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Avanza, Kazutora.

Dejaré todo por ti.

Desde aquel incidente en dónde le quité la vida a Shinichiro Sano, manchando mis manos por segunda vez, traté de todas las maneras posibles justificarme.

"¡No lo maté a propósito!'

"No fue así, lo juro."

Pero los delirios de la mente inestable toman lugar en el manejo del cuerpo, y hacen que cometas acciones de las cuales te arrepentirás. Tan inmerso estaba en demostrar mi "inocencia" que terminé haciendo lo que todos hacen, culpar a los demás. Culpé al hermano de la víctima alegando que todo fue culpa suya; pero, quien empuñó el arme fui yo, quien entró a robar fui yo, y quién acabo con la vida de Shinichiro Sano fui yo.

Admito el crimen que he cometido, admito el pecado que he llevado a cabo. Todo el tiempo que pasé en prisión "expiando mis crímenes" solo sirvieron para odiar a Manjiro Sano, al cual yo veía como al verdadero culpable. Pero no había sido él, todo fue un producto de a lo que yo llamo  "la mente del inculpador", todo fui yo.

Y desde que mi mente ha salido de ese trance por querer limpiar mis manos, no he hecho más que arrepentirme y pensar lo estúpido que fui, y lo estúpido que soy al escribir esta carta para ti.

Manjiro, he encontrado otro camino. Te juro que quiero cambiar como persona, sé que nada de lo que yo haga te traerá a tu hermano de vuelta, lo sé muy bien.

Pero por mi parte quería hacerte saber que todo fue mi culpa, todo lo hice yo, y me arrepiento más de lo que te imaginas, no existen palabras que den a relucir lo mucho que lo siento, y si incluso lo hubieran no serían suficientes.

No pido que me perdones, sé que eso es imposible, pero lo lamento. Lamento tanto arruinar tu cumpleaños, lamento tanto haberte quitado una de las cosas que más amabas. Seguiré siendo el mismo chico miserable toda mi existencia y, viviré siempre para ser atormentado por aquel delito.

Manjiro, quiero que sepas que si hubiera algo que yo pudiera hacer para traerlo de vuelta, lo haría sin dudar, si pone mi vida en peligro la doy por completo.

Mi carta y disculpas no se comparan con tu dolor y con tu perdida, lo siento.

Lo siento tanto.

No volveré a aparecer en tu vida, no la volveré a arruinar, no planearé nada en contra tuya.

Arrugó la hoja desesperado, lanzándola al montón de papeles, después de horas tratando de escribir algo, todos han sido intentos fallidos

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Arrugó la hoja desesperado, lanzándola al montón de papeles, después de horas tratando de escribir algo, todos han sido intentos fallidos.

La frustración le carcomía toda la piel, le picaba, quería arrancársela. Comenzó a mordisquearse los labios mientras pensaba una forma de expresar su terrible culpa, pero pronto se dio cuenta que realmente no existía una forma para hacerlo, porque bajo los ojos de Mikey, Kazutora siempre será el asesino de su hermano.

Jardín de amapolas rojas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora