RATAS. matty healy

6 Fallingforyou

Mel y Matty volvieron al coche para regresar a casa. Eran las cinco de la tarde. Matty se encendió un canuto. Bajó la ventanilla y asomó ligeramente la cabeza, el viento le daba en la cara y removía su pelo. Cerró los ojos. En la radio sonaban The Modern Lovers, A plea for tenderness. Mel subió el volumen, miró a Matty, volvió a la carretera y condujo sin decir nada.

Llegaron a casa. Hacía viento.

-Voy a hacer una llamada. -dijo Matty cogiendo el teléfono fijo. Mel subió las escaleras y se tumbó boca abajo en la cama.

Se despertó con el sonido de la puerta.

-Hola, te he despertado, lo siento.

-¿Ya has salido de currar? ¿Y Matty? -dijo Mel mientras miraba en la mesilla el despertador. Eran las 20:15.

-Acabo de llegar. No está en casa, creo. ¿Qué tal el día? ¿Hiciste eso por la mañana? -preguntó Daria sentándose a su lado en la cama.

-Sí, a ver si me llaman. -dijo mientras se incorporaba.

-¿Y lo otro?

-También. Fuimos al río a pasear y hablamos. Se lo tomó bastante bien.

Daria se acercó a Mel para besarla, le dio las gracias y le propuso ver una película.

Matty salió de casa, la temperatura había bajado, cruzó los brazos para protegerse del fresco y caminó hasta el bar. No sabía que iba a hacer ahora, ¿había terminado ya su aventura en el pueblo? ¿Debía regresar a la ciudad? Se sentó en la barra y pidió un whiskey, le dio un trago y frunció el ceño. "Esta mierda nunca sabrá bien" pensó. Miró la televisión que había en el bar, las noticias. "Muere el presidente nigeriano Sani Abacha" Matty levantó las cejas bastante indiferente y dio otro trago. Miró a su alrededor buscando algo que hacer, vii un teléfono público, le metió unas monedas y marcó un número intuitivamente. Sonaron un par de tonos.

-¿Diga? -respondió una voz grave al otro lado de la línea.

-¿George? Soy Matty ¿puedes hablar?

-Oh, estaba... bueno.-dijo desubicado - Dime, ¿en qué andas metido ahora? ¿Conseguiste ya el dinero? ¿Cuándo piensas volver?

-Um... no. Aún no tengo nada. -hizo una pausa y se frotó la frente con la mano.

-¿Qué quieres entonces? -dijo y se escucharon más voces a su alrededor.

-Te llamo desde un bar... -comenzó a hablar. Necesitaba desahogarse, pero no fue capaz. - Era para saber si querías quedar un día de estos, tocar un rato, echar unos y eso, como hacíamos antes.

-Ah, claro, claro. Pásate por el local  cuando quieras, me tiro ahí la mayoría de tardes.

-Genial, pues nada, nos vemos, George. -y colgó.

Apoyó la espalda contra la pared y metió la mano en el bolsillo de sus pantalones. Se encontró un papelito con un número de teléfono escrito. Se acabó el la bebida de un trago y metió sus últimas monedas en la ranura de la máquina.

-¿Sí? -respondió una chica.

-Soy Matty. ¿Qué haces?

-¿Qué haces tú? -respondió ella.

-Estoy en el bar.

-Paso a pillar la mercancía y voy. -colgó.

Matty fue a la barra y se pidió otro whiskey. Echó una partida de billar con uno de los señores que estaba en el bar y vio a la chica entrar.

Mel y Daria terminaron de ver Tomates verdes fritos y se fueron a la cama. "No ha vuelto." pensó Mel. Entró en la otra habitación, donde Matty se había instalado, y comprobó que sus cosas seguían ahí. Se quedó más tranquila y volvió con Daria.