Paso un año casi desde que no te escribo. Nueve o diez meses. Elijo no contar.
Deje de entrar a wattpad, deje de revisar tiktok. Esas apps en las que te escribía o te mandaba cosas, eran "nuestras" apps para mi.
Te soñé miles de veces, en miles de situaciones. En algunos sueños yo te buscaba para decirte que te quería pero cuando te encontraba todo seguía igual. En otros sueños vos me buscabas, diciendo que querías volver y yo accedía pero en seguida descubría que seguías sin respetar límites claros.
Siempre el final era el mismo: dolor y llanto. Decepción y la certeza de que "sigue siendo lo mismo".Lo hablé con mi psicóloga miles de veces. "Ya no tolero estos sueños, siento que no superé nada". -"No es una vez y para siempre, es CADA vez" respondía ella.
Hace poco te soñé, al fin bien. Soñé que te encontraba, que me preguntabas cómo estaba. Yo te contaba de mi y vos de vos. Me decías que "estábamos bien así". Yo sentía tanta paz.
Me levante con mucha tranquilidad.Hoy, sin querer y para continuar en este proceso de hacer las pases, encontré mails viejos que me enviaste alguna vez. Pensé en compartírtelos, pero preferí mejor guardármelos yo. Eran palabras que escribiste hace seis años, llevábamos poco más de ocho meses saliendo. Me largue a llorar al leerlas, no de tristeza, sino que me movilizo. Hablabas de que "la cosita del miedo no te vino" y que "el adjetivo valiente te queda chico".
Realmente no recordaba lo mucho que me admirabas. No recordaba tampoco esa parte de mi, tan segura en los comienzos. Tuve miedo, mucho. Aún así tome las decisiones más difíciles y arriesgadas, en eso tenes razón.
Decidir dejarnos fue una de ellas. Pocas cosas dolieron tanto.Me alivia tanto recordarte así, como en aquellos primeros días. Me siento muy en paz y deseo que vos también la hayas encontrado.
¿Hasta cuando el corazón roto? Me pregunté, me pregunto aún. No se si alguna vez se cura algo tan significativo. Creo que se aprende, se acepta a vivir con esa cicatriz, que a veces arde, a veces sangra y otras veces, al mirarla de reojo, te recuerda lo bien que se siente haber podido con tanto dolor.