Yoko Baji, es la hermana adoptiva de Baji Keisuke. La cual no es que tenga muy buenas suerte ya que recibe maltrato por
de de su hermano, pero eso no le impide seguir con su vida y hacer amigos muy raros
Yoko no se había fijado aún en la puerta que tenía aquel extraño edificio, se fijó más y se dio cuenta que no era un edificio si no una bodega abandonada que estaba algo alejada de la ciudad. ¿Tanto se habían alejado? No sé había fijado bien por la adrenalina del momento pero ahora el miedo invadió su cuerpo. Se seco las lágrimas de sus mejillas y se limpió la sangre con su chaqueta, aunque está el estar toda manchada barro no hizo mucho.
Choji abrió la puerta de metal y se espero a que ella entrara. No podía verle bien la cara por lo tapado que iba y por la oscuridad del sitio pero después de lo que había pasado tampoco tenía muchas ganas de verle.
Entro a la bodega encontrándose un escenario algo lamentable, todo estaba lleno de basura, se distinguían algunos montones de juguetes y ropa vieja tambien piezas de coches y motos y lo peor de todo ese lugar tenía un olor espantoso. Como si hubieran muerto alguien. Sin ninguna duda no esperaba que acabara secuestrada en ese lugar.
Se dio cuenta que en medio de toda esa basura había un grupo de personas, desde donde estaba ahora no parecía mucha gente. Choji empujó a Yoko para que siguiera andando y la llevo a donde estaba este grupo. Acertó al pensar que no serían muchas personas, solo eran unos pocos hombres que estaban hablando. Estos se quedaron callados al ver cómo la chica se acercaba a ellos y dejaron un sitio para que pasara.
Todos iban vestidos con una chaqueta de color blanca menos uno, el que estaba en el centro de todos ellos. La muchacha no pudo ocultar su sorpresa al ver a un moreno bajito de pelo rubio. Kisaki. Su amigo o eso pensaba ella. Este la miraba con una sonrisa juguetona, se acomodo las gafas y se acerco a ella.
-Cuanto tiempo Yo-yo, ¿Estás bien? Le dije al idiota de Hanma que tuviera cuidado contigo y que no te hicieran nada... Pero se ve que el tabaco afecta a la audición y no se ha enterado-
El mencionado se encogió de hombros y reprimió una risita, Kisaki le dio una mala mirada a el y a Choji y sigo hablando.
-Quiero que te unas a mi y traiciones a tu hermana- Una sonora cachetada resonó por todo el lugar, Yoko le había dejado toda la mejilla roja. Ahora sí Hanma no pudo controlar su risa.
-Eres un imbécil, envías a unos locos a secuestrarme y ahora me hablas de traicionar a mí hermano! Que si que es una mala persona pero no tiene nada q ver eso. No se que estás planeando Kisaki, pero a mí no me metas en tus cosas y no envíes a tus perros a por mi-
Kisaki dejo de sonreír y robo los ojos. Le hizo una señal a uno de sus hombres y estos se prepararon.
-Tu y todos sabemos que es un horrible hermano, así que cuando te arrepientas de tu decisión ya sabes donde puedes encontrarme. Uno de estos inútiles te acompañará a tu casa si quieres-
Hanma miraba al rubio con rareza, estaba demasiado feliz para que su plan hubiera fracasado. Kisaki giro la cabeza sonriendo y como si le hubiera leído la mente respondió.
-Todo salió bien, ella aceptará tarde o temprano. La conozco lo suficiente como para saber que la idea no se le irá de la cabeza nunca, ella estará de nuestro bando antes de la pelea de la Toman.-
Mientras los dos chicos hablaban, Choji escuchaba todo desde la sombra, debajo de la mascarilla tenia una sonrisa recordando a la hermana de keisuke y lo tierna que se veía llorando. Negó intentando alejar esa clase de pensamientos, no sabía porque pero algo raro le pasaba desde que se la encontró.
La chica caminaba por las oscuras calles intentando recordar el camino de vuelta a su casa. Estaba por una zona que nunca antes había pisado y esto la tenía muy alterada.
En la distancia pudo ver un parque infantil y se acercó a este a ver si encontraba a alguna persona. Allí había una chica rubia que estaba paseando a un perro. Yoko fue a preguntarle si podía ayudarle a regresar a casa.
-¿Está perdida? Es algo tarde ahora así que no creo que los trenes estén accesibles, alguien saltó a las vias y tuvieron que cancelar todos los trenes. Pero puedes venirte a mi casa que está aquí cerca, te prometo que no soy una rarita! Me llamó Akane Inui!-
Yoko estaba dudosa si aceptar irse con ella o no ya que apenas le conocía pero si el tren había cerrado y no sé encontraba cerca de su casa no tenía mejores opciones. Acepto ir con ella, la rubia estaba muy contenta con su decisión y mientras la llevaba a su casa le estuvo hablando de ella y de todo lo que hacía y le gustaba. Llegaron a la casa y tocaron el timbre, aunque fuese algo tarde las luces seguían encendidas. Un chico rubio abrió la puerta.
-Akane compraste algo de comida, Koko anda muy pesado con que tiene hambre y no me deja en paz-
