Deseos

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Cada una de las chicas se encontraba luchando con la decisión de que hacer, aun digiriendo su encuentro con Grael y el contrato que acaban de hacer. Se dedicaron a explorar la mansión un poco con curiosidad y encontrar un trabajo que les guste.

Ezil le interesan los trabajos manuales y de fuerza, pero parece que solo quiere hacerse fuerte haciendo ejercicio, así que se encontraba en la granja. Se dividía la sección de los cultivos en tres grandes parcelas, una de ellos parecía estar listo para cosechar, otra se encontraba retoñando y la última se estaba preparando la tierra, el lugar lucia bastante amplio y rebosando de vida.

Tis está interesada en la ropa y textiles así que se dirigió a un taller donde se encontraban grandes montañas de telas, lana e incluso seda, dentro tenía varias herramientas distintas y algunas otras que nunca había visto, además de algunas grandes estructuras de metal y madera polvorientas que se veían complejas.

Vozi parecía indecisa y solo se la pasaba caminado por los pasillos y jardines contemplando los detalles con una mirada analizadora y un peculiar sigilo, todo era muy elegante y refinado, los jardines llenos de hermosas flores y los campos verdes. Para Vozi resultaba extraño y casi aburrido excepto por la gran variedad de estas, no solo había rosas rojas o blancas sino que encontraba azules, verdes y negras que nunca había visto. Plantas que le causaban gran curiosidad por sus formas extrañas, pasando una y otra vez por los largos jardines.

Mitsy no tenía ningún plan, desde un principio pensó en trabajar haciendo labores domésticas, por lo que paseo por la mansión sin ningún rumbo, se propuso a visitar a sus compañeras en un intento de intimar con lo que serían sus compañeras y sentía una conexión con ellas por haber llegado juntas y tener un encuentro con un ente sobrenatural.

Primero se dirigió con Ezil la encontró con una vara de madera practicando estocadas blandiéndola como si fuera una espada.

—Hola que haces.
—No es obvio, me preparo para luchar.
—¿Luchar contra quién?
—Esos son mis asuntos. Quédate atrás y no me molestes.
—Está bien solo quería ver si ya encontraste tu lugar de trabajo... este campo es muy grande ¿te interesa la agricultura?

—¿Qué? No, solo quiero hacerme fuerte y luchar.
—De acuerdo... supongo estas ocupada ¿pero no deberías usar una espada real para practicar?
—¡Cállate! —Dice Ezil con un poco de pena oculta. —La conseguiré... —Y continúo golpeando al aire con más fuerza y rapidez.

Mitsy se aleja lentamente un poco asustada y decepcionada de no poder acercarse a Ezil, pensando que es muy agresiva y se preguntaba a quien quería herir, además que seria difícil no era común que las mujeres lucharan o eso creía.

Se dirigió a los talleres con Tis, ella se encontraba acomodando telas y vestidos, posando enfrente de un espejo para ver cómo se vería si usara uno de esos elegantes y bonitos vestidos.

—Hola

Tis se asustó dando media vuelta y tratando de ocultar los vestidos.

—Disculpa no quise asustarte
—Esta bien solo estaba... viendo.
—Si, son vestidos lindos, seguro que te quedarían bien
—¿A mí? Claro que no... no soy... linda para usarlos. —Decía casi tartamudeando y con mucha timidez.

—Claro que sí, solo hay que conseguir el vestido adecuado, seguro hay alguno en todo este lugar de telas.

—No estoy segura, solo vine a ver.
—Tonterías, mira tal vez... este, no mejor este, o tal vez aquel, ¿qué me dices de este?
—No yo no...
—Quizás necesitemos permiso de la señora para usar su ropa. —Interrumpió Mitsy sin prestar atención a Tis.

—Escucha te agradezco la visita, pero estoy... ocupada.
—¿Ocupada con qué? —Mitsy intenta jalar una prenda de un gran montón de telas, pero pierde el equilibrio al derrumbarse y dejar al descubierto una pequeña recamara con maniquís de costura que tenían vestidos grandes y elegantes.

Chicles mágicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora