Antología para Deku [Dekubowl]

Amante [Endeavor x Deku]

Otro día en el que entró a la agencia saludando con una sonrisa radiante, otro día en que lo recibieron con miradas de desprecio.

La peor parte es que no entendía el porqué. Las primeras semanas creyó que se trataba de celos, después de todo era apenas un niño que había obtenido el puesto de secretario para el héroe número uno de Japón. Un chico con apenas la preparatoria que atendía las llamadas de Endeavor.

Descartó esa idea al instante, los mejores héroes de Japón no podían sentir celos de él, un quirkless que servía café.

Luego quedaba el otro asunto, estaba al tanto de que más de uno en la agencia sabía de ese beso prohibido que le dió el héroe, en una de sus salidas a beber. Pero ¿eso qué importaba?, él ya tenía edad suficiente para saber a quién metía a su cama. Y una aventura con el héroe número uno de Japón no se podía rechazar.

¿Un beso con un hombre mayor le había ganado el odio de toda su agencia, en serio?

A medía tarde, cuando todo parecía en relativa calma, y los héroes hacían el papeleo atrasado, el barullo comenzó.

Por las escaleras del último piso los gritos comenzaron a resonar.

—¡¿Dónde carajos está?! —gritó encolerizado un chico de colorido cabello blanco y rojo.

—Hermano, cálmate —pidió otro chico con el mismo uniforme, de cabello rubio y un único mechón negro.

—¡Endeavor! —llamó a gritos el bicolor.

El héroe apareció en escena saliendo de su oficina, detrás de él, se movía un chico pequeño de revoltoso cabello verde, quien se acomodaba discretamente los pantalones.

El chico de cabello de dos colores hizo una mueca de asco al ver a su padre y a su secretario. Un chico que era al menos veinte años menor que el héroe, salió de la oficina con la respiración agitada y el rostro colorado.

—Eres repugnante, ¡ni siquiera tienes la decencia de que tu zorra tenga la misma edad que tú! —gritó el chico.

—No eres quien para decirme que hacer, Shoto, ahora vete, estoy ocupado —dijo Endeavor con tono solemne.

—¡Soy tu hijo maldita sea!, ¡tengo derecho a decirte qué hacer si esto involucra a nuestra familia! ¡Si vas a hacer mierdas como está, al menos divórciate primero y sal de nuestras vidas!

El héroe de las llamas estaba por responder, cuando un sollozo apagó los gritos.

—Endeavor —llamó Izuku convertido en un mar de lágrimas—, ¿estás casado? Tú nunca mencionaste a una esposa…

—Para protegerla a ella y a mi familia de los villanos…

—¡¿Y para hacerme tu maldito amante?! No… no me puedes hacer esto, yo… agh de verdad soy un estúpido, por eso todos aquí me ven con asco ¿no es cierto? ¡Todo el mundo sabía que yo era "el otro", menos yo!

—Izuku, te lo puedo explicar, vuelve a la oficina.

—No, no quiero escuchar, mejor arregla las cosas con tu hijo. Héroe asqueroso.

Izuku fué hasta su mochila, con las miradas de toda la sala puestas sobre él. Guardó lo que pudo y salió tan rápido como sus piernas lo permitieron, sin perder la oportunidad de disculparse entre lágrimas cuando pasó junto al hijo de Endeavor.

—No cabe duda, enserio eres un imbécil —soltó Shoto.

Se dió la vuelta junto con sus compañeros de clase y dejó a su padre para que intentará salvar su reputación con sus empleados. Mientras él y sus amigos corrían detrás del chico de revoltosos rizos, quizás para disculparse, o quizás solo para asegurarse que llegara a casa a salvo.

Shoto lo había juzgado mal, pensó que al llegar encontraría a una secretaria zorra que solo intentaba aprovecharse de la fortuna de su padre. Aún después de los años de conocerlo se negaba a pensar que Endeavor era solo un imbécil, pero ahora, al ver el sufrimiento que causó en un chico inocente quedó convencido.