Es viernes. Ha pasado casi una semana desde el cumple de Mel. Las farolas del pueblo están adornadas con banderines de colores. En la plaza principal han colocado una carpa y un escenario pequeño. Los vecinos han salido a la calle, animados, para festejar como todos los años.
Mel llegó a casa al mediodía. Daria seguía trabajando. Matty estaba en el jardín, al sol, bebiendo una cerveza y leyendo un libro.
-¿Has comido ya? -preguntó Mel.
-¡Qué susto, tía! Qué sigilosa. No, ¿cuándo has llegado?- dijo Matty.
-Vístete, te invito a comer, estamos de celebración. -Matty la miró sorprendido, Mel aguantó la intriga dos segundos - ¡He aprobado!
Matty se levantó para abrazarla.
-¡Esa es! Por fin voy a tener una taxista personal, mis deseos se cumplen. Gracias. -dijo mirando al cielo.
-¿Perdona? -dijo Mel haciéndose la ofendida - Mira, yo te llevo a donde tú quieras si pagas tú la gasolina.
Mel y Matty se compraron una hamburguesa en uno de los puestos de la feria y se sentaron en un banco de la plaza.
-Aguántame esto un segundo. -dijo Matty dándole a Mel su hamburguesa a medio comer. Se levantó y caminó hacia una chica que estaba en la otra esquina. Habló con ella durante unos minutos y regresó contento para seguir comiendo. -Hoy es un gran día.
-¿Qué tramas tú?
-Son las fiestas de tu pueblo, ¿no lo ves? -dijo señalando el panorama- Celebran tu primer día con carné de conducir.
-¿Eso te ha dicho aquella chica?
-Amor, ya va siendo hora de conocer a los camellos de tu barrio. ¿Llevo aquí una semana y ya se más de la calle que tú? -Mel puso los ojos en blanco ante el comentario.
Después de comer, volvieron a casa. Fueron al garaje, donde estaba el coche que le habían regalado a Mel sus padres, por fin iba a poder conducirlo. Se subieron y Mel, nerviosa, metió la llave en el contacto.
-A ver qué tal va este cacharro. Nadie lo ha tocado desde que murió mi abuelo.
-Siempre he querido tener sexo en un coche. -dijo Matty. Mel le miró y entrecerró los ojos, inevitablemente sonriendo.
-¿Nunca lo has hecho en un coche? -preguntó Mel ligeramente sorprendida.
-¿Te sorprende? -Mel levantó los hombros. -Me encanta saber que en tu cabeza soy una especia de dios sexual. En mi cabeza tú eres una diosa del sexo también.
-¡No he dicho eso en ningún momento! -dijo Mel defendiéndose. Luego le miró con una ceja levantada - ¿Una diosa de sexo lésbico? Lo soy.
Mel condujo por el pueblo y, tras unas cuantas vueltas mostrando sus habilidades, paró delante de la panadería en la que trabajaba Daria. Esta se subió al coche entusiasmada.
-¿¡Qué me estás contando!? Enhorabuena, bebé. -dijo Daria abrazando a Mel desde el asiento de atrás. Mel giró la cabeza para besarla.
-Ponte bien el cinturón, Daria. Mel es todo un peligro al volante. -dijo Matty mirando a Mel vacilón, ella restregó su mano por la cara de Matty para molestarlo. Él aprovechó para abrir la boca y morderle los dedos.
-¡Ah! Capullo. ¡Duele! -gritó medio riendo. Daria permaneció en silencio en la parte de atrás.
Llegaron a la plaza. Ya era de noche, refrescaba, pero hacía buena temperatura. En el escenario tocaba una banda de cinco señores de mediana edad. Voz, guitarra, bajo, batería y teclado. Versionaban clásicos de los ochenta. Se pidieron en la barra un vaso de litro de cerveza cada uno. Al grupo se unieron Caroline y John, unos amigos de las chicas. Charlaron y bebieron y, al rato, se sumergieron entre la muchedumbre para bailar.
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RATAS. matty healy
FanficMel conoce a Matty en un bar. El destino les une esa noche, comenzando así una historia de amor, drama y delincuencia. Con inspiración directa de canciones de The 1975.