Capitulo 25

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Si tuviera que usar dos palabras para describir el día veinticinco sin duda alguna usaría "borroso" y "doloroso".

No puedo recordar mucho de él. Casi nada, en realidad.

Mi mente estaba demasiado centrada en la cuenta de los días, en mi ausencia de síntomas y en las constantes quejas de Ari debido al dolor como para interesarse en grabar los recuerdos.
Sé que mi esposa tenía nuevas heridas ese día, y esta vez más grandes. En su espalda había unas seis, en sus piernas doce, en sus brazos siete, en su cuello dos y en el resto de su cuerpo tres.

También tenía una pequeña en la mejilla, la cual intentó cubrir con su cabello al descubrirla esa mañana.

- ¿Por qué intentas cubrirla? -Le pregunté mientras intentaba persuadirla para que no lo hiciera. Creo que estaba sosteniendo una de sus manos, pero no lo recuerdo bien.

Ella me miró a los ojos. Además de dolor había desesperación en ese verde que tanto amé. Verla así me rompía el corazón.

- Soy un asco. No quiero darte asco -Murmuró con voz quebrada.

La abracé con delicadeza, intentando no hacerle daño. Aun así, escuché sus quejas de dolor, pero cuando intenté alejarme ella me lo impidió.
Era como si, cerca de mí, el dolor realmente no le importara.

- No me das asco -Le aseguré mientras besaba su mejilla sana. Ella sonrió, lo cual me alegró solo un poco-. Eres preciosa, Ari, créeme...
- Pero...
- Vamos, Ari. He visto granos peores que esa pequeña herida. Está bien, lo prometo. Eres hermosa y jamás dejarás de serlo para mí.

No mentía.
Tiempo después, no sabría decir si minutos o segundos, Nuvia entró a la habitación. No recuerdo si existió una razón específica para esta acción, pero Ari estaba feliz de verla. También yo, aunque ella nunca habló conmigo en toda su estadía.

- ¿Qué tan malo es el dolor? -Le preguntó Nuvia cuando ya llevaba tiempo en la habitación. Ari estaba recostada en mi pecho y yo jugaba con su cabello. Nuvia parecía algo asqueada, pero no dijo nada ni intentó separarnos. Estaba esposada, después de todo, así que imagino que sabía que solo lograría hacerle daño a Ari y a sí misma en el proceso.

- ¿Debo ser sincera?

Nuvia y yo asentimos, aunque mi esposa solo estaba mirando a mi vieja mejor amiga gracias a la posición en la que estaba.

- Es un asco -Aceptó-. La mayoría del tiempo se siente como el vivo infierno alrededor de mi cuerpo. A veces, cuando no me muevo, puedo soportarlo, pero existen momentos en los que el dolor es tan intenso que, al intentar gritar, no puedo hacerlo -Nos contó tristemente. Me sentí mal por ella, y deseé que su dolor fuese mío-. Es como si el dolor me ahogara.
- Varios de mis hermanos y primos murieron como tú -Murmuró Nuvia, tal vez sin pensar.
- Sofi también -Conté. Nuvia se sorprendió, tal vez porque no lo sabía, pero no me dijo nada para consolarme. No me importó, pues tampoco estaba esperando sus palabras.
- Lamento eso. Debió de ser duro para ellos -Dijo Ari mientras un pequeño gemido escapaba por sus labios. Se había movido por error, lo cual había hecho que sus heridas tocaran la cama y mis piernas.

El dolor era casi palpable y realmente lo lamentaba.

- Soy una adulta. Puedo soportar el dolor... Pero ellos -Se veía triste, tal vez demasiado- Lamento que tuvieran que soportar cosas como estas siendo aún tan pequeños. Los niños no merecen castigos de este tipo.
- Yo también lo lamento -Coincidió Nuvia. Tal vez hubo un pequeño silencio. Tal vez no.
- ¿No han aparecido síntomas en ti? -Preguntó Ari suavemente a quien fue mi mejor amiga.
- Ni uno, lo cual es frustrante -Respondió Nuvia casi enojada. Me sentí confundida. ¿Acaso estaba enojada porque el virus aún no había aparecido para asesinarla de la forma más cruel y despiadada?-. Estoy cansada de vivir así. El virus debió matarme de inmediato... De esa forma me habría ahorrado veinticinco días de mierda.
- Pronto vendrá por ti. Lo prometo -Aseguró Ari. Sus palabras me sonaron a locura, pero fue más aun confusa la sonrisa en el rostro de quien fue mi mejor amiga ante lo que mi esposa había dicho.

VIRUS LETAL.  RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora