3. Best friend

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Había llegado el fin de semana, y como era costumbre, los chicos habían planeado pasar la tarde juntos en casa de Kuroo. Sin embargo, no iban a poder disfrutarla jugando videojuegos o viendo películas, pues les esperaba una montaña de exámenes durante los próximos días previos a los nacionales.

De tal manera, ambos se encontraban absortos en sus apuntes. Kuroo estaba sentado en su silla mientras revisaba perezosamente unos esquemas de biología; Kenma tenía las piernas cruzadas en el suelo y la cabeza apoyada en el borde de la cama mientras repetía en alto las declinaciones de latín.

- -a, -a, -am, -ae, -ae, -a...

-Algún día vas a invocar un cura- señaló divertido el pelinegro, que claramente quería un descanso.

Kenma soltó una carcajada y palmeó el suelo cercano a él para que Kuroo se sentara. El chico se acercó y adoptó la misma postura que Kenma, con la cabeza girada hacia él. El mayor le revolvió el pelo con cariño.

Aquellos gestos eran frecuentes entre ellos. Estaban acostumbrados a abrazarse incluso estando en público, lo cual sorprendía a muchas personas y había llegado a levantar ciertos rumores mal intencionados en su preparatoria.

Sin embargo, Kuroo y Kenma ignoraban a todos los que se acercaban a "confirmar" sus sospechas lo cual, por si fuera poco, les había hecho ganar el odio de las personas más populares de sus cursos.

Esto, por supuesto, les daba completamente igual; llevaban siendo unos frikis empollones desde siempre, no es como si hubieran sido mucho más respetados antes.

El rubio le observó mientras ojeaba sus apuntes con desgana. Kuroo parecía estar pensando en algo, pero no pronunciaba palabra. Tenía una expresión anhelante y seria, como si estuviera imaginando algo.

-Kenma- comenzó a decir con voz titubeante-¿Te gusta alguien ahora mismo?

Aquello no podía estar pasando. No, que va. Era imposible que su mejor amigo, junto al que se había criado y del que no se separaba para prácticamente nada, hubiera descubierto sus sentimientos por él.

"Quizás dicho de esa forma no parece tan raro..." se lamentó el chico, completamente aturdido por aquella repentina pregunta.

-¿A qué viene eso Kuro, a ti sí?- preguntó temiendo escuchar la respuesta, pero mirando pese a ello a su amigo.

El pelinegro abrió los ojos por el sobrecogimiento que le acababa de inundar; tan solo se había preparado para soltar aquella pregunta, no para que le fuera devuelta.

-Bueno, no estoy seguro, quizás.

Eso había dolido.

-¿Por eso estabas tan raro estos días?

-¿A qué te refieres?- preguntó el capitán, pese a saber perfectamente de qué hablaba. No podía evitar mentir, sintiéndose más y más vulnerable, temiendo que Kenma se diera cuenta de la verdad.

-Estabas siendo reservado conmigo, pero como no parecía que quisieras hablar simplemente esperé a que estuvieras listo- explicó Kenma- Pensaba que te había pasado algo realmente malo.

-No quería preocuparte- murmuró Kuroo con una pequeña sonrisa mientras se volvía a sentar en su silla, esta vez mirando a su amigo.

-Pff no pasa nada; solamente me alegro de que estés bien. Podrías haber contado conmigo antes, de todas formas.

Justo cuando iba a retomar el estudio, habiendo dado por perdida la respuesta de Kenma a su pregunta, el rubio retomó la conversación:

-Háblame de ella, ¿es esa chica de tu grupo de química?

Kenma realmente no quería escuchar más sobre aquello, le iba a partir el corazón. Sin embargo, ¿qué clase de amigo sería si no lo hiciera? En ese momento Kuroo probablemente necesitaba un amigo en quien apoyarse, y eso era más importante que sus confusos sentimientos.

Kuroo, por el contrario, entró en pánico; para él no había ninguna chica, solo estaba Kenma. No podía afirmar aquello, no estaba preparado para confesar sus sentimientos.

"¿Qué le digo ahora? No quiero mentirle, y tengo cierta esperanza de gustarle, pero no creo que sea momento..." se debatía el pelinegro.

"Por favor di que no, por favor di que no" rogaba Kenma para sus adentros mientras miraba con atención la cara de su amigo, que parecía tener la tripa revuelta.

-Yo... no es nadie- afirmó finalmente, resignado- No debería ni planteármelo.

No se sentía con el derecho de contarle a Kenma todo lo que sentía por él, no cabiendo la posibilidad de no ser correspondido. Kuroo podría perder una pareja, eso no le importaba. Perder, en cambio, a su mejor amigo, jamás; no después de todo lo que Kenma le había ayudado.

Por lo general, todo el mundo veía a Kenma como una sombra de su amigo, como alguien triste y apagado que se había volcado sobre la primera persona que le "salvaba".

Esto no podía ser más ajeno a la realidad; Kenma no era un pequeño y débil ser que necesitaba ser protegido, era un adolescente normal, sencillamente introvertido.

Cierto era que Kuroo había cuidado de él desde pequeño, pero también Kenma lo había hecho. Eran mejores amigos y, por tanto, habían compartido los momentos más importantes de sus vidas, buenos y malos, y se habían apoyado y preocupado por el otro.

-Bueno, está bien si no quieres contarme- aceptó el chico, claramente decepcionado pese a su intento de esconderlo- Sólo asegúrate de que la quieres antes de decidir nada.

Oh, definitivamente "la" quería. Lo amaba como a nadie. No era cuestión de sentirse complementado; eso Kuroo jamás lo había entendido. Lo que sentía hacia su amigo era otra cosa, un deseo irrefrenable, un cariño intenso y una complicidad inigualable.

Realmente le admiraba: como persona, como amigo y como algo más.

En cierto modo, ambos sabían que había algo con su amistad que no cuadraba desde hace tiempo. Eran conscientes de que ciertos roces y caricias que compartían superaban el límite de lo platónico y amenazaban con llevarlos hacia unos sentimientos que no se sentían capaces de enfrentar.

Por ello, cuando se daban estas situaciones, los chicos se quedaban callados y saboreaban el momento, temiendo romper su amistad por dar un solo paso. Se miraban a los ojos y, con las mejillas ardiendo por la vergüenza y la confusión, sonreían de la mejor manera posible, intentando no temblar o suspirar.

Era difícil reprimir un deseo tan profundo y un amor tan puro, pero en esas sonrisas que se regalaban, sellaban con completa complicidad la promesa de permanecer junto al otro hasta que dejaran de tener miedo.

Y eso les había bastado por un largo tiempo, pero cada vez resultaba más desesperante. Ambos anhelaban más de lo que tenían y la incapacidad de satisfacer esto les quemaba.

-Lo tendré en cuenta.

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Hey, hey, hey~

Por fin he vuelto, AHORA SÍ QUE SÍ :')
He terminado el instituto (o prepa, como le llaméis) y mis exámenes de acceso a la universidad. Han sido dos años horribles y largos pero por fin puedo escribir y leer con tiempo y energía :D

Por supuesto, este fanfic comenzará a tener actualizaciones más frecuentes (tengo muchísimas ganas de subirlo y lo estoy haciendo con muchísimo cariño!!), así que espero que os guste y lo apoyéis :)

Cuando lo termine seguramente escribiré un fanfic iwaoi o sakuatsu (aunque el fandom esté cada vez más muerto :'))

Espero que estéis todos muy bien, cuidaos mucho y hasta el siguiente cap <333

𝚅𝚒𝚍𝚎𝚘 𝙶𝚊𝚖𝚎𝚜- 𝙺𝚞𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora