Capítulo Seis

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Capítulo Seis: Tensión

📍Jeddah, Circuito de Arabia Saudita.
19 de Marzo de 2023.

El Circuito de Jeddah se despliega ante los pilotos como un enorme serpentín, cuyas curvas parecen retorcerse en la oscuridad de la noche, con las luces de neón iluminando la pista como si fueran rayos láser. El ruido de los motores hace vibrar las gradas, un rugido ensordecedor que se mezcla con los gritos del público. El asfalto brilla bajo las luces artificiales, y el calor del desierto parece apretar más con cada vuelta. Las luces de los coches se reflejan en las paredes de concreto, creando una atmósfera densa, cargada de tensión y adrenalina.

En el paddock, los ingenieros están al borde de la locura, pero todo lo que importa es lo que pasa en la pista. Max Verstappen está al frente, pero Daniel Ricciardo lo sigue como una sombra. El australiano está a punto de encontrar la oportunidad perfecta. El neerlandés está comenzando a despistarse, luchando con los neumáticos que ya no le responden como debería, mientras Ricciardo se acerca cada vez más, el DRS activado y la distancia cerrándose.

Los comentaristas apenas pueden contenerse, su emoción es palpable.

— ¡Ricciardo está en DRS! — grita uno de ellos —. ¡Va por la segunda posición! Max lo sabe, está perdiendo tiempo.

— ¡Este es el momento! — responde el otro. — Ricciardo tiene que aprovechar, y Max está jugando con fuego.

La tensión es insoportable. Ricciardo está decidido, no va a ceder. Va a luchar por esa segunda posición como si fuera su última oportunidad, y Max no lo va a permitir. El neerlandés se defiende con uñas y dientes, cerrando cada curva, bloqueando cualquier intento de Daniel, pero el australiano no se va a rendir.

— ¡Sigue, hijo de perra, que aprenda a conducir! — La radio de Ricciardo estalla, llena de rabia. “¡Que lo aprendan, esos imbéciles!” Su voz se escucha clara, el odio en cada palabra.

— ¡Cuidado, Ricciardo! — grita su ingeniero, pero ya es tarde.

— ¡Jódete! — Daniel responde, apretando el volante con furia. — ¡Este cabrón no sabe cuándo parar!

Y entonces, la inevitable. El toque. Max, en un intento desesperado por cerrar la puerta, no ve a Daniel en su retrovisor y, en un movimiento demasiado brusco, se defiende demasiado tarde. El contacto es violento, los coches se sacuden y el impacto se escucha por todo el circuito. Los dos autos se descontrolan.

¡Se han tocado! ¡Se han estampado!

Ambos coches se salen de la pista y el silencio se apodera de los comentaristas por un segundo, antes de que exploten al unísono.

— ¡Esto es una locura! — grita uno de los comentaristas. — ¡Max y Daniel se han ido fuera! ¡Van a necesitar un safary car para calmar esto!

𝐈: 𝐋𝐀𝐓𝐄 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐃𝐄𝐕𝐈𝐋      |    𝐌𝐀𝐗 𝐕𝐄𝐑𝐒𝐓𝐀𝐏𝐏𝐄𝐍 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora