2. En un auto.

752 17 0
                                    

Minsung

Las gotas de lluvia caían con fuerza sobre ambos mientras corrían hacia el auto.

-Mierda, estoy empapado -mencionó Jisung mientras rodaba los ojos y suspiraba, ya estando dentro del auto, sentado en el asiento de copiloto.

-Yo igual, pero no hay ninguna toalla en el auto, debemos esperar a estar en casa -le respondió su mayor, Minho, tomando el volante.

La noche estaba cayendo, el atardecer no se veía y se habían perdido los colores naranjas y rojos dándole paso a la oscuridad de la noche.
Jisung miraba el paisaje pasar como si no hubiera nada más interesante mientras su codo estaba apoyado a la ventanilla y su mejilla sobre su puño.

Minho tenía la vista fija en la carretera y la movió un segundo hacia el otro, mirando su cabello mojado goteando y pegado a su rostro, su camisa anteriormente blanca ahora totalmente transparente, dejando a la vista todo su torso y marcando sus abdominales. El menor notó su mirada encima y la devolvió, haciendo que su cabello se moviera con el gesto y pequeñas gotas cayeran de él.

El castaño estacionó el auto de repente, en medio de la carretera desolada a esas horas.

-¿Qué sucede? -quitó su mejilla de su puño y alzó las cejas.

-Hannie -su tono de voz había bajado, Jisung lo notó -, desde... -relamió sus labios -¿desde hace cuánto no tenemos sexo?

El mayor lo miraba fijamente y el pelinegro copió la acción por unos segundos, hasta que con fuerza desabrochó su cinturón, se puso de pie y se sentó a horcajadas sobre Minho colocando sus manos en su nuca, atrapando sus labios en un beso hambriento.
El castaño mientras tanto, desabrochó su cinturón igualmente y movió su asiento hacia atrás, dejando más espacio.

Sus lenguas luchaban por tomar el control y los chasquidos que hacían sus labios resonaban por todo el vehículo. El mayor posó sus manos en la cadera del menor, alzando su camisa y acariciando la piel de su espalda baja, subiendo hasta sus omóplatos y moviéndose adelante, acariciando sus pectorales. Separándose del menor con un fuerte chasquido, fue dejando besos húmedos por la mandíbula y cuello de Jisung, bajando a sus clavículas, las cuales lamió y mordió, dejando marcas rojizas. Llegó a su pecho y atrapó el pezón izquierdo con su boca, chupando y lamiendo a su antojo mientras pellizcaba el otro con su mano, oyendo como el menor de deshacía en gemidos.
Volviendo a su boca, tomando al menor de la nuca, consiguiendo el control y mordiendo su labio inferior notó como el menor se movía sobre su entrepierna.

-Min -gimió el menor y Minho ya sabía lo que pedía.

-No tenemos lubricante aquí, bebé -acarició su mejilla con su mano y sonrió.

Jisung lo miró sin expresión pero con un brillo en sus ojos que hizo alzar una ceja a Minho. El pelinegro se puso de pie y quitó sus pantalones y bóxers empapados, quedando solamente con su camisa que aún se ceñía a su cuerpo. Volvió a sentarse sobre el mayor y tomó una de las manos del otro, metiendo dos dedos en su boca y lamiendolos de forma sensual. Sonrió cuando sintió la dura erección del mayor chocando contra su trasero.

-Te gusta jugar con fuego -sonrió de lado el castaño para sacar sus dedos de la boca del otro y llevar su mano a su entrada.

-Pero nunca me quemo -respondió con un gemido Jisung al sentir como Minho acariciaba su entrada e introducía el primer dedo con suavidad.

Prácticas de Smut con SKZ como personajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora