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Si había algo que le encantaba a Jongwoo, era lo alegre y lleno de energías que siempre andaba Jay. El chico parecía la encarnación humana de un golden retriever, siempre cantando y mostrando reacciones graciosas a lo que pasaba. Jongwoo adoraba cuando Jay aparecía en su habitación, inclinando la cabeza hacía un costado como un cachorro para luego ir tímidamente a abrazar a su hyung.

Por eso Jongwoo se preocupó demasiado cuando sintió que la siempre brillante energía de Jay se iba apagando. No iba a mentir, el coreano se había dado cuenta hace tiempo que las cosas no estaban yendo muy bien para el trainee estadounidense. Primero, en la segunda eliminación salió del top 9, y pocas semanas después fue votado como el peor del equipo "Overdose" —algo que Jongwoo consideró completamente injusto. ¿Es que la audiencia entera se había quedado sorda de un segundo a otro? ¿Cómo podrían votar último al chico que llegó a notas increíbles mientras bailaba en el suelo? Por poco se le escapó una maldición cuando se anunció el resultado—.

Aunque el equipo terminó ganando la misión —algo que alivió increíblemente a Jongwoo, a pesar de todo—, el coreano sintió su corazón doler en su pecho al ver que la felicidad no terminaba de llegar a los ojos del chico. Estuvo a punto de ir a consolarlo e intentar decirle algo cuando lo vio llorar, pero pronto vio como Jay era rodeado por Jiwoong y Haruto, así como por otros trainees, y decidió que luego podrían hablar.

"Cuando estemos solos...". Pensó el coreano, suspirando frente a las bajas posibilidades que tenía ese escenario de darse.

Felizmente para Jongwoo, el momento llegó más pronto de lo que esperaba. Esa misma noche, mientras pasaba por el pasillo, pudo ver que en la habitación del estadounidense no había nadie más que Jay, el trainee tirado en su cama mientras miraba el techo. Al comienzo eso lo puso feliz, pero luego vio lo (miserable, triste, pensativo, deprimido) que se veía el chico y apretó los labios de frustración. Tocó levemente la puerta para que Jay supiese que alguien iba a entrar, pero él no hizo esfuerzo alguno en moverse —muy en el fondo, él estaba seguro que Jay sabía que él iba a ir a verlo en algún momento. Tal vez hasta lo estaba esperando—. Entró y se sentó en la misma cama en la que estaba Jay, su mirada recorriendo el rostro del chico y dándose cuenta que él estaba evitando mirarlo a los ojos.

—¿Cómo estás? —La pregunta hizo que Jay apretase los labios y cerrase los ojos con fuerza, pero no le respondió a su hyung. Esto entristeció un poco al chico, pero no se iba a rendir. Iba a conseguir que Jay sacase todo lo que sentía, aún si tenía que sacárselo poco a poco. —¿Hm, Jay?

—Hyung. —El estadounidense por fin miró a Jongwoo, y él sintió su mundo destruirse en pedacitos al ver lo tristes que se veían sus ojos, brillantes por las lágrimas no derramadas. Pronto Jay volvió a apartar la mirada soltando una risa irónica. —Estoy... No sé, son demasiadas cosas.

—¿Quieres hablar de ello? Dejar que todo salga, ya sabes. —Usó un tono de voz suave, el que sabía que lograba que el chico soltara todo lo que sentía durante sus charlas nocturnas. Jay lo miró con pesar, sus ojos demostrando el conflicto interno en el que se encontraba.

—No debes hacer esto hyung, en serio... Ni siquiera sabría por dónde empezar.

—Creo que lo primero que nos gusta escuchar es un "lo hiciste bien". —Comenzó a acariciar el cabello de Jay, sonriendo levemente cuando sintió el cuerpo del chico relajarse bajo su toque. —Que por cierto, lo hiciste genial.

—Sabes bien que no-

—¡Lo hiciste increíble! Tus vocales fueron una cosa de otro mundo, y no voy a aceptar otra respuesta que no sea esa, caso cerrado. —Jay sonrió con suavidad, pero pronto volvió a tener un puchero en sus labios.

cumplidos ☆ jaywooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora