Nueva vida

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A la mañana siguiente ya con la mente más tranquila las chicas se tomaron un tiempo para pensar excepto una, una mucama con los ojos cerrados elegantemente les llevo el desayuno, un plato que sirvió con sopa de una gran cazuela de metal pulido, huevos y un pedazo de queso.

Les asombro la calidad de aquella comida, la mucama les informo que la señora de la casa las llamaba al vestíbulo al terminar el desayuno para recibir la información de bienvenida.

Así después del desayuno salieron y se dirigieron al vestíbulo al mismo tiempo. En el lugar se encontraba la señora de la casa con un vestido grande y elegante color rojo con negro contaba con muchos adornos, junto a ella se encontraba un chico apuesto, se veía bastante joven con la misma elegancia y traje similar al de la señora, a un costado en fila de manera vertical se encontraba la mucama y el mayordomo que los recibió el día anterior, con ojos cerrados y apariencia tan seria que parecían estatuas. La señora de la casa comenzó a hablar

―Bienvenidas a mi hogar la posada para almas perdidas. Mi nombre es Talandra Derks, este es mi hijo Relber y mis queridos asistentes Robert y Casandra. Les damos la bienvenida y les explicare su estancia aquí, pueden quedarse a cambio de que trabajen aquí de cualquier forma que ustedes quieran, les ofrecemos comida, hospedaje y las comodidades que necesiten, son libres de ir a cualquier lugar de la propiedad pero si salen de ella ya no tendrán mi garantía de seguridad, dentro de la mansión pueden ir a cualquier habitación excepto, la mía, la de mi hijo y el sótano oeste. ¿Tienen alguna duda?

Las chicas se quedaron calladas hasta que Ezil pregunto

―¿Que tipo de trabajo tenemos que hacer?

―Lo que ustedes elijan, aquí tenemos de todo tipo de labores. Cocina, textil, ganadería, además pueden ayudar con labores domésticos, ustedes elijan. Tómense su tiempo para explorar el lugar y decidir.

Las chicas parecían convencidas de quedarse y antes de que pudieran comenzar a pensar que era lo que querían hacer y tomar valor para preguntarle acerca del fantasma que vieron la noche anterior Talandra continuo.

―Son libres de irse o quedarse, estoy consciente de los rumores de mi hogar pero eso no me afecta, aquí no hay nada paranormal pero eso lo decidirán ustedes.

Las chicas perdieron los ánimos de hablar sobre eso así que se limitaron a asentir y darle las gracias. La señora Talandra y su hijo Relber se retiraron y los asistentes regresaron a sus actividades y en un momento el vestíbulo quedo vacío. Se miraron una a la otra y escucharon una voz que venía del techo.

―Lo disimula muy bien, ¿No les parece? ―Dice Grael que estaba acostado en el techo baja lentamente hasta el piso. ―Muy bien ahora si ¿están lista para firmar?

―El contrato dice que poseras nuestro cuerpo, ¿Acaso es una trampa? ―Dice Mitsy

―Eso solo será temporal, y solo cuando lo necesite. Si están de acuerdo tendré control de sus cuerpos pero descuiden les avisare y tratare que sea el momento adecuado. ―No se ven convencidas del todo. ―Bueno les explicare, estoy atrapado aquí, esa bruja me mantiene aquí y quiere atraparme, por eso quiero salir.

La sorpresa de las chicas comenzó a desaparecer, pero aún les quedaba un poco de duda acerca de lo que sería para ellas o en lo que estarían involucradas. Grael se movía flotando de un lado a otro al explicarles, por lo que despertó la curiosidad de las invitadas.

―Eres un fantasma. ―Dijo Mitsy
―Así es
―Claro si no puede salir necesita a alguien para hacer de su transporte. ―Penso Ezil.
―¿Como nos contactaste? ―Dice Vozi para sorpresa de los presentes.
―Claro, soy un fantasma ¿cierto? Es un trabajo complicado, no soy un fantasma normal, yo uso magia, fue así como pude... observarlas y enviarles una carta a escondidas.

―¿Como que observarnos? ―Protesta Ezil.

―Bueno no cualquiera aceptaría ayudar a un fantasma en un lugar como este ¿cierto? No me parece una mala práctica identificar quien está disponible para ofrezer ayuda y ustedes me ayudan, justo ¿no?

Todas pensaron en ese momento y comprendieron que era casi increíble, que una carta les llegara ofreciéndoles un deseo en su momento más vulnerable era irreal, y ahora saben porque, un poco incomodas reconocen que aceptar venir a esta mención por una carta que les llego fue un mero acto desesperado.

―¡Que desagradable! Pero si puede darme lo que quiero lo valdrá.
―Me convenció el deseo, tal ves pueda empezar una nueva vida.
―Ahora entiendo, podre escapar.
―Al menos tengo un lugar donde quedarme.

Pensaron cada una de las chicas mientras veían a Grael con una sonrisa boba, meditaron un buen rato pensando en lo que significa hacer un contrato con un fantasma,. Pensaron cada una en su situación y la primera en dar un paso adelante fue Ezil.

—¡Lo hare¡ Concédeme mi deseo.

—Solo tienes que firmar. —Grael les ofreció una ajuga diciendo ―Con una gota de su sangre será suficiente.

Una a una se pincho el dedo y dejo escapar una gota de sangre que cayo sobre el papel de cada una, al instante Grael hizo desaparecer el contrato con una cara de satisfacción.

—Perfecto. Muchas gracias.

―Me pregunto si firmar este contrato nos pondrá en contra de la señora Talandra, dijo que no hay fantasmas, pero Grael dijo que lo quería capturar, esto es muy misterioso. ―Pensó Mitsy.

―Muy bien un placer hacer un trato con ustedes, estaremos en contacto por ahora pueden explorar esta mansión y yo estaré con ustedes para decirles cual será nuestro plan, ¿alguna otra duda?

Ninguna quiso hablar y se limitaron a mirarlo, cuando Grael se disponía a ir haciendo una reverencia y desapareciendo mientras decía. ―Bienvenidas.


Chicles mágicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora