Kazuki era un alfa que se había pasado los últimos años de su vida sin un lugar al que pueda llamar hogar hasta que su vida se entrelaza con Rei y luego con Miri. Inesperadamente, los tres funcionan perfectamente como una familia. A pocos días del c...
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Durante la última semana, Rei comenzó a sentirse cada vez más cansado, agotado, pero también necesitado de las feromonas de Kazuki, así que continuó robando ropa de Kazuki para su nido; a la vez que comenzó a usar sus poleras, aunque le quedaran más grandes.
Cada vez que Kazuki veía a Rei sentía que se le estremecía el cuerpo al verlo usar su ropa de forma descuidada, con la piel algo sonrojada y los ojos llorosos. Se suponía que solo tendrían sexo cuando el celo llegara a su cúspide, pero no podía evitar sentir atracción por esa imagen. Sintió que su alfa interno comenzaba raspar desde el interior como si llamara a ese omega.
Continuaban cumpliendo con sus deberes, pero Rei no salía de la casa por ningún motivo como motivo de prevención. Habían pedido un "descanso" de las misiones. Kyutaro sabía exactamente la verdad, parecía sospechar que acabarían de ese modo. Se ofreció a cuidar a Miri, pero Rei no quería que le alejaran de su cachorra. Además, la naturaleza era bastante interesante, pues al tener a su cachorra cerca podía recobrar el control de sí mismo.
Usualmente, las parejas casadas de alfas y omegas normalmente pueden pedir un tiempo extra en la guardería por sus épocas de celo, así como permisos laborales tanto para su propio celo como el cuidado de la pareja en celo. Así que Miri, ese día viernes, se quedaría en la guardería unas horas más. Gracias a esas horas extras, Kazuki planeaba atender a Rei para hacer que los efectos de su celo disminuyeran.
Acordaron tener la primera sesión ese viernes luego de que Kazuki llegara de dejar a Miri en la guardería.
Cuando ingresó al departamento de regreso de dejar a Miri en la guardería, el rastro de feromonas de Rei era intenso, envolvía todos sus sentidos de una manera inexplicable, sentía su cuerpo estremeciéndose por completo. Disfrutó de esas feromonas, su instinto se regocijó de estas. Se tomó su tiempo para dejar los ingredientes para el almuerzo en la nevera y en los cajones. Según Kazuki pasaría solo un par de rondas con Rei, luego lo dejaría descansar mientras cocinaba. Estaba seguro de no perder el control. Además, debía de ser amable con Rei puesto que era su primera vez.
El rastro de feromonas le indicó claramente que Rei estaba en su habitación. Aunque no se lo había dicho, todos los días sentía su rastro de feromonas, a la par que se quedaba con menos ropa. Seguramente, Rei estaba formando un nido en su propia habitación, pero esta vez parecía haberse hartado y llevar su nido hasta la habitación de Kazuki para sentirse más cómodo envuelto en las feromonas de quien consideraba digno de ser su alfa.
Kazuki abrió la puerta y lo observó. Efectivamente, Rei había armado su nido en el centro de la cama de Kazuki, estaba con esa polera enorme que se le escurría por uno de los hombros, respiraba agitado, lucía tan nervioso como exquisito. El alfa cerró la puerta detrás de él y se sentó a su lado.
—Rei... ¿estás bien? — Susurró con voz dulce.
—Yo creo que estoy por perder el control.
Rei ya tenía puesto el collarín protector. Ver esa glándula cubierta y protegida alivió a la parte racional de Kazuki. Una cosa era tener sexo para ayudarle, pero otra era unirse. Mientras Rei no tuviera su marca era libre de estar con otros alfas. Sin embargo, la parte más animal de Kazuki gruñó porque ese era su omega destino, por supuesto que quería enlazarse a él para que ningún otro alfa lo tocara.