Capítulo 10

16 3 0
                                    

Ella estaba de pie en una colina.

Estaba de pie, sus hombres a su alrededor, vitoreando, sus armas levantadas en el aire. "¡Victoria!" Ellos gritaron. Cantando su nombre... su nombre falso.

" ¡Arturo!"

" ¡Arturo!"

" ¡Arturo!"

" ¡Arturo!"

Levantó su espada, y el ejército rugió con atronadores vítores. Pero ella no compartió su alegría, su jolgorio. Sus sonrisas no tocaron su rostro, no alcanzaron sus ojos.

Sus hombres se arrodillaron, cada uno inclinándose a sus pies.

Sir Gwain noble, valiente, Gawain.

Sir Lancelot, rápido y fuerte.

Sir Galahad, el más honorable de los caballeros.

Sir Bedivere... el más sincero y leal.

Y todos los demás hombres nobles de su mesa redonda.

Todos estaban aquí, todos de pie como uno solo con el reino de Camelot brillando como un faro de luz en un mundo lleno de desolación.

Ella estaba de pie en una colina.

De pie sobre una colina de espadas. Rodeada de sus hombres, sus súbditos, aliados y amigos.

Entonces, ¿por qué le parecía tan sola?

_______________________________________________________________________________

Se despertó cuando alguien tiró y tiró suavemente de su hombro, meciéndolo para despertarlo.

Probablemente no Rin entonces. Decidió mientras abría los ojos.

Y efectivamente, fue el rostro de la Doncella lo que vio flotando sobre él, los ojos cubiertos de cera y el cabello anudado aún sin cambios.

"Es hora de que te despiertes".

Se sentó, frotándose los ojos llenos de costras y bostezando antes de mirar a Saber.

TOdavia durmiendo.

Su rostro cayó, casi visiblemente envejeciendo. "¿Como es ella?"

Hizo una pausa, como si estuviera midiendo sus palabras. "El demonio todavía intenta destruirla. Con mi ayuda, se ha agotado, y pronto comenzaré el proceso de adormecer a la inquieta criatura".

"¿A dormir?" Preguntó, girándose para mirarla de nuevo por encima del hombro. "Eso no es lo que me ayudaste a hacer".

"Tú eres diferente... ella es diferente. No tengo el poder para ayudarla como lo hice contigo. Y temo que cualquier intento de suplantar el poder del Demonio hará más daño que bien. Puede muy bien destruirla. Esto es lo máximo que puedo hacer".

"¿Qué pasa con la niebla?" Preguntó, su voz elevándose una octava cuando las implicaciones comenzaron a llegar a él. "Dijiste que los demonios se vuelven más fuertes cuando estamos en la niebla. Si esta cosa se despierta-"

"Perdóname." Ella interrumpió, inclinando la cabeza. Su voz contenía un arrepentimiento tan sincero que lo detuvo en seco. "Pero esto es todo lo que puedo hacer... todo lo que podemos esperar es que sea suficiente.

Se sentaron en silencio durante un largo rato antes de que la doncella pusiera su mano en la de él. "Ahora vete. La señora Rin ha expresado su deseo de hablar contigo lo antes posible.

Las almas de los héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora