Capítulo 2: ¿Seremos amantes?

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Su vida había dado un giro desde que se vio obligado a tener una cachorra en lugar de un gato. A pesar de ser un omega y que en la sociedad los omegas aprenden lo hermoso que es tener cachorros de su alfa, Rei Suwa fue criado lo más lejos posible de esas costumbres. Lo cual estaba bien porque no quería que un cachorro suyo terminara igual que él. Ni quería hacerle vivir la misma vida miserable que él tuvo.

Un día tuvo la brillante idea de escapar de casa y gastar la tarjeta familiar hasta que esta le fue bloqueada y se quedó sin dinero. No había mucho que supiera hacer en la vida. Así que regresó al bar de Kyu para comenzar a tomar trabajos para la propia organización que su padre dirigía. Tomó varias misiones cumpliéndolas a la perfección. En poco tiempo tuvo el dinero necesario para un departamento propio. No estaba mal, podría comer, fumar y jugar lo necesario en aquel lugar mientras continuaba trabajando en lo único que sabía ser.

Una noche, Kyutaro le indicó que había una misión importante, pero que sería larga la tarea de investigación. La paga era acorde a todo el trabajo, así que aceptó. Sin embargo, Kyutaro le dijo que no podía hacer esa misión solo. Tenía que ir con un compañero.

— No necesito compañeros. — Respondió en tono hosco.

—Es una orden de arriba para que la misión sea cumplida con éxito.

No entendía, pero no replicó nada más. Se dejó caer en un asiento y comenzó a beber.

Esa misma noche, Kazuki Kurusu apareció en su vida. Tenía ese cabello rubio que parecía brillar con la luz del bar, pero no le dio importancia.

La primera misión juntos resultó ser demasiado larga. Se mudó a su departamento temporalmente, un "temporalmente" que se convirtió en meses y luego en años. Desde el momento que ingresó al bar, supo que aquel hombre era un alfa, aunque parecía querer contener su aroma no funcionaba, Rei lo captaba bastante bien. Pero en aquel entonces estaba casi en modo automático, por lo que aquel aroma no removía ninguna fibra de su ser.

Alfa, omega o beta podía matar a Kazuki en cualquier momento, así que le dejó estar. El alfa comenzó a limpiar, cocinar. No estaba mal, a veces cocinaba cosas deliciosas como pastel de chocolate para el postre, pero el punto negativo es que le obligaba a comer muchas verduras y hongos, los cuales detestaba. Pero había algo raro...a pesar de ser cosas que no le gustaba, se sentía algo cálido comer al frente de Kazuki. No sabía por qué.

Sin lugar a dudas, Kazuki era un entrometido. Su atrevimiento fue tal que le dijo que apestaba. Al final, se dejó arrastrar a la bañera. No tenía demasiado sentido del pudor o del autocuidado. Confiaba plenamente en que podía matarlo rápidamente si intentaba algo, no es como si fuera alguien importante para la organización de todos modos. Lo que no esperaba es que cuando Kazuki tomó su cabello y comenzó a tocarlo con suavidad realmente fue relajante. Sintió menos peso en sus hombros e instintivamente soltó un ronroneo de conformidad.

"Es más útil de lo que pensé", pensó el omega.

Entonces, el entrometido alfa palpó su glándula omega. Realmente Kazuki no se había percatado de que era un omega. Su reacción fue inesperada, pero gratificante, ya que salió corriendo. Fue algo divertido verlo entrar en pánico y con una corriente de pudor. Se dejó hundir en el agua, divirtiéndose secretamente por ello. En algún punto se había adormecido. Luego de un tiempo, Kazuki volvió a ingresar para entregarle su ropa.

Desde ese momento, ¿Comenzó a portarse como alguien mimado?

Pero era tan fácil serlo con Kazuki. El alfa le brindaba atenciones que nunca había recibido en su vida. Es decir, en la mansión Suwa tuvo sirvientes, pero siempre había un aire hostil allí, además que los sirviente vivían atemorizados de cometer un error. En cambio, Kazuki atravesaba sus barreras corporales sin miedo. Incluso le cambió el peinado. Le gustó la imagen reflejada de su nuevo look, pero no comentó nada.

El amor destinado de Kazuki KurusuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora