunta hacía donde estás mirando, usando una de las líneas ley de nuestro planeta para mostrar hacía que punto estás viendo. Alquimistas, magos y cartógrafos diseñaron este tipo de brújulas después de que la ciudad quedara atrapada en el bosque, porque las otras brújulas no servían y al parecer siguen sin servir. - Explicó Yin, rompiendo parcialmente el silencio.
- ¡Wow! De verdad me impresionó eso... Lo leíste en la biblioteca, ¿Verdad? - Preguntó Ru con bastante interés.
- ¡Así es! En una enciclopedia que registra lo que ha producido la ciudad desde que está atrapada aquí. -
-Oh... Bastante interesante, leeré ese libro cuando resolvamos esta situación. - Mencionó finalmente, con un tono optimista, pero, aun así, con miedo. 
Yin, no agregó nada más, pero notó la tristeza en la voz de Ru. El antes mencionado, de misma forma, no agregó más a la conversación, dejando una vez más al silencio dominar la situación.

El frio viento que vivía entre los árboles cubría a ambos, los cuales, a pesar de tener miedo estaban totalmente determinados a encontrar aquel árbol mítico. 
Mientras más se adentraban al bosque se escuchaba cada vez menos el bullicio de la ciudad y la luz de esta misma perdía su presencia, así que en un punto solo la luna los iluminaba apenas, gracias a las copas de los árboles.
Pero después de estar caminando casi a ciegas y uno que otro tropiezo, las marcas del contrato de Dante se activaron. Indicando que faltaban alrededor de seis minutos para que se activen las marcas en sus manos. 
-Muy bien Ru, esperemos un poco aquí a que las otras marcas se activen, mientras, vayamos ubicando por qué parte del borde del bosque entramos. -
-Está bien Yin. Veamos... Por donde entramos ya era parte de la antigua carretera, pero no era como tal la carretera. Desde que entramos al bosque estamos caminando hacia el sur, por lo tanto, entramos por el sur. También si tomamos en cuenta que camino agarramos al salir del cine... ¡Ahí! - Marcó Ru con su pata la parte inferior izquierda del mapa de la ciudad. 
Yin, para comprobar, fue a revisar el mapa que estaba haciendo y los comparó. 
-Efectivamente Ru, por ahí entramos. ¡Muy bien hecho! - Yin, mientras halagaba a Ru notó que un brillo traspasaba el mapa de donde lo tenía agarrado.
- ¡La marca, Ru! ¡Se activó la marca de los "humanoides"! - 
- ¡Es verdad Yin! Muy bien, ya que tenemos otro mecanismo de defensa, durmamos un poco. La verdad no sé qué hora sea, pero temprano definitivamente no es. -
-Espera, ¿Y si nos turnamos para dormir? Alguien tiene que estar al tanto de las marcas, puede ser que uno de los que te buscan se acerque. - 
-Tienes razón Yin. Entonces duerme tu primero, por favor. - 
- De acuerdo, estoy bien con eso. Por cierto. ¿Cuánto tiempo llevamos desde que entramos al bosque? - 
-No lo sé Yin. Buena pregunta de hecho. Pero más de 30 minutos si llevamos. - 
-Bueno, tampoco sabemos la hora entonces. -
-Así es. Y la verdad ahora que me doy cuenta no tenemos un reloj. - 
-Espero que no estemos en el Borde de reflejo... - Susurró Yin mientras de su maleta sacaba cobijas y trozos de tela.
- ¿Borde de reflejo? ¿Qué es eso? - Preguntó Ru, quien sin querer escuchó a Yin.
-Oh. Bueno, ya ves que, al entrar al Bosque, después de un rato este mismo te regresa, ¿no?
Y como sabemos esto depende de cada persona. Entonces mientras unos pueden estar horas y horas en el bosque sin salir de este hay otros que duran unos solos minutos. Como los papás de la niña de la leyenda, regresaron a la ciudad 15 minutos después. Lo que quiero decir es que dentro del bosque hay un punto en el que dejas de avanzar en el bosque y este se refleja, regresándote a la ciudad. Así fue como llamé a eso. - Explicó mientras terminaba de acomodar lo que sacó de su mochila en el piso.
-Wow, no había tenido eso en cuenta. Entonces cuando lleguemos al Borde de reflejo, estaremos caminando directamente hacía donde entramos, ¿Sí? -
-En efecto, Ru.  Pero siendo nuestra primera vez dentro del bosque, no sé qué tanto nos queda antes del Borde. Ni como identificar que llegamos a él. - 
-Bueno, cuando empecemos a escuchar el sonido de la ciudad, sabremos que ya lo pasamos al menos. - 
-Así es. Aunque evidentemente la forma para saber cuánto tardas en llegar al borde es dividiendo a la mitad el tiempo que te llevó regresar a la ciudad desde que entraste al bosque. No será exacto, pero mínimo es un aproximado. -
-Espera Yin. ¿Entonces tienes planeado continuar hasta llegar de nuevo a la ciudad? - 
-Pues debemos, necesitamos un reloj. Mínimo debemos hacerlo 2 veces, Ru. Pero no regresaremos a mi casa hasta encontrar el árbol. Eso te lo aseguro.  - 
-Ya entendí. Caminaremos de regreso a la ciudad a comprar un reloj, después, volver a entrar al bosque y con el reloj medir cuanto tiempo nos toma "Reflejarnos" y volver a la ciudad, ¿No? - 
- ¡Eso es! Muy bueno el término "Reflejarnos" por cierto. Así una vez que sepamos cuanto tiempo nos llevó regresar a la ciudad, a la mitad de ese tiempo tomaremos otro camino y ahí es donde buscaremos al árbol. - Terminó de explicar Yin mientras de acomodaba en el piso cubriéndose con las telas. 
- ¡Muy buen plan Yin!, pero ahora duerme, yo te despierto después. - 
-De acuerdo Ru. Buenas noches, nos vemos en un rato. - Avisó Yin con una sonrisa aliviada en su cara.
-Buenas noches Yin. - Dijo Ru mientras volteaba a ver la marca en su pata para revisar que estuvieran seguros. 
Después de un rato en la oscuridad, Yin cayó dormido por completo. Mientras tanto Ru pensaba en cómo pudo haber sido descubierto en forma de zorro. Pensó y pensó, pero nada que pudiera contestar esa pregunta. 
El silencio ruidoso del bosque empezaba a mosquear a Ru. Se le hizo raro que un bosque tan frondoso y vivo estuviera tan callado, no había ruidos tan característicos de la naturaleza como el de los grillos, las cigarras o el crujir de los árboles. Ni el chiflar de las ventiscas peinando a los árboles. Solo el sonido de la respiración de ambos y sus corazones palpitando casi al mismo tiempo.
Yin decidió dejarlo pasar, al cabo en su cabeza había demasiado ruido. Un conflicto entre sentimientos y pensamientos. Batallaban dentro de su mente, retumbando en las paredes de su cráneo tratando de salir.
-Es irónico y absurdo. Yo soy el que quiere proteger a la gente. Y me están cazando para "proteger" a la gente de la ciudad... No. ¿Por qué me están cazando? ¿Por codicia? 
¿De verdad la cabeza de alguien inocente como yo, vale eso? Cincuenta mil Miuls.
Para esta ciudad enferma valgo Cincuenta Mil Miuls. Que ridículo. No sé qué soy, no sé de dónde vengo ni porque estoy aquí, pero, aun así, aunque me quisiera ir, no puedo. Porque por alguna razón fuera de mi comprensión, este bosque y la ciudad están atrapados como si de un maldito espejo se tratara. Por lo que veo no tienen problema alguno con eso los habitantes. ¿Entonces hay alguna razón que por la existan los contratos? Matamos a una perrita enferma. No soy mejor que los que me buscan, eso lo se. ¡Y de acuerdo, quizá no soy inocente! Pero si puedo hacer algo para remediar el terrible error que cometimos, lo haré. Sin duda alguna. No puedo vivir sabiendo que maté por dinero. -   Susurró Ru en un tono molesto y asqueado con un nudo en la garganta.
-Pero al final del día todo estará bien. Tengo a un amigo que me quiere y se preocupa por mí. Yo sé que encontraremos ese árbol. Y una vez que lo encontremos, usaremos el deseo para liberar a la ciudad de esta situación y de los contratos. Nuestro mundo mejorará para bien. Un bien mayor. - Susurró de nuevo Ru, con un tono optimista y esperanzador.
-Pero también tengo miedo, ¿Y si ese árbol es una farsa? Si no existe, estoy perdido. Tendré que vivir aislado, escapando y escondido hasta que me rinda y deje que me maten. Yo solo. No puedo arrastrar a Yin conmigo, con mi maldición. - Dijo con voz quebradiza. 
Decidió que la mejor decisión era desahogarse mientras Yin dormía. 
Se alejó unos pocos árboles para no despertarlo y soltó a lamentarse.
- No quiero morir... No quiero matar... ¡Quiero estar vivo para averiguar qué demonios soy!
No tengo nada ni a nadie en mi vida más que a Yin. ¡¿Por qué quitarme lo único que he tenido en mi vida?! Se que hice exactamente lo mismo, pero no estaba enterado del terrible error que estaba cometiendo. ¿Y si los que me buscan si están enterados? Ellos serían los verdaderos monstruos. Me contradije también al hacer contratos con Gunter, lo se. Pero espero estén cazándolos a ellos, yo los evito mientras tanto. Pero aun así me siento asqueado, me siento sucio, me siento enfermo y me siento aterrado.  - Exclamó Ru mientras se dejaba caer al suelo a llorar.
-No quiero morir... - 
-No quiero morir... - 
-No quiero morir... - Repitió durante un buen rato mientras lágrimas de profunda tristeza y miedo brotaban de sus tristes ojos color avellana.
Después de estar tirado en miseria, Ru, dejó de llorar.  
Se levantó del piso, se sentó en el antes mencionado y con su pata derecha se secaba las lágrimas del pelaje cerca de sus ojos.
Dio una profunda inhalación y se paró. Caminó de regreso con Yin a sentarse junto a un árbol cerca del antes nombrado. 

Ru permaneció en silencio durante otro rato. De un momento a otro recordó el guante que había elegido como recompensa con Gunter. No sabía usarlo. Decidió aprender a usarlo un poco para despejar su mente, también para hacer algo y errar la probabilidad de quedarse dormido.
Se levantó de donde estaba sentado y sacó de su bolso el guante, el cual empezó a iluminar medianamente el alrededor de Ru. Brillaba en naranja, azul, verde y rosa. 
Ru, rápidamente se convirtió en humano para probarse el guante. 
Recordó los hechizos que le mencionó Gunter y decidió camuflarse con su entorno. 
Intentó decirlo en voz baja, apretando el puño, apuntando hacia un árbol, apuntando al cielo y apuntando al suelo donde finalmente el guante cambió de color a naranja. 
El guante poco a poco empezó a cambiar de color a un negro verdoso algo transparente, el color se empezó a extender cubriendo por completo al guante.
Ru, algo emocionado ya por la situación, también empezó a tornarse del color del guante.
Cuando en eso notó que de la marca de su mano empezaba a salir vapor. 
Supo que el efecto secundario que mencionó Gunter estaba empezando y por lo tanto debería de empezar a tomar agua. Se quitó el guante e instantáneamente regresó a su color original. 
Fue a checar su mochila y vio sus tres botellas de agua completas, lo malo es que eran de apenas un litro. Agarró una, la abrió y le dio un sorbo pequeño. 
Cerró su mochila y se dio dé cuenta de que a Yin también le estaba saliendo vapor de su marca.
Pensó en echarle agua directamente a la boca, pero luego recordó que podía ahogarlo sin querer. Tampoco podía dejarlo sin tomar agua hasta que lo despertara, puesto que lo dejaría deshidratarse. Entonces lo más factible era despertarlo parcialmente y hacer que el mismo tomara agua, dejó la botella en el piso un momento y empezó a sacudir suavemente a Yin. 
-Oye, Yin. Despiértate tantito, ya empezó el efecto secundario que nos mencionó Gunter, ¿te acuerdas? Toma tantita agua y vuelve a dormir, después te despierto para que tomes más agua. Al cabo solo dura tres horas el efecto. - 
Yin no reaccionaba, estaba en un sueño profundo. Ru, al ver que su intento falló, sacudió un poco más a Yin. 
-Yin. Despiértate un poco para que tomes agua. -
Yin empezó a reaccionar un poco, moviendo sus manos acarició parcialmente a Ru. 
-Toma Yin, un poco de agua, vamos... La necesitas. - 
-Ya voy... - Dijo Yin mientras seguía dormido.
Yin agarró la botella y tomó y tomó hasta que se acabó media botella. 
-Bueno. Eso te servirá mucho. Ahora duerme de nuevo y en un rato te despierto de nuevo para tomar agua y cambiar de turno. - 
-Si Ru. Te quiero...- Mencionó Yin justo antes de volver a quedarse dormido por completo.
-Yo también Yin. - Susurró Ru mientras cerraba la botella. 
Pasado eso Ru siguió aprendiendo a cómo usar su guante arcoíris. 
Quería averiguar el cómo funcionaba exactamente el guante, ya supo cómo camuflarse con su entorno. Ahora quería aprender a como lanzar el hechizo del rayo. Se colocó el guante de nuevo y apuntó hacía un tocón que estaba a lo lejos. Hizo su mano como si estuviera apretujando al tocón y el color del guante empezó a cambiar a un azul marino brillante. El guante empezó a brillar fuertemente hasta el punto en el que el color azul ya no se notaba.
Ru, quien por reflejó cerró los ojos ante el brillo, movió el guante un poco en dirección al piso por error.
El guante finalmente soltó el rayo, el cual empezó a incendiar la hierba seca que se encontraba en el suelo. El brillo del guante desapareció por completo, permitiéndole a Ru abrir sus ojos de nuevo. 
Frente a él, había un muro de llamas extendiéndose a todos lados a una velocidad temible.
Ru, sin hesitarse al ver el peligro inminente frente a él, se quitó el guante, lo guardo y empezó a sacudir algo fuerte a Yin. 
- ¡Yin!, ¡Despierta, nos tenemos que ir! - 
Ru seguía sacudiéndolo mientras las llamas ardientes se acercaban a donde estaban ambos.
Yin abrió los ojos, miró a Ru primero y después dirigió su mirada ante el fuego que devoraba a los árboles.  
- ¿Qué pasa? ¿Por qué hay fuego detrás de ti? - 
- No tan larga historia, luego te la cuento. Pero tenemos que irnos, Ya. - 
-De acuerdo, ¡recoge tus cosas rápido! - 
Yin se levantó del piso, agarró las telas del piso y las guardó en su mochila. 
Ru, agarró su bolso y se transformó en zorro.
Yin terminó de guardar sus cosas afortunadamente, pero a lo lejos escuchó gritos. 
"¡Algo se quema por allá! " 
"¡Mi marca cambió de color!"
"La mía también, esas basuras humanoides han de estar cerca."
"¡De seguro esos monstruos iniciaron el fuego de allá!"
Se entendió entre el sonido de la madera quemándose y el rugir del fuego.
- ¡Vámonos Ru! - Gritó Yin mientras se echaba a correr hacía la dirección opuesta al fuego. 
Ru, quien también había escuchado los gritos, se echó a correr junto a Yin, alejándose del incendio que el provocó por accidente.
"¡Por acá! ¡Mi marca está cambiando de color!"
"¿Creen que por acá estén los locos esos?"
"Los locos del bosque... ¡suena a algo que si puede pasar en este lugar!"
Otro par de voces mencionaban a la izquierda de Yin y Ru.
-Yin. ¡Vienen por los que me cazan y por los locos! - 
- ¡Si escuché, Ru! Estamos a salvo por el momento. ¡Pero tenemos que averiguar si ya nos reflejamos y alejarnos del fuego! - 
-Estoy de acuerdo contigo, Yin. - 
Se gritaron uno al otro mientras corrían en línea recta para alejarse del fuego.
Tenían planeado retomar su camino hacia el sur hasta regresar a la ciudad.

Pasaron alrededor de 7 minutos desde que habían empezado a correr. Estaban bastante alejados del fuego y los gritos que se escuchaban dejaron de sonar.
Decidieron parar de correr, descansar un poco y tomar agua.
De las marcas en sus manos salía vapor de forma constante.
- ¿Cuánto tiempo falta para que se acabe el efecto, Ru? -
- No lo sé, Yin... Pero un poco más de dos horas si faltan. - Respondió Ru cansado mientras revisaba si su marca no había cambiado de color.
-Bueno... Pues esperemos... - Dijo Yin mientras jadeaba un poco por correr. 
De hecho, los dos jadeaban. 
Después de un rato de respirar violentamente y tomar agua, se recuperaron.
Se habían acabado la botella que ya estaba abierta junto con otra.
-Bueno. Ya que estamos bien, Ru. ¿Qué diablos sucedió allá? ¿Por qué se estaba quemando el bosque? - Preguntó Yin bastante seco.
-Bueno, espero no te enojes conmigo Yin. Después de darte agua, practiqué con mi guante y lancé el hechizo de rayo. Pero no tenía planeado que todo se incendiara, jeje... - Contestó Ru, nervioso y preocupado porque Yin se molestara con él.
-Ay no, Ru... ¡Jajaja! -  Yin se rio de forma no irónica. 
- ¿No estás molesto? Digo, pudimos salir heridos... - 
-No estoy molesto Ru. Fue un accidente. Uno muy peligroso, eso sí. Pero al menos te ayudó en algo. A aprender a usar tu guante. A defenderte, para ponerlo en otras palabras eso demuestra tu espíritu y tus ganas de sobrevivir a la situación. -
- ¿Enserio? - Preguntó Ru algo sorprendido por la respuesta. 
-Claro, Ru. A pesar de ser relativamente un niño, eres demasiado maduro. ¡Por eso eres increíble! -  
-Tus palabras son sinceras, Yin. Me gustan mucho. ¡Gracias por animarme! - Dijo Ru mientras de su mochila sacaba la última botella de agua que tenía el.
- ¡Es un placer animarte! Después de todo por eso somos amigos. - Mencionó Yin.
Ru procedió a abrir la botella y levantarla para darle un trago. 
 -Creo que deberías dormir un poco, Ru. Se te nota un poco en los ojos el cansancio. -
-Si, ¿verdad? Debería dormir un poco, pero me preocupa un poco el tener que estar tomando agua a cada rato. - 
-Hum... ¡Ya se! ¿Y si te duermes después de que la marca desaparezca?  Para no tener que preocuparnos por el agua. Ni tu ni yo. - Cerró su sugerencia Yin con una sonrisa alegre.
- ¡Esa es una excelente idea, Yin! Al cabo nos sirve para seguir caminando hacia el sur. - Respondió Ru. 
-Muy bien, Ru. Entonces, retomemos nuestro camino y esperemos que alguien controle el incendio. - 
-Espero que no haya quemado tanto bosque eso... - Agregó finalmente Ru.

Después de acordar en qué momento Ru iría a dormir, los dos agarraron de nuevo sus mochilas y caminaron una vez más al sur. 
Y de misma forma que al inicio, Ru, en forma de humano revisaba la brújula y la marca en su mano. 
Y Yin dibujaba en su mapa puntos de interés que sirvieran como referencia. 
Ru, viendo la brújula y pensando sobre el borde de reflejo, quiso buscarle sentido a cómo funcionaba el bosque. Porque, aunque pareciera bastante sencillo el hecho de que el bosque te regresa después de un rato, la verdad es que nadie sabe la razón ni cómo funciona a profundidad, lo más cercano a una respuesta fue en el libro sobre la leyenda de Lemi que leyó no mucho tiempo después de haber llegado a la ciudad.
Ru, mientras recordaba con algo de nostalgia el haber leído el libro, se dio cuenta de algo en la brújula. 
La aguja de esta misma temblaba y se movía por si sola. Ru, primero pensó que la aguja se había atorado o que incluso se había roto.
Con unos golpecitos la trataba de reparar, sin parar de caminar. Ru estaba algo confuso. 
-Yin, algo le pasa a la brújula. Mira, ¡la aguja se mueve solita! - Dijo Ru, mostrándosela a Yin. 
-Oh... Es verdad. ¿No estará rota? - 
-Pues espero que no... - Terminó Ru mientras la aguja de la brújula justo dejó de moverse.
- ¡Oh! Ya se reparó. - Resaltó Yin, quien veía junto a Ru el fenómeno.
Pero justo la dirección a la que apuntaba la antes mencionada cambió al norte. 
- ¿Qué?... - Se cuestionaron bastante confusos ambos al ver lo sucedido.
-La aguja se movió al norte. Pero vamos al sur... - Dijo bastante confuso Ru. 
- ¡Borde de reflejo!  ¡Eso es el borde de reflejo! - Exclamo casi de forma instantánea Yin.
- ¿Que? Si en un todo acabamos de pasar el borde, ¡Podemos cambiar nuestra ruta! - 
-Mas o menos, pero no sabemos si lo cruzamos o en verdad está rota la brújula. A ver, Ru, Date media vuelta. Si la aguja apunta al sur, quiere decir que estamos justo enfrente del borde. - 
Ru se dio media vuelta y la aguja apuntó al sur. 
Ru, al ver lo sucedido, caminó un poco hacía enfrente, justo después de empezar a caminar la aguja empezó a temblar de nuevo. 
-La aguja se está moviendo otra vez. - Dijo en voz alta Ru, quien se había alejado un poco de Yin.
Ru siguió caminando y de nuevo la aguja apuntaba al norte. 
- ¡Aquí! ¡En este punto la aguja se invierte! - Le gritó a Yin, quien estaba frente a él debido a que se reflejó.
- Espera, camina hacia atrás tantito. Por favor, Ru. -
Ru asintió con la cabeza y empezó a andar de reversa. 
Yin, quien veía fijamente a Ru caminar, vio como el antes mencionado, simplemente apareció volteado, viendo al Borde de reflejo. 
Ru, quien se dio cuenta que Yin estaba detrás de el, caminó rápidamente para pararse al lado de Yin y contemplar el límite del mundo que conocían. 
Ambos, impresionados por el descubrimiento, no se habían percatado que la marca en la mejilla de Yin y detrás de la oreja de Ru, había cambiado de color bruscamente a un púrpura intenso. 







 


 

Yin y RuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora