Capítulo 2

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– Ah, Dios, por fin terminé.. eran demasiados papeles -se levantó y caminó hacia el escritorio del peliverde- listo, están terminados los papeles, ¿En qué más le ayudo?
– Ah, ya es tarde y debes tener hambre.. ve a comer algo
– Si, muchas gracias -sonrió- la verdad si tengo algo de hambre.. ¿Usted no comerá, señor?
– ¿Otra vez con lo de señor? -alzo una ceja- te dije que me llamaras Rin, Isagi
– Ah, lo siento.. lo había olvidado -soltó una risita- es que es raro para mí.. no quiero parecer grosero
– Yo te estoy dando permiso, Isagi, así que no te preocupes -sonrió y tomó su billetera- pasas con Reo le dices que me pida mi comida, por favor -le entregó el dinero- él ya sabe que pedir
– Claro, yo le diré, Rin -sonrió y tomó el dinero- ah.. ¿Cuánto tiempo tengo para comer?
– Una hora.. no más, Isagi, hay mucho trabajo que hacer..
– Descuide.. no me tardaré más de la hora -salió de la oficina y caminó hacia el ascensor-
– Es.. lindo -soltó un suspiro- Dios, olvídalo Rin.. no puedes hacerte esto.. sabes que no estás hecho para estás cosas..
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El azabache bajó del ascensor y caminó hacia el escritorio de la entrada, miró al castaño que se encontraba ahí, pregunto a este sobre el pelivioleta y una vez que le informará donde encontrarlo, se dirigió hacia la oficina. Al llegar a esta, tocó suavemente la puerta.
– Adelante..
– Gracias.. -entró a la oficina- ah, me dijo Rin que si por favor le ordenaba su comida.. aquí traigo el dinero..
– ¿Acabas de llamarlo Rin? -se levantó y se acercó al azabache-
– Ah.. si.. ¿Es algo malo? -miró al pelivioleta-
– ¡¡Por supuesto que es malo, niño!! -le quitó el dinero- llevo cinco años en esta empresa y jamás lo he llamado por su nombre, ¿Qué te hace pensar que tú si puedes? Si él te escucha..
– Pero fue él quien me pidió que lo llamará así.. -sonrió y miro al pelivioleta- quizás si le llamas Rin no se moleste..
– Él.. te dejo.. -soltó un suspiro- ¿Por qué? ¿Qué te hace especial? Eres un mocoso..
– ¡¡No soy ningún mocoso!! -cruzo los brazos- y no se que se traiga con Rin, pero no es asunto mío.. no tiene derecho a gritarme y tratarme así..
– ¡¡Deja de llamarlo Rin!! -lo tomó con fuerza del cuello de la camisa- escúchame bien, niño.. porque no te lo voy a repetir.. -lo miró con molestia- he estado a su lado por cinco malditos años.. no tienes ningún derecho.. ¡Aléjate de él!
– Pues entonces haga algo, dígale las cosas.. ¡Yo no hice nada! -trato de apartarlo- me lástima..
– Tch.. -lo soltó con molestia- en serio niño, más te vale que dejes de hacer eso.. no me interesa si él te dio permiso o no.. ¡¡Nadie lo llama por su nombre!!
– Ya veo.. -sonrió y sacudió su ropa- está enamorado de él.. y por eso le molesta que yo sí pueda llamarlo Rin..
– No es asunto tuyo.. solo deja de hacerlo..
– No dejaré de hacerlo solo porque usted se siente amenazado.. ¡¡Ni siquiera me interesa de esa forma!! Tengo novio y lo amo..
– Claro, porque tener novio va a evitar que seas un arrastrado..
– ¡Si tanto le gusta, haga algo! -se dio la vuelta para salir- y dejé de joderme la vida.. ni siquiera lo conozco..
– No vuelvas a levantarme la voz, mocoso..
– Si no quiere que le levante la voz, deje de molestarme con sus tonterías.. Rin es solo mi jefe.. fui amable y eso es todo..
– ¡Te dije que no lo llamarás así, niño! -lo jalo del brazo para darle la vuelta- o te juro que haré de tu vida un infierno..
– ¡Suelteme! -se apartó de él- si tanto le interesa de esa forma, vaya y dígale..
– No es asunto tuyo
– Si lo es, porque me está involucrando sin saber nada.. ¡¡Es mi primer día aquí, idiota!!
– Eres un.. -le dio una fuerte bofetada- ¡¡Haré que te despidan!!
– Bien.. hágalo -toco su mejilla y salió de la oficina, caminó hacia la salida- no me importa.. no tengo porque soportar esto..
– Mocoso.. -salió de su oficina y caminó hacia el ascensor- no puedes.. ¿Por qué él te deja llamarlo por su nombre? ¿Por qué él si y yo no?
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– Itoshi-san.. -el pelivioleta abrió un poco la puerta- ¿Puedo pasar?
– Mm.. si, adelante..
– Gracias.. -entró a la oficina- ah, el chico nuevo me dijo que querías que ordenara tu comida..
– Si, Reo.. ¿Ya la pediste?
– No.. yo.. quería saber si.. si te gustaría ir al restaurante y comerla ahí..
– No puedo.. -miraba algunos papeles- debo terminar con esto..
– Rin.. -soltó un suspiro- por favor, siempre estás encerrado aquí, casi no sales.. te vas noche.. ¡Se supone que para eso tienes asistente!
– Me gusta comer solo.. -alzó su mirada- y te he dicho que no me llames Rin.. soy tu superior..
– Lo siento.. -soltó un suspiro- al menos, ¿Puedo quedarme a comer contigo?
– No, ve a comer a tu oficina o sal a distraerte un poco.. quiero privacidad..
– Pero.. -apretó sus manos contra su ropa- no está bien que te aisles así.. los empleados creen que eres una especie de monstruo..
– Mm.. supongo.. pero no me importa.. mientras hagan su trabajo..
– Rin.. por favor.. tienes que salir de aquí.. ¡No vas a cambiar las cosas por estar encerrado!
– No me llames así.. ya te lo dije..
– ¡No me importa, Rin! -se acercó al escritorio- ¡¡Murió, Rin!! Tienes que superarlo y seguir adelante..
– Sal de mi oficina, Reo..
– Hiori se fue.. ¡No es tu culpa! -sus ojos se nublaron- odio verte aquí, solo, perdido en tu trabajo..
– ¡¡No vuelvas a mencionarlo!! -se acercó a él- no vuelvas a hablar de él, Reo..
– Tarde o temprano tienes que hablarlo.. no puedes estar evitando el tema toda tu vida..
– Déjame solo.. ¡Vete!
– Rin.. -se acercó más a él- por favor
– ¡¡Vete!! -se dio la vuelta para sentarse- vete de una vez..
– Yo.. -soltó un suspiro, salió de la oficina y caminó hacia el ascensor- ¿Qué se supone que haga?.. odio verlo así..
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– Muchas gracias señorita -el azabache tomó la bolsa con comida y se acercó a la puerta- espero que no haya problema si como en la oficina.. así no se me hace tarde..
El azabache salió del pequeño local y caminó de vuelta hacia el enorme edificio, soltó un suspiro y llevo nuevamente su mano hacia su mejilla. Sentía un leve ardor en esta, aquel chico lo había golpeado demasiado fuerte y no entendía porque se ponía así. Ni siquiera le interesaba de esa forma, no lo conocía. Aunque, si era muy guapo, pero él estaba con Nagi, lo amaba y jamás se involucraría con nadie más.
– Yo no soy así -soltó un suspiro y entro al edificio, caminó hacia el ascensor-
– Ah.. -el pelivioleta lo miro subir, noto la comida en sus manos- niño.. ¿Que haces?
– Ah.. regreso a la oficina para comer..
– Olvídalo, a Rin le gusta comer solo.. lo vas a hacer enojar..
– Estaré en mi escritorio sin molestar.. -subió al ascensor y soltó un suspiro-
– Ah, bien.. como sea -caminó hacia su oficina- quizás así deje de darle tantas confianzas.. seguro le llamara la atención.. -una sonrisa se formó en su rostro-
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– Aquí está su comida, señor Itoshi
– Si, muchas gracias.. retirate..
– Claro, señor -sonrió nervioso y caminó hacia la puerta, abrió está y miro atentamente al azabache- buenas..
– Mm.. hola.. -entró a la oficina y caminó hacia su escritorio- ah.. Rin..
– ¿Qué haces aquí, Isagi? Te dije que fueras a comer..
– Ah, si.. solo que pensé que sería mejor comer aquí.. así no pierdo tiempo..
– Mmm.. -soltó un suspiro- solo, no ensucies nada..
– No, descuide.. -sonrió y se sentó con cuidado- ¿También comerá aquí?..
– No.. -se levantó y tomó la comida- iré a la sala de juntas.. tengo cosas que hacer..
– ¿Quiere que le ayude? Así termina más rápido..
– No, Isagi.. termina de comer.. no es necesario que me ayudes..
– Pero también usted va a comer.. no es bueno que ande comiendo a las prisas.. y no me molesta ayudarlo..
– ¡Dije que no! -salió de la oficina y azotó la puerta-
– Ah.. -soltó un suspiro- lo siento.. eres un idiota Isagi.. -comenzó a comer-
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– Hiori.. -el peliverde se sentó en una de las silla, miró atentamente el plato con comida y sintió como su estómago se revolvía y su apetito se iba- perdoname..

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