La Acampada

Una propuesta inusual

#Hannigram

[Un día en la vida del Dr. Hannibal Lecter]

Una propuesta inusual

Que Hannibal es un hombre refinado lo sabes en cuanto le ves. Gusto por la buena comida, ópera, obras de teatro, esculturas, cuadros. Su casa y su consulta son escenarios donde exponer sus obras de arte. No podría ser de otro modo, es un psiquiatra de renombre que solo se fija en aquello que es bello, que es superior.

Bueno, casi. Porque su nueva y reciente obsesión es su paciente, Will Graham, y cualquiera que vea a Will sabe que es lo opuesto a lo que es él. Will vive rodeado de perros - llena la consulta de olor a perro siempre -, desconoce lo que es una plancha y más todavía lo que es alimentarse decentemente. Ha visto a Will comerse un bote de garbanzos directamente del bote, sin calentar ni nada, y Hannibal sólo pensaba en las horas posteriores a la digestión, cuando los garbanzos hicieran efecto.

Lo hicieron, por supuesto, y él estaba con Will. Unas horas para olvidar, ciertamente, unas horas donde conoció una parte de Will que esperaba no haber conocido.

Desde ese día había decidido introducir al joven en su mundo, lentamente, y ver cómo se adaptaba. Se ha enamorado de él y eso conlleva que al final forme parte de la escala social de Hannibal.

- Will, ¿qué le parece venir conmigo a la ópera? ¿Le gustaría?

- No.

Hannibal espera que diga algo más, pero Will le mira con los labios sellados.

- ¿Puedo saber por qué no?

- No me gusta. No es lo mío. No tengo nada que ponerme. Cualquiera de las tres vale.

- Me gustaría, de verdad, que fuese mi acompañante. Puedo prestarle un traje o... - calla un momento - regalarle uno. No puede saber si le gusta si nunca ha ido.

- Claro que lo sé. Igual que usted sabe que no le gusta salir en medio de la montaña y acampar días, ¿me equivoco?

No se equivoca, pero no se lo va a poner tan fácil.

- Si me invitara a pasar unos días en la montaña con usted y sus perros, aceptaría, Will. Y disfrutaría de la experiencia.

La mirada de Will es curiosa. Divertida incluso.

- Venga a pasar varias noches conmigo en medio de la nada, y veamos quién tiene razón. No le doy ni dos horas.

- Me infravalora, Will. Acepto.

Hannibal alarga su mano, sellando una promesa. Acaba de conseguir pasar tiempo con su adorado Will fuera de la consulta, conocerle mejor, incluso forzar alguna que otra situación y, de paso, se está asegurando que Will le acompañe un día a la ópera. Pues Hannibal piensa soportar lo indecible con tal de estar al lado de Will.

- Nada de colchones hinchables - le da la mano a Hannibal -, nada de estos carísimos trajes suyos, ni de cocinas de fogones portátiles. Sólo la naturaleza, dos sacos de dormir, la tienda de campaña, usted y yo.

El usted y yo golpean el corazón de Hannibal. Sonríe.

- Bien. ¿Cuándo?

- Este fin de semana. Aguante dos noches y le prometo que le acompañare a la ópera, al Museo o a cualquiera de esos aburridos sitios a los que va. Ah, traiga traje de baño. ¿Tiene?

- Practico natación alguna vez. ¿No pensará bañarse en algún río en esta época del año, no?

- Justo eso es lo que vamos a hacer, sí. ¿Ya se está echando atrás?

- No - responde Hannibal - era una anotación como doctor que soy en cuanto a la salud se refiere. Me bañaré en el río.... lleno de.... peces, rocas, gusanos y cualquier ser vivo que haya.

La cara de Hannibal es de asco total, y Will lo ve perfectamente.

- Ni dos horas, lo repito. Ni dos horas va a soportar. En cuanto algún bicho se cruce en su camino, volverá con el rabo entre las piernas a su querida casa.

Hannibal piensa en la frase hecha pero de otro modo. La perversión ocupa su mente desde que Will le ha propuesto la acampada. Solos, en medio de la nada, Will en bañador.

- Le pasaré a buscar. Espero hacerle cambiar de opinión respecto a mí.

- Hannibal, es usted demasiado lineal. No podríamos estar más lejos entre nosotros en cuanto a gustos se refiere. Los dos somos dos gotas, pero yo de agua y usted de carísimo aceite de oliva. Líquidos, si, pero diferentes. Incompatibles si se mezclan.

- Seré agua para usted, Will. Ya lo verá. Podrá mezclarse conmigo.