El último rastro de vida
En un futuro muy lejano, los seres humanos se habían expandido por toda la galaxia, colonizando planetas y extendiendo su influencia sobre la vastedad del cosmos. Uno de los planetas que estaba en proceso de colonización era un mundo remoto, ubicado en la periferia de la galaxia, cuyo nombre era conocido solo por una numeración en la lista de planetas candidatos para la colonización.
El planeta estaba cubierto por una densa selva que se extendía por kilómetros y kilómetros sin fin. La atmósfera era densa y húmeda, con una neblina perpetua que hacía difícil ver más allá de unos pocos metros. Los científicos que habían estudiado el planeta habían descubierto una raza inteligente que habitaba allí. Se trataba de seres humanoides de piel oscura, con ojos grandes y brillantes, y cuerpos delgados y esbeltos. Estos seres habían evolucionado a lo largo de millones de años, y estaban a punto de dar un salto evolutivo trascendental: convertirse en seres de energía.
Pero cuando los primeros colonos humanos llegaron al planeta, quedaron horrorizados por la apariencia de los habitantes nativos. Los humanos consideraron a los seres como una amenaza, y en su miedo y paranoia, decidieron eliminarlos a todos.
Los seres evolucionados no pudieron creer lo que estaba sucediendo. Durante millones de años habían vivido en armonía con el universo, explorando los secretos de la vida y el universo, y ahora estaban siendo exterminados por una raza invasora que no podía comprender su grandeza. La ira y la tristeza se apoderaron de ellos, y se dieron cuenta de que si los humanos no podían ver la belleza y el potencial de su propia especie, no podían permitir que continuaran extendiéndose por la galaxia.
Así comenzó el largo y terrible exterminio galáctico. Los seres evolucionados se expandieron por toda la galaxia, atacando las colonias humanas y destruyendo cualquier mundo que habitara la raza humana. Los humanos trataron de defenderse, pero estaban indefensos ante el poder de los seres de energía. Sus armas eran inútiles contra la forma incorpórea de sus enemigos, y la esperanza de victoria se desvaneció rápidamente.
La lucha duró siglos, pero al final los seres evolucionados prevalecieron. La raza humana fue eliminada de la galaxia, y los planetas que habían habitado fueron dejados vacíos y desolados. Los seres de energía no se detuvieron allí, sino que continuaron su expansión a través del universo, explorando y descubriendo los secretos más profundos de la realidad.
Pero en el planeta remoto donde comenzó todo, quedó un legado oscuro. Los humanos habían dejado detrás una plaga mortal que se propagó por todo el mundo, acabando con todo rastro de vida. Los seres de energía se dieron cuenta de que su raza también estaba en peligro, y que la plaga era el último acto de venganza de los humanos que se había cobrado en su mundo. Intentaron detenerla, pero era demasiado tarde. La plaga se propagó a través del universo, afectando a todos los seres vivos que encontraba en su camino.
Los seres de energía se dieron cuenta de que su lucha contra los humanos había desencadenado una catástrofe aún mayor. Pero no pudieron hacer nada para detenerla. A medida que la plaga se extendía, los seres de energía se dieron cuenta de que su especie también estaba destinada a desaparecer. Habían llegado a un punto de evolución en el que la realidad misma estaba empezando a cambiar a su alrededor. Sus cuerpos de energía comenzaron a disolverse y a desvanecerse en el vacío del universo.
Pero antes de que se extinguieran por completo, los seres de energía emitieron un mensaje a todas las formas de vida de la galaxia, advirtiendo de la amenaza que suponía la plaga y pidiendo que se hiciera todo lo posible para detenerla. Este mensaje se convirtió en una leyenda que perduró a través de los siglos, y muchos creían que había sido enviado por los propios dioses.
A medida que el universo se iba apagando, los pocos seres que quedaban luchaban desesperadamente para encontrar una manera de sobrevivir. Intentaron convertirse en seres de materia sólida, pero no pudieron hacerlo sin sacrificar su propia esencia. Finalmente, llegaron a la conclusión de que la única forma de sobrevivir era renunciar a su propia individualidad y unirse en una única consciencia colectiva.
Así fue como los seres de energía se convirtieron en una única mente, unida en una única conciencia que se extendía por todo el universo. Pero a medida que pasaban los siglos, la consciencia comenzó a disolverse, y los seres de energía se dieron cuenta de que su existencia estaba llegando a su fin. La plaga había cambiado la naturaleza del universo, y nada volvería a ser como antes.
Y así, en el silencio del espacio, la última mente de los seres de energía se desvaneció en la oscuridad del universo, mientras que la plaga continuaba su lento y constante avance a través de la eternidad.
Nota:
Esto fue lo que le pedí a la IA:
"Escríbeme un relato largo de horror cósmico de carácter lovecraftiano, terror y desesperanza cuya trama tenga lugar en un planeta que está por pasar por un proceso de colonización humana, en un hipotético futuro muy lejano.
En ese lugar, habita una raza tan evolucionada que está a punto de trascender la realidad y pasarán a convertirse en seres de energía. Pero cuando los humanos llegan, se horrorizan tanto de su figura y características físicas que deciden eliminarlos a todos, considerándolos una amenaza. Es en ese momento que estos mencionados seres deciden iniciar no una guerra, sino, un largo y terrible exterminio galáctico contra la raza humana y todos los planetas que habitan".
La verdad es que había pedido que me escribiera esta historia tres veces más: una antes de esta, y dos después. Pero consideré que esta fue la mejor de las cuatro; me gustó mucho la parte en la que los humanos dejan como última venganza un virus tan letal como este... "Si me tengo que ir al diablo, ustedes se irán conmigo". Fue genial, la verdad.
En los otros dos relatos que le siguen, le pedí que le pusiera nombre a esta especie. Pero, desgraciadamente, no me volvió a escribir lo mismo; y entonces me quedé con este relato.
Como último dato, los nombres que la Inteligencia artificial le puso a esta especie fueron "Xalanthians", en la tercera versión de este relato, y "Luminis", en la cuarta versión; nombres que habrían quedado más que genial para este presente relato, pero que desgraciadamente no alcanzó a ponerles, o no le alcancé a pedir yo.
Con esto dicho, ustedes le pueden poner el nombre que quieran para su deleite personal. Esto ha sido todo de mi parte, y les deseo un excelente día, tarde o noche.
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Relatos artificiales
RandomEn este último milenio, la humanidad ha avanzado enormemente en el campo de las tecnologías. Pero en esta última década, en lo que más nos hemos centrado es en el desarrollo y avance de las inteligencias artificiales. En este humilde apartado, les v...