El principio ¿De qué?

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Advertencias:
Contenido gay,  100%homosexual.
Intento de terror.
Soukoku

Te agradezco desde ahora tu tiempo,  comentarios y voto si lo dejas ♡

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Las historias de terror suelen empezar con una cabaña, a veces con una boda.

Para Chuuya empieza con ambos.
Su propia boda, un día que juraba sería el mejor de su vida, con la mujer que ha sido su amiga durante más quince años, es interrumpida por su mejor amigo, quien reclama su derecho a llevarse a la novia porque "son almas gemelas", que "se han amado durante cinco años" a espaldas de Chuuya.
Por la puerta no solo escapan dos traidores, salen junto a ellos su confianza en las personas, su alegría y sus ganas de continuar. La gente murmura a su al rededor, lo miran con pena, unos cuantos con burla. El cura lo mira con sorpresa. Chuuya se va, cuando puede volver a pensar esta en su habitación, con sus maletas vaciadas al rededor del apartamento y varios espejos rotos.

Durante la próxima semana, en la soledad y oscuridad se pregunta  "¿Si se han amado todos estos años, por qué ninguno lo dijo? ¿Por qué esperar a la boda?" Y la respuesta es respondida con una cuenta bancaria vacía.
Chuuya llora  y ríe al mismo tiempo. Siente odio y rabia,  siente que su pecho duele. Se siente TAN estúpido. Tan tonto.  Tan... insuficiente.
Y después no siente nada.
No hay rabia. No hay enojo. Ya no le importan todos esos años llenos de engaños.

Los próximos meses pasan sin que los note. Un día es abril y cuando abre las ventanas los árboles están perdiendo sus hojas.
Intenta salir de casa, pasear por el parque, comprar su comida preferida, pero no puede hacerlo, cada vez vez que lo intenta su corazón recuerda el dolor de traición. Recuerda los momentos llenos de mentiras y el falso amor.

No es sano, se dice a si mismo cada día, sin embargo no puede obligarse a sentirse mejor o buscar ayuda.

Quiere irse. Quiere alejarse de este lugar maldito, no quiere reconocer a las personas que ha visto por años, no quiere que sus vecinos lo sigan viendo con tanta pena y lástima. No quiere levantarse y que cada día le traíga más recuerdos.

Cada noche se promete que mejorará, que es pasajero y que no merece la pena perder su vida porque alguien lo traicionó. Cada noche sueña con su boda, varias de esas veces se ve a si mismo respondiendo "no acepto", otras todos se ríen de él, en algunas más todo sucede como sucedió y él sabe que es un sueño.

Entonces un día se mira al espejo y no se reconoce a si mismo. El hombre frente a él no es él, no puede serlo, se niega a creer que es así como se ve. Ya no hay sonrisa ni brillo en sus ojos, su piel esta palida y demacrada, su cabello esta desordenado. La risa vuelve, acompañada de llanto.

Y esa misma noche sus sueños cambian. Sueña con una cabaña, alejada de casi todos, está rodeada de árboles y el sol ilumina el pasto verde, haciendo que brille. Los pájaros cantan y Chuuya se siente tan feliz por primera vez en meses.
Se recuesta en el pasto y cierra los ojos para dormir, "dormir en mis sueños, que mejor cosa para hacer" piensa con una pequeña risa. Para cuando despierta el sol esta en lo alto, entrando a su apartamento por la ventana medio abierta y automáticamente extraña la calidez de su sueño, la frescura del pasto en su espalda y la tranquilidad.

Más no todo está perdido, él sabe a donde debe ir:


Heslington.

El nombre resuena en su alma y corazón. Su abuelo lo llevó ahí una vez, cuando tenía cinco años.
Lo llevó a esa cabaña y le dijo que era para él  "Aquí esta tu destino. Contigo se cumple la profecía de los Nakahara" pronunció solemnemente. Chuuya no entendió en ese momento, su padre estaba molesto con el abuelo despues de enterarse del viaje.  "No lo escuches, está loco y viejo" dijo cuanto Chuuya preguntó por la profecía. Su madre lo miró y lloró cuando le preguntó a ella. No volvió a preguntar.

Chuuya creció y lo olvidó. Después de todo, su abuelo había vivido solo un año más después de eso. Pero ahora, perdiéndose a si mismo y encontrando una parte de su alma en ese sueño, decidió que era hora de llegar a su destino.

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Una semana después, está empacando  todo lo que quiere conservar, sus libros, su ropa, accesorios personales y solo un celular. A donde va no necesita más.

En pueblo al que llega es tranquilo. Nadie lo mira con pena, no les importa.
Es un lugar tranquilo y con poco ruido, las casas conservan su estilo antiguo y por primera vez, Chuuya reconoce dentro de si el sentimiento de "estar en casa" que perdió con la muerte de sus padres.

Por supuesto, la mejor parte de todo es llegar a su cabaña, que se encuentra alejada de los demás y sigue igual a sus sueños.

El estilo también es antiguo, pero su abuelo la acondicionó lo mejor posible: Hay agua potable, luz y con una gran sacudida será habitable.

Pasa su primera noche en la habitación principal, es la única habitación qué limpia pues está agotado y ya está oscureciendo. Toma una ducha caliente (como es que funciona todavía, se pregunta) y se va a la cama.

En sus sueños, está llegando a la cabaña. Es la misma, pero si mismo tiempo no lo es.

No hay electricidad y Chuuya lleva en sus manos una lámpara de aceite. Ciertamente da una vista tétrica a todo.
No puede ver más allá de un metro de él, pero jura que no hay cortinas y las ventanas son de madera. Tampoco puede ver el sofá verde que vio al llegar, en su lugar hay mantas y... ¿cojines?
Las sombras que se proyectan parecen humanos alargados y deformes. En algún momento siente algo mirarlo y se gira. Puede ver unos ojos rojos brillar y, en contra de su buen juicio, se acerca.

Alguien lo abraza por la espalda y Chuuya, asustado, deja caer la lámpara.

- Tonto Chuuya. Incendiarás el lugar.-Murmuran junto a su oído y Chuuya tiembla.- Pero esta, bien, la construiré para ti nuevamente.
Bienvenido a casa, cariño.

Chuuya despierta de golpe. Su corazón late desbocado y jura qué puede ver una sombra desvanecerse tan pronto como enciende la luz.

Heslington Donde viven las historias. Descúbrelo ahora