Damisela en peligro

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Una vez más Bowser había echo de las suyas, frente de él, encerrada en una pequeña jaula colgante, se encontraba aquella monarca de cabello rubio y amante del color rosado.

La princesa Peach, estaba nuevamente secuestrada por egoísmo del rey koopa; su obsesión por ella no era ningún secreto y como era costumbre en un intento de hacerle llegar sus sentimientos la encerró para poder ser correspondido y cumplir sus fantasías de casarse y ser feliz con ella.

Todo marchaba de acuerdo con el plan, sería perfecto de no ser por un pequeño detalle, aquella de vestido frondoso y rosado no parecía verse del todo bien, desde su llegada se veía muy pálida, se mantenía callada y para rematar tenía ese raro paño cubriendo la mitad de su rostro. Bowser a pesar de ser el villano y hacer cosas muy cuestionables realmente se preocupaba por el bienestar de la princesa, ella era su prioridad número uno, después de todo ella era su futura reina, ¿no?

- ¿Pasa algo malo princesa? - pregunto él en un tono un poco dulce pese a su voz gruesa, como siempre intentando modular su tono y forma de dirigirse a su amada.

- N-no es na...da- Respondió con un gran nerviosismo arrastrando la última palabra e inclusive para él contrario pareciera que quisiera tartamudear.

- ¿Está segura? – insistió en un intento de mantener lo mas cómoda a su invitada, un poco complicado si tenemos en mente que estaba en ese lugar en contra de su voluntad - Si te sientes mal o te incomoda algo me lo puedes decir e intentare ayudarte en lo que pueda- Recalco lo último posiblemente con la intención de hacerle saber que liberarla no estaba en esas posibilidades.

-No, no te preocupes- Hablo apresuradamente, vaya error, ya que su voz un poco ronca se dio a relucir haciendo que nuevamente el miedo se apoderara de ella y en un intento de mantener su secreto oculto y regresar un poco su tranquilidad llevo ambas manos a su rostro colocándolas donde debería de verse sus labios.

-Te oyes un poco ronca- Cuestiono mientras se acercaba un poco más a la jaula a verificar que verdaderamente no le pasara nada a su princesa.

Por el contrario, su majestad sudaba frio, temía que Bowser la viera tan de cerca, agradecía a aquella tela que cubría la mitad de su rostro, pero el que le viera tan fijamente le causaba una inquietud y una muy grande. Le amedrentaba ser descubierto, así es, descubierto.

La verdadera princesa se encontraba en el reino champiñón sana y salva, en cambio aquella soñorita muerta de miedo que portaba aquel característico atuendo de la soberana Peach no era nadie más que Luigi ,quien en un intento de hacerle una broma a su hermano mayor Mario tomo un vestido prestado, consiguió una peluca de un tono rubio perfecto y como perfeccionista que era se maquillo e incluso se puso corse, él en comparación de la princesa era más bajo y no pensaba en ser descubierto a la primera, por ello, unos enormes tacones eran cubiertos por el largo del vestido, con ese pensamiento se colocó ese pedazo de tela en el rostro, había visto en varias ocasiones damiselas y princesas usarlo, no sabía muy bien el propósito de dicha prenda pero mientras que no se viera su bigote y lo reconocieran todo estaría bien. Caracterizado del amor platónico de su hermano y con una pequeña ayuda de Toad como escolta (para que se viera más creíble) tomaron camino rumbo a donde se encontraba Mario, pero quien diría que el universo no estaría del lado del plomero verde.

De la nada y sin previo aviso empezaron a rodearlo un montón de koopas, no sabía que hacer, entro en pánico, aun así, a pesar de estar asustado se preparo para combatir al enemigo, debía de hacer algo rápido, con tremendos tacones que llevaba dudaba lograr hacer gran cosa, por ende, pensaba en hacer una distracción y salir corriendo lo más rápido posible.

Ya había planeado todo, pero nuevamente, hoy no era el día de Luigi, ya que frente del apareció el archienemigo de su hermano, Bowser, él sabía que la derrota era evidente pero nunca se imagino que en vez de que le dieran una paliza sería secuestrado sin siquiera le haya hecho daño, le costó asimilarlo, hasta que después se recordó a si mismo que iba vestido de la princesa Peach, en un inicio intento de aclarar el malentendido, pero pareciera que nadie le hacía caso.

Regresando al presente Luigi estaba desesperado, no sabia que hacer, al inicio le parecía buena idea aclarar la confusión que había creado, pero decidió mejor no hacerlo, sabía cómo se ponía el rey koopa cuando se enojaba mas sin embargo él nunca había sido la razón de ese enojo y no quisiera serlo, estaba esperanzado que su hermano llegara por él a rescatarle.

-No es nada, últimamente me han dado muchas alergias, más por el polen- Se excuso intentando hacer la voz lo mas aguda posible y cuidando no verlo directamente a los ojos.

- ¿Polen? - pregunto con gran confusión – Pero aquí no hay flores- Pese hacer un poco descuidado y por ello lo calificaban de careciente de inteligencia, realmente era todo lo contrario, el rey koopa era una persona perspicaz y audaz cuando se lo proponía.

- El polen es una de mis recientes alergias, pero también el polvo- intento arreglar su metida de pata. Las alergias eran lo primero que se le salió decir, ya que poner de excusa el estar resfriado o algo similar era una mentira un poco pobre, no sabía cuánto tiempo estaría en ese lugar, la excusa del resfriado podría ser creíble uno o inclusive dos días, pero al fin de cuentas sería descubierto ya que a él no le importaría enfermarse con tal de ver el rostro de su amada princesa, en cambio el decir ser alérgico a algo y sabiendo lo condescendiente que era Bowser con Peach no permitiría que esta empeorara su salud por solo echar un vistazo al rostro de su princesa

– Últimamente empecé a tener alergias a cosas que antes tocaba o estaba expuesta sin ningún problema- prosiguió en su mentirita, hace rato que controlo su forma de hablar, todavía estaba aterrado, pero de nada le servía tartamudear y exponerse el solo a ser descubierto

-Por eso la prenda de mi rostro, no sería bueno exponerme – agacho un poco la cabeza, deslizando una mano a su cuello – Aquí hay un poco de polvo y a irritado un poco mi garganta- menciono mientras sobaba la parte mencionada.

-Realmente lo siento- Se apresuro a disculparse, se sentía mal al hacer pasar tan mal momento a la chica rubia – No tenía idea de tu salud tan delicada princesa, podría hacer que te cambien a algo más cómodo y limpio- guardo unos segundos de silencio como pensando en si era algo conveniente mencionar lo siguiente – Claro que eso sería si me prometes portarte bien y no intentar escapar- se sentía tonto el solo mencionar aquello, era claro que intentaría escapar en la primera oportunidad que se le presentara.

-C-claro te lo prometo...- opto por mentir; en es momento le paso por la cabeza lo tonto que era eso, ¿Quién en su sano juicio prometería algo tan estúpido?

Ese fue su pensamiento principal, ya que una vez que fue cambiado de lugar a algo más confortante se dio cuenta de la cantidad de guardias que había no solo en el castillo si no los que harían vigilancia fuera de su cuarto designado.

¿Escapar? Definitivamente esa no era una opción o no por el momento, solo le quedaba esperar una oportunidad, una distracción que le diera tiempo de correr, vaya déjà vu, o en su defecto hacer el papel de damisela en peligro y esperar a que Mario viniera por él, y al parecer le parecía más atractiva la segunda opción, después de todo nada malo pasaría, ¿no?


N/A

Hace mucho que me vienen saliendo en tik tok ediths de esta pareja con música de Hamilton y también con el audio de una escena del cadáver de la novia, y como masoquista que soy decidí crear un fanfic juntando estas 2 historia, si eres fan del drama y sufrimiento ajeno adelante sigue leyendo si no mejor detente en este momento por que esta histiria estara tritezona. 

Todavía no estoy segura si poner un final feliz pero conforme escriba lo estare pensado.

Yo soy tu esposo, ella es la otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora