– Mghhh.. -al azabache se movió un poco sobre la cama, sintió como la luz golpeaba su rostro y el brazo del peliverde descansaba sobre su cintura, una delgada cobija cubría sus cuerpos- ¿Rin?
– Mm.. -se dio la vuelta para mirarlo, una pequeña sonrisa se formó en su rostro- hola, buenos días Isagi..
– Buenos días.. -sonrió y se enderezó un poco- Dios.. me duele todo..
– ¿Y qué esperabas? Estuviste todo caliente anoche.. -soltó una risita- no parabas de decirme que querías más y más..
– ¡Cierra la boca! -cubrió su rostro y bajo de la cama- es tu culpa..
– ¿Mía? ¿Por qué mía? -soltó una risita-
– Por ser tan jodidamente sexy y perfecto.. -tomó su ropa y soltó un suspiro-
– Oh.. -se bajó de la cama y lo tomó de la cintura, le dió un beso en el cuello, rozó la punta de su miembro en la unión de sus glúteos- ¿Soy sexy?
– Mghhh.. si.. lo eres.. ¿Estas duro tan temprano, pervertido?
– Es tu culpa por decir esas cosas.. -lo tomó de las mejillas y le giró el rostro- me encantas..
– Y tu a mi.. me gustas mucho.. -sonrió y soltó un suspiro- pero.. Nagi.. yo no.. no debí hacerle esto..
– Lo sé.. pero ya no puedes hacer nada, Isagi..
– Debería.. hablar con él.. -soltó un suspiro- no podemos seguir así..
– ¿Terminarás con él? -le dio la vuelta y lo sujetó de las mejillas-
– Si.. eso creo.. -sonrió y miró al peliverde- Aunque.. no se si.. si tú quieres.. algo conmigo..
– ¿Dudas que lo quiera? ¿Después de lo de anoche?
– No es eso.. -sonrió y lo miró- es solo que.. no estoy a tu nivel..
– Eso es lo que menos me importa, Isagi.. me encantas y quiero estar contigo.. -lo cargo con cuidado y caminó hacia el baño-
– Ah.. Rin.. ¿Qué haces? -soltó una risita y lo sujetó del cuello-
– Voy a demostrarte que me encantas.. que quiero esto.. -entró al baño y se acercó a la regadera, abrió está con cuidado y bajó al azabache con suavidad- listo..
– ¿Me vas a demostrar lo que sientes con una ducha? -soltó una risita- que romántico, señor Itoshi..
– No, no con la ducha.. -le dio la vuelta y lo recargó en la pared, acarició sus glúteos con suavidad- lo de anoche no fue un impulso, Isagi.. me gustas.. me encantas..
– Mghhhh Rin.. -soltó un suspiro- pero.. llegaremos tarde..
– ¿Y? Es mi empresa, Isagi...puedo llegar tarde si yo quiero.. y puedo darte permiso de llegar tarde.. -separo un poco los glúteos del azabache, rozó sus dedos en su entrada- sigues mojado..
– Mghhhh.. por supuesto.. nos dormimos noche.. porque eres un cerdo lujurioso..
– ¿Solo yo? -soltó una risita- tu tampoco querías detenerte Isagi.. -introdujo su dedo con suavidad causando un sobresalto en el azabache, una sonrisa se formó en su rostro- ¿Que pasa?
– No.. no entres sin.. sin decirme.. -pegó sus manos en la pared y alzó su cadera-
– No deberías decir eso antes de hacer esa pose.. -comenzó a mover su dedo con suavidad- solo haces que desee más estar contigo..
– Mghhh.. es.. es que no puedo evitarlo, Rin.. se siente increíble..
– ¿Si? -metio un segundo dedo, los movió con fuerza- ¿Se siente bien?
– Mghhhh si.. Rin.. se siente.. increíble.. -alzo su rostro y solo un suspiro, bajó su mano para acariciar la entrepierna del peliverde- pero no necesitas prepararme.. entra de una vez..
– Mghh.. me encantan tus manos.. Isagi.. -sacó sus dedos y aparto la mano de azabache, tomó su miembro y pegó la punta en su entrada- ¿Lo quieres?..
– Nghhhh.. si.. lo quiero.. mételo.. -giró un poco su rostro para mirarlo- por favor..
– Vaya, si me lo pides así.. -empujó con fuerza para entrar en él de una sola estocada- mghhhh estás.. tan rico..
– ¡¡Rin!! -arqueo su rostro y soltó un suspiro- Dios.. está.. estás tan.. grande.. mghhh y duro..
– ¿Si?.. -lo sujetó de la cintura, comenzó a dar suaves embestidas- ¿Se siente bien, Isagi?
– Mghhh si.. se siente bien, Rin.. -movió su cadera con suavidad- ahhh.. se siente.. increíble..
– Y solo estamos comenzando, Isagi.. -acarició su cintura con suavidad, bajó lentamente su mano hacia uno de sus glúteos y dio una fuerte nalgada-
– Mghhhh.. ahhh.. eso.. no hagas.. mghhh eso.. -soltó un suspiro- se siente raro con el agua..
– Pero se escuchó tan sexy.. -sonrió y aumento la velocidad de las estocadas- quiero hacerlo.. muchas veces.. hacerte el amor una y otra vez..
– Eres un.. pervertido.. -soltó una risita- pero.. quiero que lo hagas.. -sonrió y giro su rostro, le acarició la mejilla- bésame, Rin..
– Si.. lo haré.. -se acercó a su rostro y pegó sus labios sobre los del azabache-
Las estocadas se escuchaban con fuerza, la pelvis del peliverde chocaba con fuerza contra los glúteos del azabache.
– Mghhhh.. Rin.. -se separó lentamente del beso, un sonrojo cubrió su rostro- ¿En serio quieres.. hacerlo mucho? ¿Y la oficina?
– Que Reo se haga cargo.. -sonrió y le acarició la mejilla- lo llamaré cuando acabemos esta ronda.. no te preocupes.. relájate y disfruta del momento..
– Está bien.. -sonrió-
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– Mghhh.. mi cabeza.. -el peliblanco soltó un suspiro y se levantó, miró al otro lado de la cama- de verdad no vino a dormir.. ¿Donde se metió?
Bajo de la cama con cuidado y pateó algunas latas vacías, caminó hacia el baño y se recargó en la pared, sintió como las náuseas se apoderaban de él.
– Maldita sea.. no debí beber tanto.. -cubrió su mano y corrió hacia la taza, se inclinó en esta y sintió como comenzaba a devolver- maldita.. sea..
Una vez que terminó con aquello, salió de baño y tomo su ropa, comenzó a vestirse y salió de la habitación. Tenia que saber dónde se había metido ese chico. No podía solo irse y ya. Y menos por una tontería como esa, Nagi tenia derecho de divertirse con sus amigos.
– Estúpido Isagi.. -bajó las escaleras con cuidado, se sujetaba con cuidado del barandal- voy a.. enseñarte a.. respetarme..
Una vez que bajo por completo las escaleras, salió de la casa y se acercó a su auto. Iría a esa estúpida empresa y lo pondría en su lugar.
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El pelivioleta bajo de su elegante auto y se acercó a la entrada del edificio, entró a este y se acercó a la recepción para poder firmar su llegada. Saludo amablemente al castaño.
– Rin-chan aún no llega, ¿Sabes algo, Reo?
– No, no sé nada.. y te he dicho que no lo llames así.. sabes que no le gusta..
– Si, perdón.. -sonrió y tomo el lapicero de manos del pelivioleta- ah, Isagi-kun tampoco a llegado..
– ¿Ah? ¿No ha llegado? Dios, ese niño..
– Kurona y Nanase lo vieron salir con Rin-c.. con el señor Itoshi.. -soltó una risita- creo que podrían haberse ido juntos por ahí.. quizás hasta pasaron la noche juntos..
– Deja de decir tonterías, Bachira..
– ¿Ah? No son tonterías.. el señor Itoshi es muy guapo y no me sorprendería que saliera con alguien.. aunque es duro de conquistar.. -soltó un suspiro- ya perdí la cuenta de cuántas veces me rechazó una invitación a comer..
– ¡¿Te gusta?!
– Ah, bueno.. supongo que sí, un poco.. pero entiendo que yo no le interesó de esa manera..
– Si.. creo que no está interesado en relaciones.. no desde que perdió a Hiori..
– Si, eso lo destrozó mucho.. -sonrió- ¿Recuerdas lo alegre que era?
– Si, lo recuerdo.. ah, mi teléfono esta sonando, espera -lo saco y miró la pantalla, una sonrisa se formó en su rostro, contesto la llamada- hola, Rin..
– Reo.. necesito pedirte un favor..
– ¡Claro! -caminó hacia el elevador- lo que quieras, Rin..
– No podré ir a la empresa hoy, necesito que te encargues de mis pendientes por hoy..
– Por supuesto.. y lo primero será regañar a ese inepto de Isagi.. no ha llegado, ayer le dije que tenía que ser puntual..
– Isagi está conmigo, Reo.. -su voz se volvió algo seria- por favor, no vuelvas a expresarte así de él..
– ¿Estás con él? -apretó el celular, sus ojos se nublaron- entonces.. ¿Pasaste la noche con él?
– Ese no es asunto tuyo, Reo.. solo encárgate de lo que te pedí.. -cortó la llamada-
– ¿Ah? -miró el celular, lo lanzo contra la pared y algunas lágrimas cayeron por sus mejillas- maldito mocoso.. me las pagarás.. -subió al elevador-
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– Señor, no puede pasar en ese estado..
– ¡No me interesa! Quiero ver a mi esposo.. -se apartó del castaño y caminó hacia las escaleras- ese imbécil no llego a dormir.. me las pagará..
– Maldición.. -tomó su celular y marco al pelivioleta- por favor.. contesta..
– ¡¡¡Isagi!!! -subia las escaleras apresuradamente-
– ¿Que rayos? -el pelivioleta bajo del elevador y miró a aquel chico- ¿Que te pasa?
– ¡¡¿Dónde está mi esposo?!! ¡¡¿Por qué rayos no llego a dormir?!!
– ¿Esposo? ¿De que hablas? Por favor, solo cálmate..
– Isagi.. ¡¡Isagi Yoichi!! Mi esposo.. ¡No llego a dormir! ¿Dónde está?
– Oh.. -una sonrisa de lado se formó en su rostro- oh, querido.. lamento decírtelo pero tu esposo paso la noche con su jefe.. y está ahi ahora.. ¿Quieres la dirección?
– ¡¡Maldito!! ¿Me está poniendo los cuernos?
– Eso parece.. -soltó un suspiro- lo lamento.. -le acaricio la mejilla- con lo guapo que eres..
– ¿Ah? -miró al pelivioleta- ¿Lo soy? -se acercó a él, lo pegó contra la pared-
– Mghh.. oye.. -miró nervioso al peliblanco- si.. lo eres.. pero apartate por favor..
– Si Isagi me engaño.. ¿No debería pagarle con la misma moneda?
– No.. no deberías.. -se apartó de él y soltó un suspiro- deberías ir a buscarlo y ponerlo en su lugar..
– Mm.. si, supongo que sí.. ¿Tienes la dirección?
– Si, ya te lo había dicho.. -entró a su oficina- pasa, te la anotaré..
– Gracias.. -entró detrás de él, soltó un suspiro- yo.. yo tuve la culpa.. lo descuide..
– Esa no es razón para engañarte..
– Si.. supongo.. oye..
– ¿Qué pasa? -anotaba la dirección-
– Tu también eres guapo.. -sonrió- tu pareja debe ser afortunada..
– No tengo pareja.. -le entrego el papel- pero la tendré.. solo ve ahí, y recupera lo que es tuyo..
– Si.. muchas gracias -salió de la oficina y se alejó-
– Niño estúpido.. cuando Rin sepa que estás casado, va a decepcionarse de ti.. -sonrió- y yo voy a consolarlo..
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Lovers
RomanceDespués de que su prometido, Nagi Seishiro de 24 años, perdiera su empleo, Isagi Yoichi, un joven del 18 años, se ve obligado a comenzar a trabajar en una enorme e importante empresa. En está conocerá a su nuevo interés amoroso, Itoshi Rin, un hombr...