Vino y cerezas

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Estar cerca de las flores no hacía que sus náuseas disminuyeran, se sentía abrumado por tantos olores mezclados y la música definitivamente no ayudaba al constante pitido en sus oídos, odiaba esos bailes de presentación, estaba cansado por el viaje tan largo, ir de un clan a otro podría tomar al rededor de una semana, por más que se haya esforzado planeando la manera más inteligente de soportar no estaba funcionado.

Su plan de comer para evitar que las personas se acercaran había fallado, ahora además de estar mareado tenía ganas de vómitar, sentía la comida en la superficie de su garganta mientras una chica hablaba sin parar, por más que intento respirar por sus fozas nasales nada funcionó y terminó por ir directo al baño a devolver todo lo que había consumido en esa cena y las tres anteriores.

Sin mucho esfuerzo se recompuso un poco cuando escucho ligeros golpes en la puerta del cubículo, debió saber que notarian su ausencia enseguida, abrió la puerta y tal como su lobo suponía Yoongi se encontraba al otro lado con una bolsa bastante conocida.
-¿estas mejor ?, tu lobo esta inquieto, lo sentí. 
- estoy bien hyung, es solo demasiados aperitivos...me dieron náuseas, es todo.
-¿necesitas tus medicamentos ?...te ves pálido.
Jungkook se congelo mientras lavaba sus dientes, agacho la cabeza en un intento de ocultar su vergüenza y se virtio un poco de agua en la cara, necesitaba tranquilizarse o lo echaría todo a perder.
-somos pálidos hyung...pero no, creo que solo necesito caminar un rato. Estoy bien, lo prometo...
Yoongi lo miro receloso como se secaba la cara y las manos, sabía que no estaba bien, pero por estos momentos Jungkook era el menor de sus problemas, necesitaba conseguir esa unión o su clan estaría en riesgo y todo por lo que había trabajado seria en vano.
-claro, si necesitas algo no dudes en llamar...¿esta bien?
Con un asentimiento Jungkook le devolvió el bolso y se dispuso a salir hacia la puerta del jardín, una vez ahí noto lo hermosa que era la vista, la brisa lo saludo y la noche se sentía fresca, definitivamente era el respiro que necesitaba, su lobo por fin estaba comenzando a sentirse tranquilo, se conecto y acompasado respiro de nuevo, extendiendo el rango de olfato y maravillandose con la cantidad de aromas silvestres del jardín, era precioso el modo en que habian cultivado todo tipo de frutos, desde peras silvestres hasta pequeñas flores ornamentales, olía a primavera, el invierno de su hogar se sentía lejos...su nariz quería seguir recolectando olores  pero fue algo especial lo que capto su atención...un olor muy especifico...era ¿vino ? ...no tal vez ¿uva...frambuesa? ...su lobo no se decidía algo no se sentía como esas opciones...tal vez ...¿cerezas ?.

Justo eso pensó...en ese momento sus memorias olfativas lo llevaron a su infancia, no era cualquier olor de cereza, eran las paletas hechas a mano por los monjes del clan Park, lo recordaba a la perfección, recuerda haber recibido ese obsequio cuando su padre lo llevó a la reunión de la paz cuando apenas cumplió nueve años, jamás había vuelto a probar aquellas decías, el clan del norte necesitaba a su señor y general, el viajar a otro clan tan lejano ahora solo era un sueño.

Su lobo aullando de felicidad lo llevaba  sin prestar atención a la protestas de su parte humana que le indicaban que era peligroso, sus ansias por volver a comer aquel manjar le impedían siquiera ver hacia donde iba, cruzando medio jardín y llego hacia la parte interna de la arbolada que conducía al lago, cuando estuvo a punto de frenar en la oscuridad, una linterna iluminaba una pequeña fuente a lo lejos, una sombra peculiar se proyectaba sobre el césped, una mata de cabello azabache descansaba apaciblemente en los bordes de la fuente.

Respiraba al compás de la noche intensificando el olor que lo había traído hasta aquí, su ropa no encajaba con el código de vestimenta blanco y negro, era un traje bastante desalineado en café oscuro sin zapatos que cubriera su pie que hacia olas delicadamente sobre el agua de la fuente, sin camisa o corbata, por un momento sintió envidia, él se estaba cocinando en aquel estúpido traje.

Pensó que para ser alguien del servicio tendría que estar en la cocina o tal vez en los puestos de vigilancia, pero el anillo que portaba y el collar  en su cuello le indicaban lo contrario, debía ser alguien más, tal vez no un invitado pero si alguien asociado al clan...tal vez algún comerciante que había llegado en mal momento.

Con cuidado siguió acercándose, algo en este chico le intrigaba a su lobo, ya no solo se trataba del maravilloso olor que se había intensificado o los destellos que lograban verse en el agua cuando su respiración movía su pie ligeramente...pero todo eso quedo atascado en su mente cuando el extraño sin mucho esfuerzo lo jalo del brazo y lo inmovilizo en el suelo.
                                  ♤♡◇♧

No tuvo tiempo de reaccionar, todo el aire de sus pulmones se había ido cuando sintió el peso de aquel chico sobre sus piernas mientras aplastaba su garganta con el codo, su reacción inmediata fue intentar contratacar, pero era demasiado fuerte y no tuvo más opción que mostrar sumisión al dejar al descubierto su iris, el azul haciéndose presente mientras conectaba con un dorado intenso.

El chico comprendió y lentamente retrocedió pero no bajo la guardia, Jungkook tosía sin sesar en el suelo, jura que por un momento perdió el conocimiento y su lobo actuó por él...porque no se explica como es que logro safarse de aquel extraño, poco a poco se reincorporó y miro lentamente al chico que ahora estaba observándolo relajado sentado en la mesita de jardín y degustando lo que parecía ser...una paleta de ¿cerezas? ...

La brisa lo alboroto aún más su despeinado cabello, movió delicadamente sus manos y lo reacomodo, más que un lobo le recordaba a un gato...¿o tigre tal vez ?, movimientos cortos y calculadores, la sincronía perfecta entre elegancia y salvaje. Por otro lado para ese extraño aquel muchacho que interrumpió su siesta no parecía más que un lobo con piel de oveja...una muy atractiva piel de oveja, pensó su lobo.

Al encontrarse a si mismo pensando aquello sacudido su cabeza y dio el primer paso, se levantó lentamente y estiro su mano en señal de ayudarlo a levantarse para después pronunciar un simple.
-¿te hiciste daño ?
Al contrario de costo reaccionar un poco, su comentario estaba tan fuera de lugar, el no era una omega que podría derribar de un solo golpe, lo tomó desprevenido, es todo. Con un poco de recelo tomo su mano para por fin levantarse del suelo y sacudir su ropa.

-estoy bien, solo ne tomo por sorpresa, disculpa la intrusión, yo solo...me perdí, es todo.
-claro, si....he...yo, tambien lo siento ...¿eres uno de los invitados del baile, cierto ?- busco su asiento de nuevo y espero por una respuesta mientras le indicaba al otro que tomara asiento a su lado.
-¿tu no ?
-creo que eso fue un si, yo...eehh, soy lo que se conoce como un invitado no deseado.
-claro, lo siento, creo que fui muy grosero, me presento soy el general Jeon Jungkook del clan norte, la fortaleza del invierno.
Se sentía extraño para el mismo presentarse así, aun nisiquiera digeria el hecho de serlo.
-ohhh que gran nombre, apuesto a que viene con un montón de responsabilidades...y dime gran general del norte ¿comó es que llegaste hasta aquí? Se supone que un gran señor debería estar bailando en medio de la pista con su pareja elegida o tal vez bebiendo conac añejo del norte mientras discute temas de política con los caballeros...me causa curiosidad no pareces alguien que no seria bienvenido a cualquiera de las dos opciones.

Dicho eso lo miro de pies a cabeza mientras comía tranquilamente su paleta, aquel extraño de gran nombre tenía una mirada bastante peculiar y por extraño que parezca su lobo estaba bastante tranquilo a su lado, cosa que le causó aún más inquietud.

-yo...eh...¡¿podrías decirme que estas comiendo por favor ?!- espeto de la nada mientras observaba fijamente el movimiento de su boca, su lobo estaba babeando por aquel manjar de cereza

-¿que?...esto ? -señaló la paleta mientras lo observaba, el otro solo asintió siguiendo con la mirada aquel dulce manjar. Alzando una ceja y ahora si bastante intrigado busco en su saco y le entrego una paleta cerrada para aquel hobresito de gran nombre, el cual por extraño que parezca comenzaba a caerle bien.
-son obsequios, toma, obsequios de mi mejor amigo, ¿cómo es que las conoces? El clan del que provienen esta al otro extremo del tuyo, incluso para un general es bastante difícil llegar allá.

El chico casi de manera literal iluminó el cielo con su mirada, el negro profundo dando paso a un ligero destello azulado, indicando la conexión directa entre la dualidad, su lobo estaba presente y el humano también. Estaban expresando una emoción genuina al abrir aquella paleta, para Taehyung esa fue la única respuesta que necesito para aceptar aquella persona y sin más solo se le ocurrió decir...
-Ven conmigo.

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