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La lluvia seguía azotando la ciudad, aunque no con tanta intensidad como la noche anterior, el viento era fresco y el olor a tierra humeda era sin duda alguna exquisito, aquel clima era perfecto para permanecer en la cama, bajó las sábanas y siendo acompañada por alguien para que pudiera brindarte el calor que las sábanas no podían.
Lili se acomodó nuevamente en el pecho de Roier y llevó la sábana hasta tapar la mitad de su rostro, aunque no hubiera sol fuerte que la despertará, la poca luz que entraba por la ventana la hacía quejarse. La chica estaba tan a gusto al lado de su enamorado que no quería despertarse ni moverse estaba disfrutando de aquello.
Disfrutaba el estar refugiada en los brazos del chico que la traía completamente loca.
Y aunque no era la primera vez que dormía abrazada a él y con su cabeza descansando en el pecho del contrario. Si era la primera vez que dormía con él como algo más que amigos.
── Deja de moverte... ── Murmuró Lili cuando Roier intento acomodarse mejor en la cama ── Estoy muy cómoda...
Roier abrió un ojo y observó a la contraría ── Se nota... ── Respondió mientras soltaba una pequeña risa ── Luces como una garrapata.
── Si, como digas, callate y abrázame que quiero sentirte cerca de mi ── Murmuró Lili con los ojos cerrados ── Tengo frío, dame calor.
── ¿Calor de qué tipo? ── Cuestionó Roier con una pequeña sonrisa.
Lili abrió ligeramente los ojos y pudo observar aquella sonrisa pequeña que tenía Roier en sus labios ── Calor de abrazo puerco, no el otro calor del que piensas.
── Es que tienes que especificar mi vida ── Dijo el pelinegro entre pequeñas risas y posteriormente abrazo con suavidad a la chica, acarició su larga cabellera castaña y besó repetidas veces la frente de esta ── ¿Te quedarás otro día más?
── Ujum ── Respondió la chica con aquel sonido nasal ── Aún llueve no me puedo ir ── Murmuró ── Y tampoco me quiero ir...
── Y yo no dejaré que te vayas ── Dijo Roier ── Me gusta que estes aquí, que me hagas compañía, que cocines para mi ── Lili soltó una ligera risa y ocultó su rostro en el pecho del chico ── Quiero que te quedes más tiempo...
Lili sonrió ampliamente mientras aún tenía su rostro oculto en el pecho del chico, le agradaba mucho escuchar aquellas palabras que salían de los labios del contrario. La castaña alzó levemente la cabeza y ahora apoyó su mentón en el pecho de Roier.
── Quizá debería mudarme contigo entonces ── Murmuró Lili con una sonrisa, Roier miró a la castaña por un instante y segundos después una sonrisa suave se extendió por sus labios ── Ya que me quieres cerca, mudemonos juntos.
── Lili, me encantaría ── Murmuró Roier ── Es una increíble idea, una idea bien chingona mi amor ── Lili soltó una pequeña risita y se acercó al chico para besar con suavidad sus labios ── Pero, no somos novios, no podemos.
