08 - Fin

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Increíbles años después

Bien, la boda estaba saliendo a la perfección.

— ¡Hermano Lan, ¿Qué hace en el techo?!

— ¡Lan Yuan, como me gruñas otra vez te arranco los dientes!

— ¡Líder Nie deje de pelear con la pared!

Habían aprendido una gran lección. 

Primero, no darles alcohol a los Lan. Segundo, repetirse lo primero cada vez que se le cruce la idea de hacer una reunión. Tercero, no compren de la sonrisa del emperador. Quien lo diría, el alcohol más fuerte pertenecería a una zona liderada por el clan Lan. 

— ¡Ahora si te los arranco!

— Wei Ying. 

Inhala, exhala y sonríe. 

— ¡Te dije que no le dieras alcohol!

— ¡Yo no se lo di, el lo tomo!

— ¡Lan Jingyi! 

Bravo, ahora su hijo tratando de matar al amigo de su esposo. 

— No. Quéda...— hipó. — Quédate aquí.

Un tic se formo en su ojo al ver la posesividad que tenía el Lan con su pequeño capullo, que ya floreció. 

¡Se había casado! Organizando una de las bodas más grandes del mundo del cultivo, en realidad era demasiado obvio que iba a ser así. Él y Wei Wuxian se encargaron de que así fuera, Ambos, herederos de sectas prestigiosas, adineradas, ¿cómo no lo harían?

— ¡Te voy a jalar de las orejas Lan Yuan! — otro gruñido se lanzó a Wei Wuxian. — Jingyi, pásame la escoba.

— ¿La grande o la pequeña?

— ¡La que sea!

Pero no comprendió porque tanta posesividad de parte del Lan hacía su hijo. Así que como adulto responsable y calmado que era:

— A-Li. ¿El ataúd debería de ser dorado o plateado?

—A-Xuan, tu hijo no se quedará viudo.

Hanguang-Jun ya estaba perdiendo fuerzas contra el ser salvaje de su esposo ofendido porque su propio hijo le gruñía tan solo por querer acercarse a Jin Ling. 

— No encontré la grande ni la pequeña. Pero creo que con este palo de madera estará bien.

— ¡¿Cómo puedes seguir resentido?!  — gritó Jin Ling. — ¡Fue hace un mes, un mes! Supéralo. 

Cierto, hace un mes a Lan Sizhui se le había escapado la noticia de que Jingyi sería padre justo en frente de todos en la reunión de cacería. Y pues mala noticia no era, solo obviando el hecho de que nadie sabía quien era su pareja, ni que pertenecía a una secta prestigiosa mucho menos que el líder de esa secta estaba justo en frente de ellos disfrutando de su té,  olvidando el hecho de que prácticamente este lo odiaba.

— ¡Jamás!

Listo para atacar. 

— Jingyi, suelta ese palo y regresa acá. — mandó su ahora esposo. 

— ¡Pero- 

— Jingyi...

— Bien. Tome maestro Wei, le daré los honores.

— ¡Jingyi!

— ¡Pero Zizhen!

— No puedes dejar viudo a Jin Ling y mucho menos dejar sin padre a su cachorro. 

¿Qué le sucede al joven maestro Jin ? © ZhuilingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora