JiMin miraba por la ventana, perdido en sus pensamientos después de que el show acabara y que, por primera vez desde su debut, BTS ganara la competencia de un programa musical.
Eran casi las dos de la madrugada, pero JiMin no podía hacer que su cabeza calmara sus caóticos pensamientos, manteniéndolo al borde de las lágrimas desde el momento en que se sentó allí para poder admirar la vida nocturna desde el pequeño departamento que era su hogar, el lugar dónde él y sus compañeros, y mejores amigos, vivían y convivían aprendiendo a llevarse cada vez mejor.
De su cabeza no podía sacar el momento en que dijeron su nombre como ganadores. Y no podía evitar recordar todo lo que habían trabajado, no sólo en el álbum y la canción, sino desde su debut hasta ahora, cuando después de tanto tiempo, su esfuerzo parecía empezar a dar frutos. O al menos eso quería creer.
Una parte de él estaba muy emocionado con esto, decía que poco a poco empezarían a subir más y más alto y serían reconocidos finalmente, que sería un largo camino lleno de increíbles aventuras y un futuro grande.
Sin embargo, otra parte de él, la más pesimista, le decía que no se hiciera ilusiones, que eso no pasaría, que fue sólo suerte o casualidad. Decía que tenía mucho por mejorar y que todavía no era nadie. Que nadie podía quererlo si estaba gordo, o que si no sabía bailar bien o no cantaba mejor no llegaría a ningún lado.
JiMin hubiese deseado tener un interruptor para apagar a ambos lados, ambos estaban volviéndolo loco y lo único que había querido era poder disfrutar el haber ganado y ser feliz con eso, sin estar todo el rato maquinando si era justo o no, si habría más o no.
JiMin siempre odio su mente por eso. Él era incapaz de controlarla y se dejaba llevar mucho por lo que decían, incluso por lo que sus pésimos pensamientos creían. Era tan débil. Él deseaba poder tener un poco más de control sobre sí, tener la fuerza para detener esos pensamientos y sobre todo para no creerse sus propias mentiras.
Con un suspiro tembloroso en medio de la habitación oscura, quiso darse por vencido, tirar todo eso a la basura y, quizás, hacer una vida normal.
A veces ese deseo era tan fuerte que no podía controlarlo. Otras veces, él simplemente recordaba todo lo que peleó para estar ahí y recordaba cuánto amaba a las personas que lo acompañaban ahora. Recordaba cuánto amaba a JungKook, a TaeHyung, a HoSeok, a NamJoon, a SeokJin y a YoonGi, y se recordaba a sí mismo que a pesar de todo, él amaba lo que hacía.
El reconocimiento que habían obtenido hoy debería estar motivándolo, pero él siempre había sido tan pesimista, que simplemente no podía evitarlo.
Estaba feliz, por supuesto que lo estaba. Más feliz de lo que había estado nunca, pero a su vez, el miedo estaba comiéndole la cabeza. El miedo al fracaso, el miedo a no ser suficiente, el miedo al qué dirán. Todos sus peores temores estaban a flor de piel en ese momento.
— ¿Jiminnie?
JiMin saltó de su lugar dando un respingo cuando oyó esa voz ronca y adormilada cerca, y rápidamente miró hacia dónde provenía la voz, tranquilizándose cuando ese alguien prendió la luz y vio que simplemente era YoonGi.
— Dios, hyung, casi me das un infarto —susurró con algo de diversión, intentando disimular su verdadero estado, e intentando acostumbrarse a la luz de la pequeña sala.
YoonGi lo miró un momento con el ceño fruncido y luego tomó el control del televisor; apagó la luz de la sala, prendió el aparato y le bajó el volumen al mínimo, para luego sentarse en el sofá.
JiMin agradeció que apagara la luz principal, no sólo porque ahora sus ojitos se sentían mejor, sino también porque así no atraería más público.
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5 veces ; ym/js
FanfictionDe cinco veces en que Min YoonGi y Park JiMin hicieron el amor. 🍒; mini-fic/one-shots 🍒; yoonmin/jimsu. 🍒; romance; fluff; non-au. ―lushi; !! No contiene sexo explícito, pero contiene groserías y menciones de uso de alcohol y drogas. Disclaimer ...