Capitulo 15

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    Eran altas horas de la madrugada, Angelo estaba acostado en su cama pensando en todo lo que había pasado ese día, la angustiosa ansiedad no le permitía dormir a pesar de estar muriéndose del cansancio, tenía miedo de que Scott le dejará de hablar y no quería perder el surreal sueño que estaba viviendo junto a el mayor; aunque ciertamente, llevaban poco más de un mes relacionándose, Angelo sentía a Scott como su salvador, se sentía a salvo a su lado, sentía que debía obedecer a contrario en todo pues su manera de hacer las cosas era la correcta y la mejor para ellos.

El celular de Scott había sido bombardeada por mensajes y llamadas perdidas del menor pidiéndole perdón, Angelo se sentía horrible, sus mejillas estaban rojas combinadas con el moretón naciente ahí, sus ojos hinchados e irritados, y sus sabanas y almohadas húmedas, siendo víctimas de las abundantes lagrimas del más pequeño.

Pasó poco tiempo hasta que Angelo cayera dormido en sus suaves sabanas, siendo estas el único testigo del pesar que vivía que el menor.

Por otro lado estaba Scott, quién procesaba todo lo que había pasado ese día con detenimiento, su cabeza reposaba boca arriba sobre sus brazos, sus ojos observaban el techo como si de la más voraz obra maestra se tratara, sentía una muy incómoda presión en su pecho, y cada vez que intentaba calmarla el risueño niño por el que tanto se moría se posaba en su mente. Tal vez se había propasado con el menor, no debió haberlo golpeado ni ignorado, aún recordaba el dolor que sintió su mano al chocar con la tersa mejilla de Angelo, eso fue lo que lo hacía sentir peor.

Tomó su celular y divisó todas las notificaciones que recibió del niño, eso sin duda lo hizo querer golpearse así mismo, no había podido dormir, necesitaba a Angelo consigo, abrazarlo, besarlo, acariciarlo, tenerlo a su lado y que este consolara su estrés.

Narra Scott

Soy una mierda, no debi golpearlo, pensar en sus lindos ojitos irritados por mi culpa me hace querer golpearme a mi mismo, lo quiero de vuelta ¿qué tal si se va con ese idiota? Jamás lo permitiría, pensar en esos dos juntos me hace querer partirle la cara a idiota de Alan, pero por ahora, necesito y quiero hablar con Angelo, quiero llamarlo ahora mismo. Sé que es tarde, pero siento mi pecho adolorido y sé que es por mi culpa. Pero también siento la necesidad de que Angelo aprenda una lección, quiero que entienda que no le puede hablar a otro hombre que no sea yo, que entienda que no encontrará a nadie como yo de nuevo y que si se atreve a traicionarme lo pagara caro.

Mi mente está hecha un caos, muchos sentimientos, eso era lo que sentía en este momento, algunos de ellos eran indescriptibles para mi, la rabia se combinaba con deseo y la tristeza con la desesperación. Decidí que lo mejor era pasar de largo, de todas formas estaba apunto de ser amanecer y no valía la pena dormir si de todas firmas me iba a despertar en pocas horas.

En ese tiempo me dediqué a golpear un desgastado saco de boxeo, mis manos estaban rojas e irritadas, de seguro alguno que otro moretón saldría ahí,pero esa era la única manera en la que podía calmarme, sino era más que seguro que explotaría y me desquitaría con la primera cosa que encuentre, con cada golpe que daba, la imagen de Alan aparecía en mi mente, eso me hacía querer darle aún mas fuerte a aquel objeto.

En la escuela no fue distinto, no puede evitar no mirar a Angelo, su angelical rostro hinchado y su intento con ocultar el golpe me cautivó, sin duda estaba aprendiendo algo, y eso era que aquel hermoso chico estaba hecho para mí. Verlo así me hizo cambiar de opinión y fue la luz verde que necesitaba para arreglar las cosas con él. Le vi directamente a los ojos y él supo exactamente de que se trataba, quería que me siguiera al baño.

    Algo que me encanta de él, era su obediencia, eso combinado con su hermoso físico creaba a un ser único.

    Ya estando en el baño, con el niño frente a mi, me estaba aguantando para no tomarlo en ese momento y crear los escenarios más sucios junto a él. Su mirada estaba baja, como si le diera vergüenza verme a la cara a la par que tonteaba con la yema de sus dedos, hasta sus manos son perfectas, sus uñas brillaban, de seguro había esmalte en ellas, nunca pensé fijarme en detalles tan insignificantes, pero desde que me hice cercano a él lo hago.

A paso lento me acerqué a él, tomé su mentón entre mis dedos y subí su mirada para que se encontrara con la mía, con delicadeza pase mis dedos por sus carnosos labios, que sin duda debían ser guardados y atesorados.

_S-Scott, d-de verdad n-no fue mi intención h-hacerlo_ su tartamudeo se me hacía la más explícita manera de confirma su pureza, temblaba a mi toque, era como un frágil muñeco de trapo. Permanecí en silencia, quería escuchar lo que Angelo tenía para decir.

_T-te j-juro que n-nadie sabe lo nuestro_ dijo viéndome desde su baja altura, sus ojos estaban a punto de derramar lágrimas y sus manos tocaban mis pectorales.

_Lo sé, pequeño_ dije rodeando su cintura con mis manos _Eres muy bueno, los demás no te merecen_ lo tome de las mejillas y acerqué mis labios a los suyos, aún no podia creer el delicioso sabor que estos tenían.

_¿Y-ya no estás m-molesto c-conmigo?_ sus ojitos demostraron confusión, sus mejillas estaban rojas y sus manos sudaban frío, seguramente estaba nervioso.

_Para nada, pequeño, solamente no quiero que hables con ese ¿Alan? Se llama así ¿no?_ simule no saberme el nombre, la carita de Angelo demostró desconformidad _Ni a ningún otro hombre_ dije tomando por su cintura por segunda vez.

_P-pero, él es s-solo m-mi amigo_ dijo bajando la mirada, que me llevara la contraría me irritaba.

_Pero nada, ya no estoy molesto contigo, pero si te vuelvo a ver hablando con algún otro que no sea yo, no me haré responsable de lo que pase_ dije con tomo severo, a lo que Angelo respondió agachando el rostro.

No dijo nada, sin duda eso me irritaba aún más.

_¿Entendiste?_ pregunte tomándolo del brazo un poco fuerte, pero no lo suficiente como para llegar a hacerle daño grave.

_S-si_ dijo, su tono se escucha nervioso y un tanto asustado _P-pero, mi h-hermano, él e-es hombre_ lo había olvidado, Angelo tiene un hermano mayor.

_¿Quién es tu hermano?, pequeño_ dije cambiando mi tono a uno más gentil.

_Mi hermano se llama Matias_ dijo mirándome expectante a mi respuesta, ese nombre, lo reconocía, aunque no estaba seguro de que fuera la persona que recuerdo.

_Bueno, supongo que si le hablas a él está bien_ dije pasando mis dedos por sus sedoso cabello casi rubio que al chocar con los rayos del sol parecían hilos hecho de oro. No me convencía del todo, pero supongo que lo justo era eso.

_Okey_ dijo regalándome un abrazo, amaba los brazos de él, eran cálidos y puros. Se notaba feliz, ya no tenía ese tono triste y melancólico de have unos minutos _Gracias por perdonarme, Scott_ en parte estaba sorprendido, el tímido tartamudeo que lo caracterizaba iba desapareciendo poco a poco, tal vez se estaba soltando un poco más conmigo, me sentía feliz por eso.

    _Perdóname tú a mi, no estuvo bien haberte hecho daño, de verdad lo siento_ dije, en parte si me sentía mal, pero lo hice por cargo de conciencia, con delicadeza acaricié el moretón en el rostro de Angelo, me pregunto que excusa habrá puesto para librarse de esto.

    _No hay problema, Scott_ una hermosa sonrisa se formó en rostro, era muy tierno, eso me recordaba una vez más que Angelo debía ser protegido y cuidado.

    Para nuestra mala suerte entró alguien al baño, me separé rápidamente del menor y fingí estar haciendo otra cosa ajena a él, gracias al destino el intruso irrelevante no notó nada extraño en el reducido espacio.

   

    Estaba en mi habitación, acostado en mi cama pensaba en todo lo que había ocurrido esa tarde, estaba contento de haberme arreglado con Angelo, sé no puedo perderlo, es muy valioso para mí, jamas me lo perdonaría.

    La falta de sueño cobró cuentas, y en ese momento las sabanas se pegaron a mi como plumas en miel, pero sin poder sacarme al dulce angel de mi mente...

Narrados omnisciente

    Ambos jovenes estaban en sus hogares, ambos trasnochados y contentos. Angelo se sentía en las nubes, estaba agradecido con él mundo por haberle dado otra oportunidad con Scott, esta vez no la desperdiciaría. A pesar de estar muriéndose del cansancio, decidió prepararle un detalle a el mayor, sabía que le iba a gustar, busco todos los materiales que necesitaba y procedió a hacerlo, el regalo consistía en unas lindas y delicadas flores de papel de colores...
   

Prominente (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora