Daniel mantuvo su promesa y llamó a Marina unos días después de su primer encuentro en la universidad. Acordaron tener una cita en un restaurante cercano al campus.Marina se preparó cuidadosamente para la cita, queriendo impresionar a Daniel con su apariencia y personalidad. Cuando llegó al restaurante, lo vio esperándola en la entrada y sintió un hormigueo en el estómago.
Durante la cena, la conversación fluyó fácilmente entre ellos. Descubrieron que compartían muchos intereses y que tenían mucho en común. Marina se sintió tan cómoda con Daniel como si lo hubiera conocido toda la vida.
Cuando terminaron de comer, Daniel le preguntó si le gustaría dar un paseo por el parque cercano. Marina aceptó con entusiasmo y juntos caminaron bajo las estrellas.
Mientras paseaban, Daniel tomó la mano de Marina y le confesó que se había sentido atraído por ella desde el primer día que la vio en la universidad. Marina sintió un rubor en sus mejillas y se sintió emocionada y feliz.
La noche pasó volando y pronto llegó el momento de despedirse. Daniel le dio un beso suave en la mejilla y le dijo que esperaba verla pronto. Marina caminó hacia su dormitorio, sintiéndose en una nube y segura de que Daniel era alguien muy especial.
Continuará...