Marina se despertó temprano en su primer día de clase en la universidad. Había pasado todo el verano preparándose para este momento y estaba emocionada por conocer a gente nueva y comenzar su carrera universitaria.
Mientras se dirigía a su primer seminario, Marina se topó con un chico guapo que parecía perdido. "¿Necesitas ayuda?", le preguntó ella. "Sí, estoy buscando la sala C-23", respondió él con una sonrisa.
Resultó que ambos estaban en el mismo seminario y se sentaron juntos. El chico se presentó como Daniel y pronto comenzaron a hablar sobre sus intereses y aficiones.
Marina quedó encantada con Daniel y se sintió atraída por su carisma y su inteligencia. Durante todo el seminario, no pudo dejar de pensar en él y en lo mucho que le gustaría conocerlo mejor.
Al final de la clase, Daniel le preguntó si le gustaría tomar un café y charlar un rato. Marina aceptó con entusiasmo y juntos se dirigieron a la cafetería del campus.
Mientras compartían un café, Marina y Daniel hablaron sobre sus sueños y aspiraciones, así como sobre sus pasatiempos favoritos y películas preferidas. Marina se sintió cada vez más atraída por Daniel y se dio cuenta de que estaba desarrollando sentimientos por él.
Cuando terminó el café, Daniel la acompañó a su siguiente clase y prometió volver a llamarla. Marina caminó hacia su clase con una sonrisa en el rostro, sintiéndose emocionada y llena de esperanza por lo que podría traer el futuro con Daniel.
Continuará...