𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 4

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La señora es realmente una bendición para nuestra familia. Ni aunque mirara el suelo todos los días podía encontrar una sola moneda, pero usted encontró joyas en su primer día aquí".

Bella balbuceó emocionada a mi lado.

Cada vez que hablaba, podía ver su aliento blanco debido al aire frío.

Si gano dinero, lo primero que tengo que hacer es calentar las paredes dentro del castillo.

"Señora, ¿tiene algún plan para encontrar más joyas?"

"Solo fue suerte, Bella".

"Además, ¿no deberías estar trabajando?"

Le pregunté con calma.

"Mi trabajo es seguirla".

"No lo hagas".

No puedo asignar una criada del pobre duque solo para seguirme.

"Es mi trabajo. Preparar comidas para el duque y la señora, limpiar la habitación y lavar la ropa, pero ahora tengo más trabajo que hacer porque la criada que servía al duque escapó. Ella era la niñera".

Me dí la vuelta ignorando los ojos centelleantes de Bella, que inspiraban que ella quería que recogiera más joyas.

"Está bien… Ahora que lo pienso, ¿no es casi la hora de almorzar?”

"¿Sí? ¡Ah! ¡Ya es hora! Señora, ¿le gustaría comer algo en especial?”

"Lo que sea está bien. ¿Todavía tienes algunas sobras de la carne que compraste la última vez? Por favor, haz un plato que recargue las energías".

"La señora siempre cuida del Duque. ¡No se preocupe! ¡Cocinaré con todo mi corazón!"

Después de enviar a Bella, pude pensar con más claridad.

Necesito recuperar lo que Frug robó lo antes posible, pero no sé cuándo hablar con Ruth.

Sería mejor hablar de ello después de ver cuánto confía Ruth en Frug.
Justo en ese momento, Ruth paseaba a la distancia.

"¡Ruth!"

Agité la mano para saludar.

Los ojos que lucían tan fríos como las estrellas en el cielo de invierno me miraron y se encalidecieron como la brisa de primavera.

¡Dios mío, eres tan lindo!

Deseché la determinación de mantenerme lejos del chico que había conocido cuando firmé por primera vez el formulario de registro de matrimonio, y agité la mano aún más entusiasta.

Es que es tan adorable.

Si pudiera mantenerme alejada de un niño así, probablemente sería el tipo de persona que ignora a un gatito cuando ve uno.

Me gusta bastante cuidar bien de los enfermos y, a partir de ese día, Ruth me siguió.

Ruth corrió en mi dirección, se detuvo frente a mí y me preguntó con los brazos abiertos.

"¿Puedo abrazarte?"

"¡Por supuesto!"

Extendí los brazos y abracé a Ruth con fuerza.

Su cálida temperatura corporal se sentía bien al tacto.

"No tienes que preguntarme cosas así y puedes abrazarme cuando quieras".

El protagonistas que crié está obsesionado conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora