—Esto se llama lascivia; la imposibilidad de controlar el libido sin importar que tan morbosa sea la situación -susurra en mi oído-Tu cuerpo controla todo, como lo está siendo el tuyo en este momento quitandole el control a tu cerebro y revelándose ante el placer de mi miembro.
Nick rondando adentro y no aparto la mirada del umbral con el miedo que aparezca en cualquier momento. Se mueve cada vez más rápido,si es excitante. El miedo y su miembro palpitando dentro de mí mientras sus ojos arden presos del placer que impone mi sexo. Empieza a lamerme el cuello, perdiendo el enfoque,no sé porqué en vez de levantarme empiezo a besarlo con urgencia mientras su erección rota en ángulos perfectos. El morbo me gana y exijo más saltando sobre él colisionando nuestras caderas una y otra vez.
—Te gusta jugar sucio Elizabeth-decía nick susurrando muy cerca hasta ser interrumpido por una llamada a la puerta-
...
Hola soy Lizzie, desperté tarde esta mañana, era mi primer día de escuela, es mi ultimo año en la preparatoria,tengo 17 años aún, pertenezco a un club de chicas algo populares, mis padres son de buen estatus económico así que pueden pagarme el colegio sin problemas, pero después de las vacaciones de verano me volví un desorden. Mi padre y madre se divorciaron, papá me adora, pero no puedo dejar a mi madre sola,mi hermano está en un anexo por temas de droga, hasta el momento he sido buena en la escuela, mi único problema se llama Hugo,mi actual novio. Bueno me daré prisa que estoy llegando tarde.
—Puedes tener más cuidado a la hora de caminar—con el traje arruinado me miraba-
—Diablos!,una disculpa —miro a aquel hombre cabizbaja—
-Es hermosísima joder —Ten más cuidado y mira donde caminas torpe–sus ojos brillaban pero sonaba arrogante–
—Tenga son 70 euros,para la tintorería-dije arrojando toda la bebida encima–
—¿No sabes con quien hablas acaso?–cada vez era más insolente–
—Un gusto conocerlo, me voy—me agarro fuertemente del brazo—
—Iras a la dirección.
Me llevo tomada del brazo hasta la dirección,mi día parecía empeorar cada vez más, la directora comenzaba a ponerse a su favor
—Llamemos al tutor se está rebelde señora directora
—En un momento Sr.Godfrey—dijo la insolente directora—
Mi padre tomó la llamada y ahora venía para acá, algo podía ir mejor en el día, pues un ser divino se apareció ante mis ojos para calmar la situación
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