El amigo de la chica marginada.

Yo también se jugar a esto.

Desperté a la mañana siguiente, Jeff seguia tumbado a mi lado, dormido. Me acerqué a el y comencé a besarle la frente, como ententedereis es dificil besarle la mejilla.
-Buenos días Jeff...
Jeff abrió un ojo y sonrió, me abrazo y susurro.
-Buenos días Jane...
-¿¡Jane!?-dije apartandome de el y sentándome en la cama.
-¡Grettel! ¡Quería decir Grettel!-dijo saltando de la cama.
-Jeff...¿Quién es Jane?¿Estos días estabas con ella cuando no estabas en casa?
-Si... Ella es solo una amiga, pero el otro día, al entrar en mi habitación, ella me estaba esperando dentro, se acercó a mi y... me besó.-dijo Jeff con cara de culpabilidad.
Yo no estaba enfada, ni triste, simplemente no era capaz de comprender lo que Jeff me decía.
-¿Lo habéis hecho...?-dije completamente inexpresiva.
-No....Bueno, es que yo...¡Grettel yo lo sient...!
-¡¿Cuántas veces?!-grite sin dejar a Jeff acabar la frase.
-Tres...¡pero...!
-¡Jeff! Cállate, por favor, no quiero oir nada más, no quiero disculpas solo quiero que te vallas.-dije aún inexpresiva y mirando al suelo y a la cama, porque sabía que si miraba a Jeff la pena y el llanto ganarían la batalla.
Jeff se vistió lo más rápido que pudo y se fue por la ventana mientras yo conservaba mi postura sin moverme un milímetro. Segundos después de que Jeff desapareciese por mi ventana, tal vez para siempre, el universo entero se me derrumbó encima y caí al suelo. Me senté en una esquina y llore como nunca antes en mi vida lo habia hecho, pero en completo silencio.
¿Solo había sido un juguete para el?
Oí que la puerta de la casa se abría y se cerraba. Pasos hasta la escalera y después por el pasillo hasta mi habitación, alguien llamó a la puerta. No moví un pelo ni siquiera mire hacia la puerta, no hice el más mínimo ruido.
-¿Grettel?-oí la voz de Sam atraves de la puerta.
Entonces la puerta se abrió, yo no hice nada, no podía.
Sam me vio y se acercó a mi rápidamente.
¡Grettel! ¿¡Estás bien!? ¡Responde!-dijo Sam histérico.
Al no recibir la menor respuesta por mi parte me levantó la cabeza delicadamente y vio los dos diminutos riachuelos que surcaban mis mejillas.
-¿¡Qué te ocurre?!-gritó Sam.
Por fin reaccioné. Proferir un quejido desde lo más profundo de mi pecho y me abracé a el sollozando fuertemente.
Sam pasó uno de sus brazos por debajo de mis piernas y el otro por mi espalda y me levantó aprovechando que estaba abrazada al él. Me llevo al su habitación y me tumbó con delicadeza en su cama, después se arrodilló al lado de la cama y me agarró una mano.
-Siento todo lo que as pasado, pero quiero que sepas que siempre me vas al tener aquí. Supongo que sólo seré eso para ti, un hombro en el que llorar.-dijo Sam agarrando mi mano.
Soltó mi mano y se dirigió al la puerta.
-No te vallas... Te necesito.
Sam se tumbó a mi lado, me acerque a el y comencé a besarle, esto era lo mejor para mi, Sam me podría dar una vida que Jeff jamás habría podido, y es que a veces hay que anteponer la razón a los sentimientos, Jeff solo fue un error que debía olvidar.
Sam siguiente besandome mientras desabrochaba los botoncitos de la camisa de mi pijama. Fue bajando por mi cuello yo me agarraba a las sabanas y miraba a los lados, mientras descargas de placer recorrían mi cuerpo. Fije la vista en la ventana hasta poder distinguir bien la figura que se veía a través de ella. Era Jeff que miraba con los ojos rojos por las lágrimas y la furia la escena. Al verle cogí a Sam por las mejillas y lo acerque a mi cara besandole apasionadamente mientras me aseguraba de que Jeff podía presentar la escena. Y lo hacía. Jeff pego un fuerte golpe en el cristal y después se impulso de la pared de la casa y despareció de mi vista. Sam siguió besandome el cuello.
-S-sam... Para... Esto, es muy precipitado...
Sam paro de inmediato, cosa que Jeff en su lugar no habría hecho.
-Te amo Grettel... No se cómo ha podido pasar pero cada vez que te veo me enamoras un poco más.
- Yo también te amo.-le dije entre besos y risas.

Jeff 1 - 1 Grettel