Secrets PARK ||JiKook|| [Concluida]

Capítulo 1: Que necesita Kookie.

—Oh, Dios... —Emitió fuerte al correrse una vez mas en mi interior.

Abrió los ojos en totalidad para mirar mi sonriente rostro debajo de él mientras me ahorcaba ligeramente con ambas manos.

Cerró los ojos y soltó poco a poco mi cuello inclinando el rostro para intentar reponer la respiración ayudándose por la boca.

Su cabello negro cayó ligeramente y su frente derramó algunas gotas de sudor sobre mi pecho desnudo.

Yo solo podia observarlo de forma satisfactoria, cada vez era más bueno en esto.

—Bien hecho —hablé sosteniendome en ambos codos y deposité un corto beso en sus labios —me encantó, aprendiste demasiado bien.

—Te amo Jimin —lo escuché susurrar despacio. Tan solo sonreí en respuesta y me tumbe en la cama nuevamente. Él abrió los ojos y se dejó caer junto a mí.—¿Escuchaste lo que dije? —preguntó con la vista arriba buscando mi mano sobre la cama para unirla con la suya.

—Lo hice —respondí tranquilo tomando algo de aire.

—¿Solo eso? —giró el rostro para verme.

Lo miré también con una leve sonrisa.

—Somos hermanos Jungkook —dije de la mejor manera acariciando su mejilla.

—No de sangre —respondió con carisma.

—Fuimos criados de esa forma.

—Cuando pequeños, pero dejamos de serlo desde los ocho años.

Pude ver esperanza en sus ojos.

—Papá jamás lo permitirá —me senté para verlo mejor —nadie además de nosotros sabe que no llevamos la misma sangre, sería un escándalo.

Se sentó también.

—Me importa una mierda, ¿no me quieres? —tomó mi barbilla haciendome sentir apenado lo que me llevó a bajar la vista.

—Claro que si, pero no podemos —dije despacio, le acaricié la mano en mi rostro y lo miré sonrojado —no ahora, esperemos un poco más, apenas cumpliremos quince, parecerá apresurado. —lo besé de forma tierna intentando convencerlo.

—Jimin no quiero que vuelvas a Busan. —habló dolido.

Tampoco quería irme, sin embargo papá fue demasiado claro.

—Tengo que hacerlo. —Rosé su nariz.

—Iré a verte pronto —habló impulsivo.

Me encantaba su forma arriesgada de ser, incluso conociendo a nuestro poderoso padre estaba dispuesto a todo.

Sonreí uniendo nuestras frentes.

—No lo harás —respondí sin más.

—¿Porque? Quiero verte, no puedo estar sin ti, sin tu aroma, tu cuerpo —susurró en mi rostro.

Me sentía tan deseado por él, si las circunstancias fueran otras me habría quedado para siempre.

—¿Hace un tiempo me odiabas y ahora me amas? —dije despacio en forma de burla y asintió tiernamente. —No te desesperes pronto seremos los tres —me aparté para mirarlo bien —papá te pedirá volver también.