Suicidio

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†Una semana después†

-¡Mierda, iré ahora mismo!-gritó Sam desesperado mientras corría de un lado al otro del pasillo.
-Sam, cariño,¿que ocurre?-dije yo muy preocupada.
-¡Han encontrado el cadáver de una joven apuñalada en el pueblo de al lado!
Mi mente instantáneamente me llevo a la única solución posible, Jeff.
Sam estaba apunto de salir por la puerta mientras ajustaba su arma en el cinturón y entonces le agarré de la muñeca.
-Por favor, prometeme que tendrás mucho cuidado, te amo.-dije y le bese suplicando que ese no fuese nuestro ultimo beso.
-Tranquila, no pasará nada, te amo.

A la mañana siguiente Sam me llamo diciendo que debería quedarse en la comisaría unos días.

Dos semanas después encontraron el cadáver de Sam en un bosquecillo, había sido brutalmente apuñalado catorce veces en el estomago y sus mejillas estaban cortadas formando una sonrisa, en una roca cercana al cadáver habían dibujado una cara con su sangre":)".

Se celebró un sencillo funeral, mis padres ni se molestaron en venir, por suerte me permitieron traer a Leo, también acudieron algunos familiares de Sam. Cuando todos se fueron coloqué sobre su tumba una rosa y dejé caer una lágrima.
-No te preocupes mi amor, pronto estaremos juntos.-susurré.

Habían pasado ya tres días desde el entierro de Sam, tres días sin comer, tres días sin dormir, tres días de sonreír tontamente recordándole para luego volver a caer al suelo entre lágrimas y gritos.
En tres días había recordado cada momento con el, cada discusión solucionada con un beso, cada abrazo en el que olía su perfume, cada "buenos días princesa". Muchos habrían pensado en venganza, yo solo quería que Sam volviese a mi lado cuanto antes y sabia lo que debía hacer para conseguirlo.

Cierta tarde después de haber estado llorando, fui a la cocina y tomé un vaso, lo llene de agua y me la bebí en silencio mientras las lágrimas corrían libres por mis mejillas, al acabar coloqué el vaso al borde mesa y sin mirar lo empujé, el vaso callo al suelo rompiéndose en mil pedazos, como mi corazón, me agaché y me quede de rodillas observando el suelo y los pedacitos, que, todos juntos, formaban una hermosa galaxia de brillos, no me importaba si se clavaban en mis rodillas, tomé uno de los pedazos más grandes y lo observé, pase mis dedos por sus filosos bordes y finalmente tome una decisión.
Lo acerqué a mi muñeca y lo pase por ella, tan solo fue una caricia, no sentí el más mínimo dolor, comenzaron a verse diminutas gotitas de sangre, no era suficiente. Volví a pasar el cristal pero esta vez fue la definitiva, corté mis venas. Apenas sentí el dolor pues no era para nada comparable con el gran pesar que sentía en mi pecho. Me tumbé en el suelo mientras la sustancia roja lo invadía todo y sentí como abandonaba mi cuerpo y mis ojos se cerraban.
La luz se encendió de nuevo y vi a Sam flotando en la superficie del lago, nadé lo más rápido que pude para conseguir llegar hasta el pero algo me agarró y me tiro más hacia el fondo provocando que todo el aire contenido en mis pulmones se liberará.
Desperté en una habitación de hospital jadeando.¿Qué había pasado?
-Intento de suicidio, casi te pierdo pequeña.-dijo una voz desde un rincón oscuro de la habitación.
Las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas al recordar todo lo ocurrido.
-¿Tu me trajiste aquí?
-Yo llamé a emergencias.-dijo la voz revelándose por fin.
-Debías dejarme morir.-dije yo, no podía parar de llorar.
-¿Y perder algo que me pertenece? Ni de coña.-dijo el riendo.
-Matasté a Sam...eres tan despreciable, te odio, Jeff.-dije con rabia.
-No pequeña, yo no lo mate, alguien se me adelanto, lástima.-dijo el con media sonrisa, cosa que me irritó bastante.
-¿¡Entonces quién lo mato?!-exclame suplicante.
En un parpadeo Jeff ya había salido por la ventana y la enfermera habría la puerta, me vio y salió corriendo y gritando.
-¡Doctora, doctora! ¡Se ha despertado!
Segúndos más tarde se concentraron a mi alrededor un grupo de enfermeros y médicos que me cogían las muñecas me abrían los ojos para examinarme y me hacían preguntas estúpidas, yo me concentré en mirar el rincón desde el que había salido jeff sin decir palabra.

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Casi lloro escribiendo este capítulo ('∩`)

El amigo de la chica marginada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora