Me sentía mareada y con unas ganas horribles de vomitar, me levanté de la cama corrí al baño y me tire de rodillas al piso devolviendo todo el alcohol de mi sistema, cuando no quedaba nada más me levanté pesadamente y con pequeños tropezones me coloque delante del espejo me mire por largos segundos.
- Te ves horrible Matilde.
Cepille mis dientes y lave mi cara, aún me sentía algo mareada así que coloque una toalla húmeda en mi rostro, la deje un par de segundos estaba tan relajada que no escuche los pasos acercarse, sentí como unas manos acariciaban mi cintura haciendo dar un pequeño salto del susto, quite rápidamente la toalla del rostro soltando un pequeño suspiro de alivio al ver de quien se trataba.
- Evelyn!! Me asustaste boba.
Dije soltando un manotazo en una de sus manos.
- ¿Estas bien?
pregunto preocupada mientras acariciaba mi cintura.
- Sí, sólo me duele un poco la cabeza y estoy algo mareada pero seguro ahorita me acuesto y se me pasa.
- Estaba preocupada te estuve buscando por 30 minutos pero nadie sabía nada de ti, hasta que Jaz se acerco y me dijo que te vio subir, que te veías mal.
- Me senté un rato pero sentí nauseas y acá estoy, ahora parezco mapache con el maquillaje corrido. Me veo horrible.
Le mostré el cepillo de dientes y la toalla húmeda.
- Trate de arreglarlo un poco pero no funciono. Dije viéndome en el espejo.
Ella tomó mi mano dándome la vuelta para quedar de frente con ella. Tomó la toalla y comenzó a limpiar mi cara.
- Tu siempre te ves hermosa.
Dijo acariciando mi mejilla mientras me miraba fijamente.
- Sólo lo dices por que soy tu amiga.
- Lo digo por que es verdad.
Me dijo sería.
- Gracias. Tu también eres hermosa...
Lo último lo dije de una manera apenas audible para ambas. Sonrió y vi como desvió su mirada a mis labios hice lo mismo, ella lo noto y sonrió más grande.
- Dime que me detenga.
- ¿Qué?
Pregunto confundida.
- Dime que me detenga Evelyn, Por qué te juró que sí no lo haces te voy a besar ahora mismo.
Permanecio en silencio. Ella me mira de una manera que jamás lo había echo, o por lo menos no lo había notado. Me miraba con ternura pero también tenía un toque de pasión, sus ojos se miraban más oscuros de lo normal.
- Mati, por favor.
Suplico. La mire por última vez antes de cortar la distancia que nos separaba.
Me besaba de una manera tierna pero a la ves desesperada como sí llevará tiempo esperando esto. Tenía sus manos aún en mi cintura. Las mías estaban colgando en los costados tenía miedo de tocarla y que esto acabará.
Sentí como abrazo mi cintura y me pegó más a ella, apreté los puños y lentamente fui levante los brazos para rodear su cuello acercándola más a mi. El aire se estaba acabado y nos tendríamos que separar pronto.
Me asustaba por que no tenia idea de que pasaría. Pero estaba segura de algo. Era el mejor beso de mi puta vida.
