Capítulo 3

260 29 0
                                    

– Ya puedes irte Isagi, mañana terminas eso.. -el peliverde se levantó y tomó su saco- es tarde y seguro quieres ir a casa...
– ¿Ah?.. si, estoy algo cansado y hambriento -sonrio y apagó la computadora, tomó su saco- aparte, seguro Nagi ya me está esperando..
– Nagi.. ¿Tu prometido?
– Si.. hoy iremos a ver lo de nuestra prueba de compatibilidad.. queremos tener un bebé.. -sonrió y encendió su celular-
– Mucha suerte con eso.. y yo.. siento haberme portado mal hace un rato.. estaba algo alterado..
– Descuida.. no pasa nada.. entiendo que no se sentía bien en ese momento..
– Si.. la verdad no.. -soltó un suspiro-
– Bueno, no debe preocuparse.. nos vemos mañana -caminó hacia el elevador, marcó al peliblanco-
– Si.. nos vemos -soltó un suspiro- Dios.. ¿Qué me pasa con él?..
– Nagi.. hola amor.. ¿Quieres que lleve algo para comer?
– Oh, Isagi.. no.. yo.. no estoy en la casa.. los chicos me invitaron a tomar, estoy en casa de Kunigami..
– Nagi.. pero dijimos que iríamos a hacernos la prueba para lo del bebé..
– Isagi.. lo pensé bien y.. no creo que sea un buen momento para tener hijos..
– ¡¡Me lo prometiste!!
– No me grites, Isagi.. te estoy diciendo que no es buen momento.. no tenemos dinero.. no tengo trabajo..
– ¡¡Pues busca trabajo en lugar de ir a beber, idiota!!
– Olvídalo.. no voy a discutir contigo.. -cortó la llamada-
– ¿Me.. colgó?.. -soltó un suspiro y guardo su celular- estúpido.. -bajó del elevador y sus ojos se nublaron- ¿Qué le pasa?..
– Isagi.. -el peliverde bajaba del elevador contiguo, lo miro atentamente- ¿Estás bien?
– No.. no lo estoy.. -soltó un suspiro- se supone que iríamos a ver lo del bebé.. y ahora resulta que ya no quiere.. y para colmo, se largo a beber en lugar de estar en casa..
– Lo siento mucho, Isagi..
– Es un idiota, insensible.. -algunas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas- sabe que esto es importante para mí.. que la idea del bebé no es algo de ahora.. siempre quise.. lo hemos platicado tantas veces..
– Oye.. no, no llores -se acercó y le limpio con cuidado las lágrimas- no debes llorar por alguien como él.. no vale la pena..
– Me duele, Rin.. hemos estado juntos desde hace tanto.. no es la primera vez que me deja plantado con algo importante..
– Alguien tan.. tan lindo como tú.. no debería sufrir por alguien que no vale la pena..
– ¿Lindo? -tallo sus ojos y miró al peliverde- ¿Crees que soy lindo?..
– Por supuesto.. por eso no debes llorar.. no debes borrar esa linda sonrisa de tu rostro..
– Ah.. yo no.. -sus mejillas se tornaron rojizas- gracias..
– No me agradezcas.. -sonrió- oye.. ¿Me aceptarías una invitación a comer?
– Ah.. pero.. ¿No tendrás problemas por eso?
– ¿Problemas? -soltó una risita- ¿Con quién tendría problemas Isagi?.. vivo solo, no tengo pareja.. puedo salir a comer con quién yo quiera..
– Está bien.. muchas gracias, Rin.. la verdad no tengo ganas de ir a mi casa..
– Entonces andando.. vamos a comer algo.. -sonrió y caminó hacia la puerta del edificio, abrió está para que el azabache pudiera salir- adelante..
– Gracias.. que lindo -salió del edificio y sonrió- supongo que tienes auto..
– Si.. es aquel negro del fondo.. vamos.. -lo tomó de la cintura para acercarse al auto-
– Mmm.. gracias.. -sonrió un poco nervioso-
– No hay de que.. ¿Qué te gustaría comer?
– Ah.. no sé.. cualquier cosa está bien.. a mi me gusta todo.. así que podemos ir a donde tu quieras..
– ¿Te parece pasta?.. puedo hacerla yo.. en mi departamento tengo todo lo necesario..
– ¿Tu departamento? -miró al peliverde- pero..
– Oye.. no es que te vaya a comer a ti, ni nada de eso.. solo creo que seria mejor comer algo casero..
– Ah.. si.. claro.. por supuesto.. -sonrió nervioso- entonces está bien.. vamos a tu departamento..
– Perfecto.. -le abrió la puerta del auto- adelante, sube..
– Gracias, Rin.. -subió con cuidado- es lindo..
– ¿Tu crees?.. es un poco viejo.. me gustaría cambiarlo algún día..
– ¿En serio?.. bueno, yo creo que si es algo que quieres y puedes hacer, debes hacerlo..
– ¿Verdad que sí?.. Reo dice que es una perdida de tiempo, que esté está bien.. que no necesito otro..
– ¿Te llevas bien con él?
– Ah.. no.. es que ha sido un gran apoyo en la empresa desde que inicie.. aunque no creo ser su amigo ni nada de eso..
– Ya veo.. -sonrió y miró por la ventana, acomodo un poco su cabello detrás de su oreja- creo que no le agrado..
– ¿Por qué lo dices? -lo miró atentamente, sintió como sus mejillas se sonrojaban un poco-
– No lo sé.. solo es algo que siento.. -sonrió y volteo a verlo- creo que le gustas.. y que siente que yo ando detras de ti..
– Oh.. yo.. -sonrió- entiendo..
– Pero te acabo de conocer.. eres amable conmigo, y no negaré que eres guapo.. pero yo amo a Nagi.. a pesar de todo, lo amo..
– Si.. lo sé.. -comenzó a manejar hacía su departamento- deberías hablar con él.. hacerle ver cómo te sientes..
– Seguramente llegará borracho.. no quiero que me grite o que me peg.. -soltó un suspiro- no quiero que se enoje..
– Isagi.. -miró al azabache, puso su mano suavemente sobre una de sus piernas- ¿Te ha golpeado?
– N-no.. -desvio la mirada- él no..
– Isagi.. -soltó una risita- eres un mal mentiroso.. -aparto su mano- está bien.. no preguntaré más.. -se estacionó fuera de su departamento-
– Gracias.. -soltó un suspiro- vaya.. este lugar es muy elegante..
– ¿Tu lo crees?.. seguro te encantará por dentro -bajó del auto y se dio la vuelta para abrir la puerta al azabache-
– Gracias.. -bajó de auto y sonrió al peliverde- que dulce..
– Ah.. no es nada.. -sacó sus llaves y se acercó a la puerta-
.
.
El azabache miró atentamente aquel enorme y lujoso departamento. Tenía algunos muebles costosos, una elegante sala, una enorme ventana que dejaba ver el elegante y hermoso jardín. Caminó un poco para poder ver más detalladamente el lugar. Era como los lugares que salían en esos Doramas que tanto le gustaban.
– ¿Te gusta?
– Es precioso, Rin.. -sonrió y se acercó a la ventana, puso sus manos sobre el enorme cristal de la ventana, miró atentamente el jardín-
– Que bueno que te guste.. -abrió la puerta y sonrió- anda, disfruta un poco del jardín mientras preparo la comida..
– ¿De verdad puedo?
– Si.. siéntete como en tu casa.. -sonrió y caminó hacia una de las puerta- no tardaré mucho..
– Gracias Rin.. -salió al jardín y una enorme sonrisa se formó en su rostro- esto es.. precioso..
.
.
El peliverde entro a la cocina y soltó un suspiro, se recargó en la pared y cubrió su rostro. Sentía como su corazón se aceleraba, sus mejillas se encendían y su cuerpo era recorrido por un inquietante y peligroso hormigueo. Era más que lindo, era genial, atractivo, sensual. Esos ojos, y ese cuerpo. No podía dejar de pensar en cosas malas, cosas sucias e indecentes. Y eso estaba mal, sin importar como fuera ese tipo con él, Isagi lo amaba, y no podía meterse con él. Tenía que controlar esos pensamientos.
Tomó la cosas que necesitaba para preparar la comida y soltó un suspiro. Tenía que concentrar sus pensamientos en algo más, o acabaría haciendo algo malo.
– Rin.. -el azabache entro a la cocina, tenía las mangas de su camisa dobladas y sostenía su saco entre sus manos- ¿Puedo ayudarte?
– Ah.. no Isagi.. eres mi invitado, sería una grosería ponerte a trabajar..
– Pero me gusta cocinar.. y creo que así acabaremos más rápido.. -sonrió y colgó el saco en la puerta, se acercó al peliverde-
– Esta bien.. -sonrió y desvió su mirada- si quieres ayudarme con la pasta.. prepararé algo de carne..
– Claro.. mm.. ¿Donde están tus ollas?..
– En la puerta de abajo..
– Muy bien -se inclino un poco para poder abrir la puerta, su cadera rozó levemente contra la pierna del peliverde-
– Mghh.. mierda.. -soltó el paquete de carne y jalo al azabache para enderezarlo, lo pego contra su cuerpo- Isagi..
– Mmm.. Rin.. ¿Que.. haces?.. -miró al peliverde y sus mejillas se encendieron-
– No puedo más.. no quiero seguir controlando lo incontrolable.. -lo pego contra la pared sujetando sus muñecas para pegarle los brazos en esta- eres.. tan lindo..
– Rin.. oye.. no.. no puedes.. -desvio la mirada, su cuerpo comenzó a temblar- no puedo.. Nagi.. no puedo hacerle eso..
– ¿Por qué no?.. mira, te dejo para irse con sus amigos.. no le importa lo que quieres, lo que necesitas..
– Y no por eso voy a engañarlo.. yo no podría..
– Claro que puedes.. solo será está vez.. no estoy pidiéndote que lo dejes..
– Rin.. yo.. -lo miró atentamente, sentía como su cuerpo comenzaba a reaccionar- yo.. Rin..
– Está bien.. lo siento Isagi.. -lo soltó y sonrió un poco- no debí atacarte así..
– Rin.. -sus ojos se nublaron- es que.. yo.. -lo miró y acarició su mejilla-
– Isagi.. solo.. olvidemos que esto pasó.. -se dio la vuelta para poder seguir haciendo la comida-
– Rin.. -se acercó y se recargó en él- me preguntaste sobre...sobre si.. si él me golpeaba..
– No tienes que decirme nada, Isagi..
– Lo hace.. lo ha hecho muchas veces.. lo hace cuando hago algo que no le parece.. y después de pegarme me hace el amor.. creyendo que así lo arregla.. que así se me olvidará.. -algunas lágrimas cayeron por sus mejillas- y no se que hacer para dejarlo..
– Isagi.. -se dio la vuelta y lo tomó de las mejillas- solo hazlo.. solo déjalo..
– ¿Y si me pega?.. me da miedo..
– Puedo estar ahí cuando lo hagas.. no dejaré que te haga nada..
– No.. no quiero.. me da miedo.. -agacho su mirada- quiero hacerlo.. quiero acostarme contigo, Rin.. eres tan guapo y tan dulce.. pero si él se da cuenta..
– No se dará cuenta.. confía en mí.. -le alzó el rostro y pegó sus labios sobre los del azabache, lo sujetó con cuidado de la cadera y lo subió sobre la barra-
.
.
– Mghhhh.. mierda.. -el azabache se enderezó un poco y sintió un fuerte dolor en la espalda, sintió aquella enorme y fuerte mano sobre su cintura, miró atentamente al peliverde y sonrió, la luz comenzaba a entrar por la enorme ventana de la habitación- Dios.. estás loco, Isagi.. -soltó una risita y bajo con cuidado de la cama- Nagi te matará.. Dios.. si Nagi se enterá de esto.. seguro me estuvo esperando..
– Isagi.. -el peliverde talló sus ojos y se enderezó- buenos días..
– Buenos días.. ¿Por qué estoy aquí?.. ¿Por qué no volví a casa?
– Porque te pusiste muuuuy caliente.. -soltó una risita y se acercó para abrazarlo por la espalda-
– Nagi me matará.. no llegue a dormir.. -soltó un suspiro-
– Ya le inventaras algo.. -le dio un beso en el hombro- ¿Quiere desayunar?
– Dios.. está bien.. -soltó una risita- eres un tonto.. supongo que puedo decirle que estaba enojado y me quedé en un hotel.. seguro me gritará, pero no me importa..
– Así se habla.. -le acarició la cintura- si no tuviéramos que trabajar.. te llevaría a la cama de nuevo.. y te lo haría más y más..
– Cochino.. -soltó una risita y se dio la vuelta, le dió un beso en los labios- ¿Puedo darme un baño?
– Adelante.. estás en tu casa, Isagi.. yo prepararé el desayuno -tomó su ropa y salió de la habitación-
– Dios.. -sonrió y tocó con suavidad sus labios- estas loco, Isagi.. pero es.. es increíble..

Lovers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora