꧁༒☬𝓥𝓸𝓵𝓿𝓮𝓻 𝓪 𝓮𝓼𝓽𝓪𝓻 𝓳𝓾𝓷𝓽𝓸𝓼☬༒꧂【pausado hasta nuevo aviso】

【ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3!】

Red y Duck Guy se mantenían detrás de Wally mientras lo seguían.

Duck solo se quería ir de ahí y no volver nunca más. Sí, quería hacer algo más que estar sentado, pero prefería quedarse sentado todo el día a tener que aguantar al supuesto ex de Red Guy.

Mientras Duck veía las casas que se encontraban a su alrededor, Red observaba sin apartar la mirada de Wally. Lo veía diferente. Su actitud, físico, peinado, no parpadeaba. Se veía y actuaba muy distinto a como lo hacía antes.

Finalmente, llegaron hacia donde se encontraba Yellow Guy, y se encontraba con alguien más.

—¡Yellow!, veo que te encuentras jugando con Julie —dijo Wally con felicidad mientras se acercaba a quien había llamado.

—¡Así es Sr. Wally! —dijo Yellow Guy con una gran sonrisa mientras miraba a Wally con felicidad.

—Ya extrañaba a este pequeño —dijo feliz la rubia que se encontraba ahí. Que era Julie.

Julie tenía un pelo largo y rubio que le llegaba mínimo arriba de las rodillas, tenía una diadema de color blanco en el cabello y también unos leves cuernos anillados de color naranja y amarillo. Tenía de vestimenta de un vestido de mangas cortas de color rojo imperial, un pañuelo de color amarillo colocado en el cuello de la falda, tenía un cinturón de color blanco con un círculo en el medio que era de color amarillo. El vestido tenía los colores rosa y amarillo en la parte inferior. Tenía unas mallas de colores azul y verde que se encontraban difuminados entre sí, y por último tenía unas merceditas de color blanco, y con un poco de color amarillo. Se veía que su piel era diferente a la de Wally, ya que era de color rosa pastel.

 —¿Por qué no nos visitabas niño? —pregunto Julie con un tono triste en su voz mientras volteaba a ver al de menor estatura.

—No tenía una ruta como para poder visitarlos —dijo Yellow mientras se rascaba la nuca con nerviosismo.

Okey, analicemos algo.

Como ahora sabemos, se sabe que Yellow ya conocía a estos vecinos antes, algo que no sabían ni Duck ni Red Guy. Bueno, eso no es importante. 

Lo importante era saber como es que Yellow conocía a estas personas sin que Duck y Red se hayan dado cuenta.

—¡Oh, eso es terrible! —dijo Julie mientras abrazaba al niño con aprecio—. Por lo menos ya te encuentras aquí —comunico mientras daba pequeños saltos aun teniendo a Yellow Guy en sus brazos.

Wally, Red y Duck veían toda esta escena atentamente. Wally con ternura, Red con confusión, y Duck con molestia.

Wally volteo a ver hacia donde se encontraba el sol, y vio como este ya se estaba ocultando, así que decidió comunicarlo con quienes se encontraban junto a él.

—No quiero ser una molestia, pero el sol ya se está ocultado —dijo Wally apuntando hacia el sol para que todos vieran que se estaba ocultando.

—Es cierto, hay que irnos a casa —dijo Julie algo triste al saber que ya no podría jugar más con Yellow.

—No te preocupes Julie, si quieres Yellow puede acompañarte en tu casa...

—¿¡De verdad!?, qué increíble. ¡Gracias Wally! —interrumpió Julie mientras daba pequeños saltitos de emoción.

—No hay de que Julie —comunico Wally.

—¿Y nosotros qué? —pregunto de manera arrogante Duck. Red rápidamente tapó el hocico de Duck para que no dijese otra palabra más. Y también para no volver a cagarla.

—Ouh... bueno, podrían ir con Poppy. Es una vecina encantadora —dijo Wally volteando a ver a estos dos.

Duck y Red se miraron entre sí, seguidamente voltearon a ver de nuevo a Wally y asintieron a la vez la cabeza, desconfiados de su respuesta.

Wally al ver que estos dos aceptaban la propuesta hizo que sintiera aliviado.

Finalmente, Wally se despidió de Yellow y Julie con la mano para después retirarse con Red y Duck de ahí.

Wally caminaba por la delantera de Red y Duck, haciendo que lo siguieran para poder ir a la casa de Poppy. Aunque Red ya sabia donde se ubicaba.

El camino era corto, pero para Duck y Red se les hizo demasiado largo e incómodo, muy incómodo.

Al ya estar en la entrada del granero de Poppy, Wally toco la puerta, haciendo que una figura emplumada de varios colores y de una gran estatura abriera la puerta. Ella era Poppy. El problema es que como ya estaba anocheciendo no se podía ver bien su figura o sus colores.

—¡Hola Poppy!, quería pedirte un favor —dijo Wally viendo hacia arriba, ya que como estaba muy pequeño tenía que alzar la cabeza para poder ver a Poppy.

—Claro Wally, ¿qué es? —pregunto Poppy con una voz tranquila y agradable.

—¿Podrían quedarse Duck y Red en tu hogar por unos días? —dijo Wally viendo a Duck y a Red de reojo, para que Poppy pudiese ver de quienes se trataban.

Poppy al escuchar el nombre de Red se le hizo familiar, y cuando Wally le mostró quien era le sorprendió. A él ya lo conocía. Así que sin molestia permitió que entraran.

—Claro, pueden pasar —dijo Poppy abriendo aún más la puerta para que estos dos pudiesen entrar.

—¡Muchas gracias Poppy! —dijo feliz Wally. Volteo a ver a Duck y Red y les hizo un gesto de que entraran.

Estos dos asintieron y entraron al hogar de Poppy.

Pero Red al estar dentro, dio la vuelta para poder ver a Wally, y vio como este ya no se encontraba con su sonrisa amigable, sino que con una más macabra y tenebrosa.

—Wally... —susurro Red para después ver como la puerta cerraba, impidiendo que vea a Wally. Hasta que sea otro día...