Siempre fuiste, eres y serás 3

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Quiero aclarar que no tengo nada contra Belcebú, me gusta su personaje y su diseño, solo necesitaba al tercero en discordia. Espero y les guste.

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La noche caía sobre el pueblo, me recosté en mi cama y aunque intenté conciliar el sueño algo me lo impedía, intente concentrarme en el fuerte sonido del viento, pues era todo lo que se escuchaba, cerré mis ojos esperando que el cansancio alcanzara mi mente, pero simplemente no lo logré, todos mis pensamientos viajaban a la mujer rubia que era mi amiga, había crecido más, si su cuerpo ya era una fascinación para mi desde hace tiempo, ahora no era más que una obra de arte, ya era toda una mujer y yo era un hombre, una y otra vez me preguntaba si ella no sentía lo mismo o si no se sentía un poco atraída por mí. Pequeños golpes se fueron escuchando, obligándome a salir de mis pensamientos y a abrir los ojos, los volví a escuchar, pero solo veía oscuridad, hasta que fueron más fuertes y pude reconocer que venían de mi ventana, me levanté y me asomé con precaución, viendo a mi amiga envuelta en una manta que apenas y la cubría. Rápidamente abrí la ventana.

-Pero ¿qué haces aquí? -le susurre mientras la ayudaba a entrar por mi ventana a mi habitación intentando hacer el menor ruido posible.

-No quiero estar en casa -me contesto de igual forma en susurro, dejando su manta en mi silla de trabajo -vino cada familia que han conformado mis hermanas casadas, junto con primos y algunos amigos -se quitó sus zapatos para caminar con mayor sigilo hasta llegar a mi cama.

Tragué en seco al ver como se acomodaba en mi cama, solo cubierta por su fino camisón que resbalaba por cada curva de su cuerpo. Por favor, Dios, ¡dame control y raciocinio! Supliqué en mi mente y me acerqué a mi cama sin ninguna intención de acostarme en ella.

-Si quieres puedes dormir en mi cama para que tengas tranquilidad -tome una sábana de mi cama -yo iré a dormir a la sala.

Vi como ella palpaba el colchón, justo a su lado y me sonreía de una forma que no había visto en ella. Sin embargo, no me moví de donde estaba, siento que mi cuerpo se hizo de plomo y no podía mover los pies de donde los tenía.

-Nikola, nos conocemos desde los cinco años -volvió a darle palmaditas a la cama -podemos compartir cama ¿no? -me susurró.

Claro que quería compartir cama con ella, no solo esta noche, si no todas las noches de mi vida, mi mente decía que no, pero mi cuerpo me estaba traicionando, al final me acosté a su lado, había hecho más caso a mis impulsos que a mi razón, ella estaba en el rincón, pegada a la pared y yo estaba en la orilla, me quedé muy quieto, sin querer rosar piel con piel, fijando la mirada al techo para no cometer una imprudencia, temía que si la volteaba a ver mis ojos la recorrerían sin pudor alguno. Ella se acostó de lado para mirarme, se pegó más a mi cuerpo, una de sus manos dio a dar a mi rostro para voltear mi cabeza para que la pudiera ver.

-¿Qué sucede Göndul? -intente concentrarme en su rostro y solo en esa parte de ella.

-¿Qué te sucede a ti? ¿estas incomodó? -me miró muy seria, esperando mi respuesta.

-No -fue lo único que pude articular.

Ella alzo una de sus cejas mirándome con incredibilidad, volvió a posar una de sus manos en mi rostro y peino mi cabello castaño hacia atrás, rozando mi mejilla en el acto. Tomé valor y me acosté también de lado, quedando frente a frente. La miraba entre ansiosa, divertida y algo apenada por cómo nos estábamos comportando. Pero había algo más.

-¿Algo te sucedió Göndul? -pregunté quedamente.

-A ti no te puedo ocultar nada -me miró con una sonrisa decaída y después se puso seria -el señor Belcebú intentó propasarse conmigo -vi la tristeza que había en su mirada, por mi parte solo pude sentir enojo, una clase de rabia que recorría todo mi cuerpo y que me motivaba a ir a su casa y partirle la cara a ese maldito hombre. -Me confeso que quiere desposarme y me negué, no tomo muy bien mi negativa así que intentó besarme a la fuerza.

Traté de calmarme, pero me era imposible, solo imaginaba como había querido forzarla a algo más. No quería, necesitaba darle una paliza a ese imbécil para enseñarle a respetar a mi amiga.

-¿Se lo dijiste a tus padres? -busque una de sus manos y la aprete con fuerza.

-Qué sentido tiene Nikola, mis padres hubieran aprobado el matrimonio y hasta me hubieran presionado para darle el sí -sus ojos brillaron por las lagrimas que quería derramar.

-Lo voy a matar, te juro que pagara la bajeza que te ha hecho -me quise levantar de la cama, no me importaba la hora que era, no me importaba hacer un escándalo por defender a mi amiga, pero ella me detuvo con fuerza.

-Te lo suplico Nikola, no cometas una locura -me suplicó desesperada -ahora estoy aquí contigo, eres mi lugar seguro y no quiero que te vayas -se aferró a mí como si su vida dependiera de ello.

-No voy a dejar las cosas así, ¿Qué clase de hombre es, que fuerza a una mujer? -ya no me dijo nada más, solo me miraba suplicante.

Unos pasos se escucharon por el pasillo de mi casa, rápidamente tomé una sábana y me metí a la cama junto a ella, tape nuestros cuerpos y la abrasé para cubrir su cuerpo con el mío, le estaba dando la espalda a la entrada. La puerta de mi habitación se abrió y la luz de una vela se asomó junto con el cuerpo de alguien.

-¿Estas bien hijo? Escuche que hablabas -mi madre hablo fuerte, me hice más de lado para tapar a mi amiga, ella en cambio se acurruco aún más haciéndose pequeña contra mí.

-Sí madre estoy bien, no puedo dormir bien así que empecé a hacer unos cálculos, pero empecé a hablar en voz alta sin darme cuenta -giré lo más que pude solo mi rostro para no destaparnos. -Ahora mismo me duermo, una disculpa.

-Trata de descansar Nikola, ya es tarde -sin decir otra cosa, mi madre dio media vuelta saliendo de mi habitación y cerrando la puerta.

Respiré con más tranquilidad, no sé qué hubiera pensado mi madre si se daba cuenta que tenía escondida en mi cama a mi amiga. Ella se removió un poco y me di cuenta de que todavía la estaba abrazando, casi aplastándola con todo mi cuerpo, un fuego se inició en mí, no quería soltarla, la sentía tan pequeña a comparación de mi estatura, tan perfecta que encajaba en mis brazos.

-Lo siento, por mi culpa pude meterte en problemas -me susurró, ella alzo su cabeza para mirarme.

-Pero no sucedió nada, así que no te preocupes -la solté un poco para no incomodarla y tomar algo de distancia, pero ella no se movió ni un centímetro.

-¿Cuándo creciste tanto Nikola? -su pregunta me tomo por sorpresa, sus manos se posaron en mi abdomen, subiendo poco a poco hasta mis hombros, su tacto me quemaba por donde me recorría -te has convertido en todo un hombre, en un maravilloso hombre, lleno de bondad y amor, las personas que no ven eso, son ciegas o increíblemente estúpidas.

Me tomo fuerte de los hombros, acercando su cuerpo lo más que pudo al mío, estirando su cuello para alcanzar mi cara, por un efímero instante pensé que me besaría, pero se desvío de mis labios y besó suavemente mi mejilla, retrocedió un poco y se acomodó en mis brazos.

-Descansa Göndul, estaré aquí cuando despiertes -la estreché en mis brazos -pero lo que te hizo ese poco hombre no se quedara así, cremé que lo pagara.

Ella ya no me contesto nada, solo sentí mi camisa mojarse por las lágrimas que estaba derramando, acompañada de pequeños quejidos que amortiguaba contra mi pecho, se aferró más a mi camisa con todas las fuerzas que pudo, tratando de tranquilizarse, la sujete a mi cuerpo y bese dulcemente su cabeza mientras le acariciaba su cabello rubio. Fue así como ambos nos quedamos dormidos, ella llorando por aquella horrible situación que había vivido y yo con una combinación de odio hacia aquel horrible hombre y un amor que nacía más fuerte por la mujer que dormía en mis brazos.

Haría de todo para que ella olvidara ese mal momento, intentaría hacerla inmensamente feliz cada segundo que pasara con ella, porque ya no guardaría más mis sentimientos, estaba perdidamente enamorado de Göndul y se lo demostraría.

Fue la noche que más había podido dormir, siempre me había costado conciliar el sueño, pero esta vez no me había despertado ni una sola vez, los rayos del sol se hicieron presentes y empezaron a dar un calor agradable a la habitación, empecé a escuchar ruido fuera de mi cuarto, pero me negaba a abrir los ojos, me aterraba que hubiera soñado solo compartir la cama con ella y apenas abriera los ojos su calor desaparecería de mi lado. Aprete su cuerpo, notando que ella no era una ilusión puesto que no se había desvanecido, así que abrí los ojos, fue la vista mas hermosa que pude haber tenido en mi vida, ella ya estaba despierta, sus ojos verdes miraban fijamente los míos y un sonrojo demasiado notorio se posaba en sus mejillas, ¿Por qué era tan perfecta?

|• Tesla x Göndul •|《SNV》/+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora