Capítulo 5: El camino que recorren las almas

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Salí temprano para explorar los alrededores y maravillarme con el lago, el lugar seguro de Denahi donde su corazón encontraría algo de calma. Ese día se llevaría a cabo la ceremonia de descenso, un ritual Zuni que honraba la vida de aquellos que ya no estaban con nosotros, permitiendo que sus almas iniciaran su transición al mundo de los "no vivos". Mientras estábamos allí, Keijo y Khnur, los gemelos que eran los mejores amigos de Denahi, se nos unieron. Ellos conocían tan bien a Denahi que sabían dónde encontrarlo en momentos como este.

A veces sentía que no tenía control sobre las acciones de Denahi, pero no hacía nada por resistir esa sensación, ya que era evidente que era un simple huésped en un cuerpo ajeno. La llegada de los gemelos desvió nuestra atención, llegaron tranquilos y se sentaron en silencio, solo para acompañar a Denahi en su duelo por la pérdida de su padre. Compartir sentimientos con otra conciencia era algo profundamente conmovedor, en ese momento sentí su dolor como propio. Después de unos momentos, Denahi decidió hablar con ellos.

Denahi/Anukai: Hermanos de sangre diferente, estoy profundamente herido por la muerte de mi padre y no sé cómo lidiar con mi dolor. Mi corazón clama venganza, pero mi alma suplica por perdón. Me siento abrumado y hoy, en la ceremonia de descenso, estoy seguro de que podré escuchar la voz de mi padre una última vez. Pediré su consejo e inmediatamente me pondré en marcha para cumplir con mi deber. Mi nuevo rol como cacique comienza esta noche y estoy seguro de que se avecina una batalla feroz. Extraños están tratando de reclamar nuestras tierras por la fuerza, y no podemos permitirlo. Gracias a nuestra conexión con la energía natural, podremos enfrentar sus armas. Vienen preparados para matarnos si es necesario, pero nosotros nos encargaremos de que se den cuenta del error que han cometido.

Keijo/Khnur: ¡Así es!

Me hizo gracia cómo respondieron al unísono, como solían hacerlo. Keijo continuó hablando: "Denahi, sabes que nuestros caminos siempre estarán entrelazados y que estamos dispuestos a dar nuestras vidas por nuestra aldea, nuestro cacique y nuestra familia. Aunque seamos un pueblo pacífico y reservado, hemos entrenado nuestro cuerpo y mente como si cada día fuera la batalla final de nuestras vidas, sabiendo que podría serlo fácilmente".

Khnur agregó: "Desde que éramos niños, siempre jugamos a cazar lobos, medir nuestras fuerzas contra osos pardos gigantes e incluso detener estampidas de bueyes salvajes. Nuestros cuerpos y corazones están preparados para dejar de latir en el campo de batalla que se avecina. Tomaremos el control de nuestro destino y enfrentaremos al enemigo que se presenta como una tormenta para nosotros".

Mientras escuchaba atentamente la conversación entre los tres jóvenes, recordaba cada detalle de lo que estaban hablando, cada experiencia y vivencia que había forjado esa gran amistad entre ellos. Sentía que se estaban acercando más a medida que pasaba el tiempo. Hablamos allí durante aproximadamente una hora, hasta que el sol salió y nos indicó que era hora de comenzar el camino hacia donde descansaba el cuerpo del anterior cacique y padre de Denahi, el valiente guerrero Pópul.

Al llegar al santuario donde preparaban el cuerpo y el lugar que sería el escenario para el alma del guerrero con espíritu de Tigre, vi a Pópul inmóvil en el letargo de la muerte. Era un luchador sin igual que no temía a ninguna criatura terrenal con vida. Solo con sus golpes desnudos podía asustar a los animales más feroces del bosque. No era solo el cacique de una aldea, era el líder de la naturaleza que lo rodeaba. Denahi siempre se sintió orgulloso de su padre, pero también temía no cumplir con las expectativas que todos tenían sobre él, como heredero del orgullo Zuni. Estar allí, terminando los detalles de la cremación divina que tendría lugar esa tarde, sentí una extraña presencia que llenaba el lugar. Sin embargo, parecía que solo Denahi y yo éramos conscientes de ella. Esta sensación nos llevó a pedir a todos que salieran del santuario y nos permitieran estar solos con el cuerpo de Pópul, ya que estábamos seguros de que era allí de donde emanaba esa extraña sensación.

La historia de mis mil vidas: "El viaje"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora