The Other Man - KimChay

09 "Que lindo"

Que bonito día fue, que por fin la tristeza terminó y el vació se alejó, por fin el mundo muerto les ha abandonado y en un nuevo mundo a reencarnado, donde ya no hay que ocultarse de los demonios entre las sombras, donde ya no hay que vivir con miedo de que un demonio los atormente y los condene a servirles. Este nuevo mundo es mágico, que lindo, ya no hay mentiras.

Kim por fin ha decidido mostrarse al mundo tal como es, con sus verdaderos sentimientos, no con unos escondidos. Si, se armó un escándalo tras la gran revelación que dio Kim sobre la empresa y sorprendentemente muchas personas se mantuvieron del lado de Kim.

¿Cómo no hacerlo? Si Kim lo único que hizo fue vivir el mundo tal como su corazón se lo narraba.

Aunque claro, aún existían esas personas que no le creían en lo más mínimo a Kim y aborrecía con toda su alma a Porchay. Pero realmente eso a Porchay dejó de importarle cuando entendió que el amor no es un crimen, para nada, y que lo que hicieron no fue nada malo, no lo fue, después de todo Kim no tuvo ojos para nadie más, solo para Chay.

Ahora Porchay está frente a la mirada de Kim quien yace tirado de espaldas en la cama, con la guitarra a un lado de él y al otro, el cuerpo admirable de Porchay quien descansa su cabeza sobre el hombro del otro, alzando la mirada para hundirse en esos ojos tan llenos de alegría que con solo mirarlos te sientes la persona más feliz del mundo.

Se dieron un beso, entre la melodía que sonaba de fondo, un beso tranquilo, que entrelazaba sus cuerpos en un abrazo y sus bocas en un deseo. Un beso que duró lo que duró una eternidad y aun podían respirar, que alegría. Besar los años y no sentirlos, abrazar el tiempo y no envejecer, mirar las personas morir y no llorar. Besar a quien amas y amarte más.

Ahora han pasado muchos meses, no se sabe a ciencia cierta cuánto tiempo, hace un tiempo que he perdido la noción del tiempo, pero a lo lejos sigo mirando y el amor no ha cambiado. Que hermoso, etéreo. Porque jamás he visto esa mirada en alguien más, solo en sus ojos mirando con atención a quien ama.

Tanto tiempo he estado aquí en el mundo, y por fin en aquella noche hermosa, lugumbrosa pero llena de paz, sentí las caricias de uno de ellos sobre mi cuerpo.

—Mira, P’Kim, un hermoso gatito, creo que tiene frío, está temblando mucho. —gritaba Porchay mientras a lo lejos Kim iba acercándose a él.

—Ya veo, es lindo. ¿Lo quieres llevar a casa?

—¡Sí! —respondió emocionado.

Lamentablemente, yo solo me había quedado para contarte la historia, mi tiempo en este mundo ha terminado y su historia de amor apenas había comenzado, lo bueno era que ahora Porchay ya no era el otro hombre.

Fin.