22 - Prismea y Lyral

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Tras un largo día de trabajo, Prismea se tomó su merecido descanso.

Se dejó caer sobre el sofá mullido y suspiró.

La rodeaba un silencio bastante absurdo.

Miró a su alrededor, esperando ver a Lyral cerca, pero sin embargo, no había nadie.

Arqueó una ceja.

No era normal que Lyral desapareciese así como así.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió de golpe y apareció Lyral.

Tenía un gesto de fastidio en la cara.

Prismea: ¿Dónde estabas? No te había visto desde hace un rato

Lyral dejó escapar un bufido y se sentó en un sillón cercano.

Se llevó una mano a la frente, pensando.

Prismea: Ya veo que no estás muy habladora hoy, ¿eh? ¿Tuviste un mal día?

Lyral: Mehh... Algo por el estilo...

Prismea: Creo que no te deberías estresar tanto. Si hay algo que te preocupe me lo puedes decir.

Lyral: No no, si no es nada... Sólo es una tontería, una minucia...

Prismea: ¿Estás segura?

Lyral asintió y no añadió nada más.

Prismea pensó en cómo podía alegrarle el día a Lyral. Se levantó del sofá con una sonrisa.

Prismea: ¡Ya sé! Voy a preparar de mis galletas caseras, ¿te parece bien?

Lyral le dirigió una sonrisa, pero volvió a poner una expresión seria en cuanto ella salió de la habitación.

Se levantó y salió de la habitación rápidamente.

Cruzó varios pasillos que parecían infinitos hasta que llegó frente a una puerta. La abrió y entró dentro.

Era su propia habitación.

Estaba repleta de mapas diferentes pegados por la pared y había una estantería con libros a un lado. También había un escritorio lleno de papeles.

Se acercó y abrió uno de los cajones del escritorio.

Empezó a rebuscar en él hasta que encontró lo que buscaba.

Lyral: Lo encontré

Sonrió.

De pronto, la voz de Prismea se oyó a lo lejos.

Prismea: ¡Lyral! ¡Necesito ayuda con la masa!

Lyral metió el objeto en el cajón de nuevo rápidamente y lo cerró de golpe.

Lyral: ¡Ya voy!

Salió y se aseguró de cerrar la puerta bien, por si a alguien se le ocurría venir a cotillear. No quería que nadie le chafara los planes...




GUARDIANA - Una historia de AmphibiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora