IX

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Si la vida fuera sensilla todo seria mas facil y no un total desastre, intento ignorar cada acercamiento de su esposo para algun evento cariñoso protagonisado por ellos como si años de traicion se borraran con facilidad. Shikaku habia estado aconsejando que quiza debia darle una oportunidad e intentar salvar su matrimonio asi al menos no resultaria incomodo.

Sin embargo no podria perdonar algo que Minato sabia le doleria y aun asi lo hizo.

-Las mujeres son tan complicadas... es un fastidio- Shikaku se quejo por sexta vez mirando a su amiga caminar de un lado para otro.

-Si dejaras de alentar a Minato con su estupida idea de conquista seria maravilloso- se detuvo cruzando los brazos.

-si tanto te molesta, divorciate. No veo por que tanto drama.

Estaba cansado de la pequeña pelea de pareja de sus amigos una necia y el otro un estupido, la guerra estaba a punto de finalizar habian hecho retroceder a suna, pero aun se resistian en por fin doblegarse ante el imperio, claro la familia real del Emperador Rasa eran personas orgullosas y de aceptar la derrota la familia imperial serian asesinados y el territorio consumido asi que perderian mucho de ceder a las demandas de Madara. 

<<Entiendo que desconfies por su largo historial, es humano y comete errores pero aceptó aquello como parte de el. Te ha pedido disculpas hasta el cansancio y te se a esforzado para dejar notar que el en verdad desea estar a tu lado pese a tus notorios y crudos rechazos el sigue firme. No le va a importar si le faltan años para sanar las heridas que el mismo provoco solo si al final es aceptado por ti.

Kushina suspira antes de tomar asiento a su  lado, no podia negar que Minato al menos habia revivido una llama en su interior que la hizo sentirse como la muchachita soñadora.

-¿Y luego? ¿Que hay de si ese doncel regresa? me sentiria mal saber que solo estubo conmigo por obligacion y por que no le quedo mas opcion, quiza agradeciemiento o afecto de amigos.

-No soy adivino para saber que pasara en el futuro- hizo a un lado el fleco rojizo que tapaba su rostro- arriesgate quiza no sea una perdida de tiempo pero si el problema es que te engaño, se soluciona, consigue te un amante.

Y aquello sonó insinuante para la pelirroja más al tenerlo tan cerca de ella.

No podia negar que el sentia una emocion especial por ella esos meses le sirvieron para conocerla mejor, no solo a la mujer Duquesa del palacio Namikaze que juega un papel de una dama refinada y pulcra, sino comoun ser totalmente inquieto, terco y con poco sentido de seguir reglas, era como un fenix que renacia de las cenizas por que su llama habia sido apagada al momento de que se le fue colocada su cadena, un anillo de matrimonio. Su amigo fue un total idiota esos años de abandono, Kushina era una hermosa y gran mujer, una rosa que permanece aun en invierno. Pero ella era prohibida para el, no solo estaba casada sino que era la mujer de su mejor amigo ¿estaba mal desearla como lo hacia?

—No me quiero parecer a el... —dijo kushina.

La justicia es ciega, Kushina era consciente de un sentimiento creciente en ella durante estos meses sin embargo aún si deseaba pagarle a su esposo con la misma moneda no podía dejar caer sus ideales de esa manera.

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Una promesa que cumplió por muchos años hasta que Sakumo volvió  claro su esposo se veía un tanto incomoso por la aparición de Sakumo y ella estaba ansiosa como si su corazón ya supiera de ante mano que algo podría suceder por que el verdadero amor de Minato había vuelto a su vida exigiendo el lugar que una vez tuvo. Solo faltaba que se hiciera público... y Minato lo tomara como un amante oficial.

Sus lágrimas se derramaron por una noche entera aún si sabía que eso pasaría aún estando preparada no podía simplemente ignorar su destrozado corazón al verlos en las caballerizas comiéndose a besos como si fueran el aire que necesitaban para vivir.

Shikaku la encontró desecha en un bar local, sus hijos ya eran independientes. Kushina se quedó sola en esa gran mancion que una vez tuvo una alegría desorbitante pero que ahora no era más de lo que una vez fue. Por que Uzumaki Kushina había decidido estar ahí hasta que sus hijos ya no la necesitaran ya había comenzado con el trámite de divorcio y pronto dejaría de ser la Gran Duquesa Namikaze.

Solo necesitaba ser paciente, esos años donde se dedicó a ser una esposa compresiva y una madre dedicada no fueron un desperdicio, sus hijos fueron el sentido de su vida no cambiaría nada de volver al pasado, Deidara, Menma, Naruko, Naruto e incluso Kakashi fueron sus más grandes tesoros.  No puede decir que su vida fue un desperdicio por que ellos llenaron su corazón de amor y eso le dio la fuerza para soportar a Minato. También por que por unos años le dio su lugar aunque fuera por un corto plazo... fue el primer hombre que amó...

Pero ahora puede ser feliz lo último que queda de su vida más cuando es longeva y mantenia su apariencia de una mujer joven. No había arrugas en su rostro ni signos de vejez pese a sus ya avanzados años. Pronto cumpliría 50...

Con el regreso de Sakumo Minato salía más de casa, sin sus hijos sus días fueron solitarios. Era de esperarse cuando los hijos crecen es normal que hagan su vida y casi olviden a sus padres, Menma y Deidara estaban muy metidos en sus vidas y negocios, ambos ya casados. Y no había podido ver a Naruko después de su boda con Sasuke, Naruto estaba muy metido en su educación aunque era un jovencito que solía visitar la academia y torre de magia como invocador de la bestia necesitaba ciertos conocimientos por lo que solia visitar a su abuelo paterno para que le enseñara todo lo necesario para ser un buen Jinchuriki.

Mientras Kakashi... el se veía incómodo con su presencia quizá por su verdadera madre había vuelto o quien sabe, de pronto un día comenzó a evitarla.  No lo podía culpar...

Shikaku se quedó a su lado como u  buen oyente y acompañante, siendo los Nara los caballeros del ducado Namikaze, su hijo era el capitán y principal estratega de los caballeros por lo que ambos pasaban sus ratos tomando té y jugando ajedrez donde siempre perdía contra el intelecto nato de su mejor camarada. El siendo la mano derecha de Minato le había confiado su seguridad...

¿Quien diría que el mismo Minato la arrojo a los brazos de otro hombre?

Si bien odiaba la idea de ser lo mismo que su esposo, una vez escucho que la mejor manera de escapar de la tentación era cayendo en ella. Si lo primero fue experimental un beso en el simple significado de contacto de labios y luego se volvió una ferviente necesidad de exploración mutua.

El era un hombre apuesto pese a su edad madura, tantos años de experiencia, cicatrices de batalla que ella pudo besar y tocar. Se permitió ser amada ese hombre con cada roze le expresaba el amor que sentía que cada poro de su piel desprendía.

Era tan diferente a Minato... por que sus caricias nunca fueron tan llenas de amor como las de el, por que Minato nunca se entrego por completo.

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—Lady Kushina... esta embarazada.

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