La noche ya había caído. Las calles aún cálidas se encendieron con la luz anaranjada de las farolas. Las noches en la ciudad no se parecían a las del pueblo. Donde vive Mel, son oscuras y solitarias; sin embargo, en la ciudad, simplemente cambia el color. El cielo deja de ser azul y se pone negro, las calles pasan de gris a naranja. Los semáforos brillan y los neones de los comercios dan ambiente, vida.
A Matty le gustaba más la ciudad de noche, el ambiente era mejor. Menos personas ajetreadas vestidas de traje. Las calles se llenan de hedonismo puro.
Tras terminarse el canuto, Mel y Matty descubrieron que congeniaban más de lo esperado. Tenían una conversación divertida e interesante. Mel miró el reloj, quedaba una hora para el autobús que la llevaría a casa, así que sugirió hacer tiempo tomando otra cerveza. Matty la llevó a un antro que conocía.
-¿Qué pensabas hacer en estas horas muertas? Antes de contar con mi encantadora compañía. -dijo Matty antes de dar un trago a su cerveza.
-Dejar que diferentes interesados me invitasen a suficientes bebidas como para acabar muy borracha. Probablemente, a la tercera copa me enrollaría con el afortunado de turno y luego me escabulliría diciendo que voy al baño para no volver a verle nunca más.
-Vaya, siento haberme entrometido y haber arruinado tu plan. -Mel hizo una mueca de lástima ante el comentario. -Pero, si quieres, después de esta cerveza podemos enrollarnos.
-Uf, para eso vas a tener que ir aflojando tu cartera e ir pidiendo otra ronda, Matty, hay que currárselo. -respondió Mel. Ese comentario la había puesto nerviosa. Ya suponía que Matty querría enrollarse con ella, pero no lo había escuchado de su boca. Le parecía un chico atractivo, para qué negarlo.
-Apuntado. - dijo señalándose la sien con su dedo índice. -Aunque la verdad es que no tengo un duro. A parte del tabaco, me olvidé también la cartera en casa.
-Vas por muy mal camino entonces.
-Bueno, -dijo rebuscando en su bolsillo trasero - tengo un billete de diez... Pero me lo estaba reservando para una emergencia.
La percepción del tiempo se vio alterada por el alcohol y la compañía. Se les ocurrió salir a fuera a ver si podían conseguir un cigarro.
-Perdone, amor, ¿tiene un cigarro? -preguntó Matty a una señora que pasaba. Ella se agarró el bolso con desconfianza y le giró la cabeza. Mel se rio.
-¿Crees que es por la cresta? -dijo Matty señalando su cabeza.
-Sumando las ojeras, probablemente. -Mel apartó a Matty del camino y se lo pidió a una chica que estaba esperando un taxi. - Voilà. -dijo al volver con un cigarro entre los labios.
Se lo encendió y Matty no tardó en quitárselo de la boca para darle dos caladas seguidas.
-Gracias, amor.
-Tienes que dejar de hacer eso. -dijo Mel. Matty la miró sin entender el qué.
-De ser encantador, ¿dices?
-De coger mis cosas sin preguntarme primero, digo. -al decir eso, Matty le devolvió el cigarro guiñándole un ojo.
-Por cierto, ¿tú no tenías un bus a media noche, Cenicienta? -dijo mirando el reloj de su muñeca. - Porque son las doce menos diez.
-¿Qué? ¡Mierda! -Mel apuró el cigarro.
Matty empezó a alejarse del bar corriendo.
-¡Capullo! ¡No has pagado! -le gritó Mel.

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RATAS. matty healy
ФанфикMel conoce a Matty en un bar. El destino les une esa noche, comenzando así una historia de amor, drama y delincuencia. Con inspiración directa de canciones de The 1975.