Capítulo 15

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Si la habitación dejara de moverse, tal vez podría pensar con claridad.

Su garganta se sentía seca, la parte posterior de su lengua hormigueaba, como si tuviera náuseas, alfileres y agujas extendiéndose por sus dedos de manos y pies.

Y la habitación simplemente no dejaba de... moverse...

Si... si tan solo...

Sintió que se le escapaba el aire, y de repente hizo una mueca ante la penetrante luz blanca de lo alto.

¿Cuándo se había caído?

Ella parpadeó. ¿Era así como se sentía Shirou? No es de extrañar que el idiota haya decidido dormir durante una semana...

Algo cortó la luz cegadora. Alguien inclinado sobre ella. No pudo distinguir quién era. ¿Fue Shirou? ¿Tomás? freke?

"No... otra pregunta." Murmuró, casi suplicando, en caso de que fuera el sabio mayor.

Su mano acunó la herida, la sangre roja se filtraba de entre los bordes del cuchillo, derramándose sobre sus dedos hasta formar un charco en el suelo.


-xXx-

Biorr rugió cuando su gran espada astilló la piedra cortada del borde del puente, Miralda se alejó bailando una vez más antes de lanzarse a un ataque renovado.

La loca era implacable, aullando y gimiendo mientras golpeaba, cada golpe de su hacha se encontraba con el filo de su espada. Ella se acercó, demasiado cerca para que él aprovechara su mayor alcance; aunque dudaba que esa fuera una estrategia intencional de su parte; la bruja solo quería sangre.

Arriba, Ostrava se impulsó hacia arriba y sobre el borde lo más silenciosamente que pudo. Un guardia solitario miró desde el otro lado hacia la pelea de abajo, con un arco colgado del hombro y la espada envainada.

El príncipe de Boletaria, agazapado, desenvainaba su espada lo más silenciosamente que podía.

Agarrando al hombre por la boca, su espada rúnica pronto sobresalía de su estómago.

Miró hacia abajo, escuchando y observando el choque del acero encantado contra el hierro negro por un momento antes de abrir la puerta de babor y deslizarse adentro.

-xXx-

Yurt se volvió una vez más hacia la doncella, con la hoja de la hoz en la mano, se inclinó hacia adelante, agarrándola por el cuello, la arrastró hacia sí, lista para abrirle el cuello demoníaco.

AAAAARRRGH!

La hoja salió de la nada, un destello de plata azul antes de que su brazo se abriera, la armadura se desgarró cuando retrocedió, soltando su arma.

Un fantasma se paró a su lado.

Pronto se unió otro.

Y otra... y otra...

El poder crujió sobre su forma, una carga casi estática en el aire mientras la doncella sostenía su bastón en alto.

'Alma de los perdidos retirada de su recipiente...'

-xXx-

El monumental estaba al tanto.

El monumental siempre estuvo pendiente.

Más que cualquier otra criatura estaba consciente.

Consciente del viejo. Empujando y esforzándose contra su tenue agarre, más poderoso cada día se volvía. Debilitado ahora, solo por los dos Archidemonios asesinados.

Las almas de los héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora