Like the summer breeze

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— Vamos, Jamie, llegamos a casa — Sacude despacio a su hijo para poder entrar a casa.

—Mhh — Jamie se queja ignorando el llamado de Louis.

—Vamos, cachorro — Louis toma al niño en brazos para poder entrar cerrando la puerta del auto, saca las llaves de la bolsa de su pantalón y sube las escaleras para poder dejarlo sobre la cama.

No era tan tarde, el reloj estaba a punto de marcar las 5 de la tarde, Jamie despertaría aproximadamente a las 6, lo que le daría tiempo para preparar algo rápido para comer y programar las citas para el siguiente día.

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Agotado.

Harry estaba agotado, tenía unas clases que planear, buscar algo para comer y un lugar para dormir, definitivamente la sala de maestros no era muy cómoda.

Pero era mejor que dormir en la calle.

La señorita Margaret dejó muy claro que tendría que buscar un lugar rápido ya que la escuela no era un lugar para vivir, pero, el omega no tenía ni un solo centavo para alquilar una habitación en un hotel.

Esperaba soportar una semana más para pedir su primer pago y poder ir a un hotel.

Y es que había gastado todos sus ahorros en el vuelo a Italia, era una gran oportunidad y no la podía desaprovechar, llevaba meses esperando ser llamado.

Y ahora estaba aquí, intentando cumplir su sueño.

Trabajar fuera de casa, tener un lindo hogar ,encontrar un Alfa y tener cachorros propios a los cuales educar.

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—¿Te divertiste hoy? — El alfa deja el plato con pasta y pollo frente al rizado que aún está un poco adormilado.

— Mucho — Jamie toma un bocado de su pollo y Louis alza las cejas en forma de sorpresa, Jamie nunca se divertía en la escuela.

— ¿A si?, ¿qué hubo de divertido hoy? — Coloca otro plato y se sienta frente al niño.

— Harry — Contesta como si la respuesta fuera obvia.

—¿Harry?

— Mmmh— asiente mientras continúa comiendo.

— Ya veo.

— Si, él es amable y bonito, y me dijo que se quedaría todo el día conmigo, me leyó un cuento y comimos galletas.

— Eso es increíble, amor — Toma una servilleta para limpiar la comisura de sus labios.

—Si, mañana volveremos a jugar, ¿podemos llevarle un poco de pollo? Me he comido todas sus galletas.

— Bueno no estamos seguros si el quiera quedarse mañana contigo, tiene que ir a casa y si, si podemos llevarle un poco de pollo.

— Él no tiene que ir a casa — Jamie se encoge de hombros y toma un poco de su jugo.

— Tú no sabes eso.

— Si, si lo se.

— ¿Y cómo lo sabes?

— Él dijo que no tenia una casa aún y además su maleta esta bajo la mesa.

Louis se quedó callado, no sabia que más decir, y ciertamente le cree a Jamie, es un niño demasiado honesto, además no habría razón para mentir.

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— ¿Te quedarás conmigo hoy? — Pregunta Jamie, esta sentado en una silla  moviendo sus pequeños pies los cuales no alcanzan a tocar el suelo.